martes, 26 de enero de 2016

Comentario domingo 4C

El profeta Jesús para todas y todos
DOMINGO CUARTO – “C”
31 de enero

Eduardo de la Serna



Lectura del libro de Jeremías                1, 4-5. 17-19


Resumen: Jeremías es llamado a predicar, pero el contenido de su palabra generará rechazo por parte de las autoridades y del mismo pueblo. Dios le asegura al profeta que estará a su lado en esos momentos. 

El texto de Jeremías es, en realidad una selección de fragmentos de los primeros oráculos del profeta. Cada uno de ellos comienza con la misma fórmula: “me dirigió Yahvé la palabra en estos términos” (v.4.11.13; 2,1). Es decir, el texto conjuga la primera parte del primer texto y la segunda parte del tercero.

La primera parte constituye lo que se ha llamado la “vocación de Jeremías”. Como es sabido este texto está estructurado de un modo frecuente para designar una misión difícil (como la de Moisés, la del Bautista o la de Jesús): presentación divina, diálogo entre el personaje divino y el elegido (con fórmulas como “no temas”, “yo estoy contigo” y encargo de la “misión difícil: liberar al pueblo, volver los corazones y preparar al Señor un pueblo dispuesto, y salvar al pueblo), el destinatario plantea una objeción y recibe un signo por parte de Dios. Veamos:

Moisés (Ex 3-4)
Jeremías 1
Juan el Bautista (Lc 1)
Jesús (Lc 1)
“yo soy el Dios de tu padre…” (3,6)
“me dirigió Yahvé la palabra” (v.4)
“se le apareció el ángel del Señor” (v.11)
“envió Dios al ángel Gabriel” (v.26)
“te envío al faraón para que saques a mi pueblo de Egipto” (3,11)
“profeta de las naciones te constituí (v.5)
“será grande ante el Señor… preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” (v.15.17)
“será grande… Hijo del Altísimo” (v.32)
“no me creerán ni me harán caso… nunca he sido de palabra fácil” (4,1.10)
No sé expresarme, soy un muchacho (v.6)
“soy viejo y mi mujer de avanzada edad” (v.18)
“no conozco varón” (v.34)
Tiró el cayado al suelo y se convirtió en una serpiente” (4,3)
Alargó su mano y tocó mi boca (v.9a)
Mira… Vas a quedar mudo (v.20a)
“Mira… tu parienta Isabel… en su sexto mes” (v.36)
“Vete que yo estaré en tu boca” (4,12)
He puesto mis palabras en tu boca (v.9b)
“Hasta el día que sucedan estas cosas” (v.20b)
“Hágase en mi según tu palabra” (v.38)

Como se ve, el texto litúrgico constituye solamente la primera parte, es decir el encuentro y el encargo. Luego, omitiendo la segunda escena (visión de la rama de  almendro) y la presentación de la tercera (visión del puchero derramado). 

La escena del puchero derramado sirve para hablar de que “vendrán” “familias” en especial “del norte” y empezará el “desastre”. Pero en v.17 el texto se dirige al profeta (ya no a lo visto en la visión). La visión “cíñete el lomo” puede querer decir “prepárate a lo que venga”, pero en algunos casos (como la Pascua) es una clara nota de esperanza (Ex 12,11). Lo que viene, en este caso, es la resistencia del pueblo a escuchar al profeta – algo que sabremos en la lectura, será una constante en la vida de Jeremías – diciéndole que resista y no tema. Decir lo que el Señor le mande es lo propio de los profetas de Israel, pero es el gran problema de Jeremías porque lo que debe decir no es agradable a los oídos del pueblo. Por eso no debe “desmayar” ya que cuenta con la ayuda de Dios para ello (el verbo desmayar, espantarse [hatat] es muy frecuente en Jeremías (x19). En este caso, Dios mismo fortalecerá a Jeremías (plaza fuerte, pilar de hierro, muralla de bronce). Aquí encontramos sintetizado todo el ministerio de Jeremías: la oposición – en muchos casos dramática y hasta mortal a su predicación (“te harán la guerra”) sea por parte de reyes o jefes, sacerdotes o pueblo. Pero Jeremías prevalecerá porque “Dios está a su lado” (reconozcamos que es tan cruel el rechazo que en algunos momentos no es la presencia de Dios lo que Jeremías experimenta, cf. 20,14-18).


Lectura de la primera carta de san Pablo a los Corintios             12, 31-13, 13

Resumen: Pablo quiere remarcar la centralidad del amor por sobre todos los carismas y destaca que sin el amor aun estos vividos en plenitud no sirven de nada. Sólo el amor, que con la fe y la esperanza son centrales en toda la vida, perdura de un modo definitivo. 

Los capítulos 12 al 14 de 1 corintios constituyen una unidad con subunidades de las cuales el texto litúrgico conforma una. Los corintios han consultado a Pablo acerca de “los espirituales”, probablemente porque algunos – los que tenían manifestaciones carismáticas muy espectaculares, como los que hablaban lenguas – pretendían ser legitimados por el Apóstol como más importantes en la comunidad. Así, Pablo dedica el cap. 12 a destacar la importancia de la unidad y la diversidad recurriendo a la metáfora del cuerpo y los miembros para recién después decir que los más importantes son los que edifican la comunidad con la palabra como los apóstoles o profetas. Pero antes de comparar insistentemente la profecía y las lenguas (cap. 14) insistirá en que sea como fuere ningún carisma cuenta si no hay amor. Es posible que Pablo mismo añada este capítulo cuando ve que la situación en la comunidad se agrava seriamente y quiere poner claro el pilar fundamental del amor. En ese caso, sería añadido (por el mismo Pablo) luego de redactar los capítulos 12 y 14. La ambición de un camino más excelente quizás en un primer momento se refiera a la profecía (ver 12,31 y luego 14,1) pero al ser introducido el cap.1 3 ciertamente ese camino más excelente es el amor.

El texto tiene tres partes muy claras fácilmente visibles:

1.    Aunque… si no tengo amor (vv.1-3)
2.    El amor… (vv.4-7) 
3.    El amor… (vv.8-13)

La segunda y la tercera unidad finaliza cada una con referencias a la fe y la esperanza (vv.7.13).

La primera parte afirma que “aunque” tuviera cada carisma “en grado sumo”: lenguas ya no “de hombres” sino hasta “de ángeles”, “conociera todos los misterios”, fe hasta para trasladar montañas, aunque repartiera todos los bienes… nada sirve si no hay amor.

Una pequeña nota que sirve para entender la crítica textual… en el v.3 hay un “empate” entre los manuscritos. Algunos dicen “aunque” kauthêsômai y otros dicen “kaujêsômai), sólo hay una letra de diferencia “th” o “j”. En el primero de los casos se refiere a una “cauterización”, dar la vida a las llamas; en otro a la “jactancia”. Por eso algunas traducciones contemporáneas elijen una u otra. No hay motivos seguros para una u otra (muchas traducciones que optan por una, en nota dan la otra como variante). De todos modos, y a la hora de lo interesante es que sólo el amor da sentido a todo obrar.

La segunda parte destaca características que el amor tiene o que no tiene: es paciente, amable, decorosa, se alegra con la verdad, todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Y, por el contrario, no es envidiosa, ni jactanciosa, ni se engríe, ni busca su interés, ni se irrita, ni busca el mal, ni se alegra con la injusticia. Evidentemente Pablo destaca una serie de valores que son “compañeros” del amor, y “vicios” que le son ajenos.

La tercera parte tiene a su vez dos partes, la primera señala que los carismas (precisamente los que pueden tenerse pero nada sin amor, de la parte 1) desaparecerán “cuando venga lo perfecto”. Desaparecerán las profecías, las lenguas, la ciencia porque son parciales. El criterio es escatológico: al venir lo “perfecto” (téleios) lo “parcial” (méros) desaparecerá (el término es abrumadoramente paulino en la Biblia, x4 en Esdras, x1 en Lc, x1 en Heb, x3 en los discípulos de Pablo y x22 en Pablo). La metáfora que ilumina esto es el paso de la niñez a la madurez, donde la infancia se deja absolutamente. 

Es importante recordar que la niñez es vista como incompletez en el mundo bíblico. En la misma 1 Corintios Pablo les dice que debió tratarlos como niños porque no eran maduros (3,1) y les sugiere ser “niños en maldad” pero no ser “niños en juicio”, es decir, sean capaces de buen juicio, e incapaces para la maldad (14,20). En este caso, la madurez es haber abandonado la etapa incompleta (lo parcial) y entrado en la madurez.

La imagen del espejo no resulta evidente, quizás se refiera a ver de un modo “mediado” mientras que luego la visión será “cara a cara”. Conocer “como soy conocido” es “como Dios me conoce” lo que indica una visión perfecta.

La conclusión también puede prestarse a diferentes lecturas. Notar que no dice que la fe y la esperanza desaparecerán. Dice que “ahora subsisten” y que “la mayor” (como el carisma mayor que va a mostrar, 12,31) es el amor. Obviamente si por “fe” se entiende “lo que no se ve y se cree” en el “cara a cara” este desparecerá; si por “esperar” se refiere “aguardar” lo que aún no ha llegado, ciertamente en el “cara a cara” ya no se aguarda porque se ha alcanzado. Pero si por fe se entiende – como también es frecuente en Pablo, afirmar la vida en Cristo, ciertamente en el “cara a cara” la vida estará plenamente afirmada en Cristo. Si por “esperar” se refiere a “confiar plenamente” es obvio que en el “cara a cara” la confianza será plena. De todos modos no cabe duda que el amor es la mayor de todas. Y de eso se trata.


Lectura del evangelio según san Lucas                    4, 21-30

Resumen: Jesús en la sinagoga de Nazaret continúa el comienzo de su ministerio. Lucas nos destaca el carácter profético de Jesús, el sentido inclusivo de la mujer en su comunidad y la dimensión misionera más allá de las fronteras de Israel.

El texto litúrgico es la segunda parte del comenzado la semana pasada (puede verse allí el esquema y la estructura de toda la unidad). 

Además de comenzar como había allí finalizado hay un breve diálogo con Jesús (o más precisamente “decían” no “a” sino “sobre” Jesús, es decir “se decían” entre ellos). El dicho tiene tres partes que parecen aisladas:

  1. ¿no es el hijo de José?
  2. Me dirán “médico cúrate a ti mismo”
  3. “ningún profeta es bien recibido en su tierra”

Para ver bien el texto es importante contrastarlo con el texto de Marcos, lo que nos permitirá notar la diferencia y aportes:

Marcos 6,3-4
Lucas 4,22-24
¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él.
Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»

Él les dijo: «Seguramente me van a decir el refrán: Médico, cúrate a ti mismo. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria».
Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio».
 Y añadió: «En verdad les digo que ningún profeta es bien recibido en su patria».

Es posible que el acento en el “hijo de José” tenga que ver que en el ambiente helénico de Lucas cuente aceptar que Jesús trabaje. Así dicho no se hace referencia a eso, ni a  los parientes de Jesús, lo que es coherente con el mayor lugar que Lucas da a la madre de Jesús. 

La referencia a lo sucedido en Cafarnaúm es coherente con el desplazamiento que ha hecho Lucas y al que hicimos mención el domingo pasado. Lucas sabe que Jesús no comenzó su ministerio en Nazaret, pero allí empieza con lógica evangélica su predicación. El refrán (parabolê) “médico cúrate a ti mismo” se encuentra también en los escritos rabínicos (de modo casi idéntico en Genesis Rabba 23,4).

Lucas omite la referencia a patria, parientes y casa de Marcos (que es importante en la teología de Marcos). El profeta no es “aceptado” (recordar el “año aceptable del Señor” en 4,19) en su “patria” (patrís) que es donde le piden que realice lo realizado en Cafarnaúm.

El texto continúa con un doble ejemplo bíblico que propone Jesús. El caso de Elías y Eliseo que realizaron un milagro a extranjeros es el punto de partida del discurso y de la reacción de los oyentes:

Muchas viudas
había en Israel
en los días de Elías,
cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país;
a ninguna de ellas fue enviado Elías,
sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón.
Y muchos leprosos
había en Israel
en tiempos del profeta Eliseo,

ninguno de ellos fue purificado
sino Naamán, el sirio».

Hay tres elementos interesantes para resaltar:

1.    Como es frecuente en Lucas, se ponen en paralelo un varón y una mujer, en este caso una viuda y un leproso. Lucas muy habitualmente – al insistir en el paralelo – pone en un mismo nivel de igualdad a la mujer y al varón (la oveja / moneda perdida; la mostaza / levadura que crece “hasta”; el amigo / la viuda que insisten en la oración… etc.). 

2.    Lucas insiste en destacar de un modo notable a Jesús como “profeta". Es algo en lo que insiste de comienzo a fin de su obra (y que insistirá enla vocación profética de la Iglesia). En este caso es a semejanza de Elias y Eliseo, dos profetas que se caracterizan por sus milagros, a diferencia de los restantes profetas. Elías es un personaje importante y Marcos y Mateo lo comparan con el Bautista que anuncia la llegada de los tiempos mesiánicos (como lo había anunciado Malaquías 3).  Lucas, que sí lo hace en la infancia, en el cuerpo de su evangelio destaca que es Jesús el que se compara con Elías (por ejemplo, cf. 7,11-17 [1 Re 17,23]; 9,54-55 [cf. 2 Re 1,10]; 9,61-62 [cf. 1 Re 19,19-21]); y también con Eliseo (cf. 9,10-17 [cf. 2 Re 4,42-44]).

3.    La referencia a Sarepta y al sirio refiere al “envío” a extranjeros, es decir “no judíos”. Aquí radica, seguramente, la reacción negativa, pero también un tema central de la teología misionera de Lucas (cf. 24,47).

La reacción negativa es esperada, pero  - obviamente – todavía no pueden concretar la muerte de Jesús que ya está anticipada (v.29). Lucas ya puede comenzar el ministerio del profeta Jesús que, ahora sí, se dirige a Cafarnaúm.


Foto tomada de http://obrerofiel.com/jesus-es-rechazado-en-nazaret/

sábado, 23 de enero de 2016

Una mirada a la política

Una mirada a la “política”


Eduardo de la Serna



La política es la máxima expresión del amor social, dijeron los Papas (los buenos, claro). Política es compromiso. Y porque es amor es militancia.

Claro que el amor es un arte como se sabe desde Ovidio hasta Eric Fromm. Para otros, el arte no es “de amar” sino “de ganar”, como se llama el libro de Jaime Durán Barba. Los que creemos que el amor es militancia, es compromiso, sabemos que eso implica poner la mirada en “el otro”, no en uno mismo. Cuenta tanto ese “otro” que estoy dispuesto hasta dar la vida por él/ella. Cuando ese amor es social se vuelve político. Son las acciones concretas, sociales que buscan su bien. Y tiene connotaciones claramente sociales, económicas, ambientales, internacionales… Es la búsqueda del bien común, de la “cosa pública”.

Muy distinto es cuando ese tal “amor” se entiende como una suerte de que yo esté bien y a lo sumo mi felicidad se “derramará” (como en lo económico”) sobre los que me rodean primero, y el derrame de estos luego sobre otros y así hasta alcanzar la república toda. Es una especie de “amor de ombligo”, light. Donde el otro sólo se beneficia de lo que deseamos (o lo que decimos que deseamos). Cuando el presidente Macri desea que sean felices a los miles de desocupados que él ha provocado, además de un cruel cinismo, manifiesta precisamente ese individualismo en el que se desentiende militantemente del bien de esos “otros”.

Pero ese individualismo, cinismo, ombliguismo y pseudo amor light se ve complementado por un patético – y muy grave – rechazo y negación de lo político.

No sólo su pereza (característica) y manifestación evidente de ausencia de análisis histórico como manifestó en su discurso inaugural: “los argentinos descienden de los barcos”, lo que ignora e invisibiliza los grupos indígenas y la comunidad afro – que sí descendió de los barcos pero de un modo muy diferente de lo que él afirmó – ignorando la Argentina mestiza, y latinoamericana.

También su manipulación de los signos políticos, que son tan caros a los sentimientos argentinos, como mancillar el balcón de la Casa Rosada con un desagradable movimiento espasmódico de cuerpo, que él cree que es baile, y el canto patético de la vicepresidenta.

Entre esta manipulación de signos ha de sumarse, simbólicamente otro (y pueden encontrarse muchos más, por cierto) como sentar a su perro Balcarce en el Sillón presidencial, siendo el hazmerreír incluso de la prensa extranjera, permitiendo incluso burlas como la de quienes afirmaron que no había diferencia más que enla especie animal que lo ocupa.

Cambiar próceres, o al menos personajes históricos (no le reconozco a Roca el título de prócer) por animales (por más que sea yo un apasionado de la fauna) es simplemente una negación de la historia. No una des-ideologización, siquiera. Un negar la historia, sencillamente.

Y el patético paso por Davos (y – añado – lo patético de haber ido, pero es una especie de “Coloquio de IDEA internacional, lo que no es extraño) diciendo que la reunión con Cameron fue “muy linda” y que Peña Nieto le preguntó por su “baile” (sic). Lo político “brilla” por su ausencia, evidentemente. No es una terminología política, por cierto, como no lo es cuando en nuestro país repite “estamos contentos”, “sean felices” y otras categorías pseudo-budistas.

El ataque sistemático a los militantes, a quienes un mercenario mediático califica de “militontos” creyendo que fue brillante, la violación de su intimidad (revisión de los facebooks, por ejemplo) y el rechazo a “las ideologías”.

Ciertamente todo esto es político e ideológico. Pero – en lo personal – un apolítica e ideología que desprecio. Pero que, además, es imposible de debatir (porque se puede debatir historia con un mitrista, pero no con una ballena invertida). Simplemente aprovecho para señalar que, además de las políticas públicas, internacionales, económicas, sociales, ambientales deplorables que caracterizan este gobierno ya desde el primer día, hay un sustrato detestable que lo caracteriza. Una negación de la política a la que muchos consideramos una herramienta indispensable para la transformación de las vidas de los demás, en especial de los pobres; un acto de amor militante, concreto y comprometido. Es que, es evidente que “la patria es el otro”.



Foto tomada de http://www.latepaternal.com.ar/info2/los-globos-amarillos-llegaron-a-la-rosada/

viernes, 22 de enero de 2016

Una primera palabra de un viaje

Una primera palabra de un viaje


Eduardo de la Serna



No es fácil sintetizar cosas que cada una ameritaría una nota completa (y quizás lo intente en otro momento), pero al menos una primera mirada es útil.

Estamos en México, pero elegimos no ir a Cancún o Playa del Carmen, quisimos ir a lugares que nos dejen huella en el corazón, que nos marquen. También nos interesó ver lugares históricos, museos y – obviamente – el Santuario de la Virgen de Guadalupe, pero quiero decir algo, breve por ahora, de las experiencias que hemos tenido…

A los dos días de llegar (antes fuimos a Guadalupe y al museo de Trotsky) viajamos al estado de Veracruz donde hay un pequeño pueblo llamado La Patrona. Desde la frontera de México con Guatemala hasta la frontera con EEUU una serie de trenes cargueros (los trenes de pasajeros fueron cerrados en el neoliberalismo de los 90) y cientos de migrantes cada día se trepan intentando llegar a la “meca” sabiendo que de conseguirlo podrán ayudar a sus familias en Centroamérica. Los países de esta región tienen en estas remesas la principal fuente de ingresos del país. “Gracias” al Tratado de libre comercio del Norte y a la Alianza del Pacífico (a la que Macri intenta entrar) los EEUU tienen injerencia en las fronteras (no – como es obvio – en la frontera México-EEUU sino en la frontera México-Guatemala, con policías fronterizos, etc). Desde hace poco menos de 2 años se aplicó el “plan frontera sur” para reforzar los controles e impedir que la gente suba al tren. Algunos rodean el retén andando 15 días por la montaña. Días y días subidos a un tren y haciendo combinaciones con otros para llegar a la frontera norte. Pues bien, un grupo de 15 mujeres desde hace ya 20 años se han comprometido de un modo maravilloso a correr a las vías cuando pasa el tren y darles a los migrantes comida y bebida. Se llaman Las Patronas (por el nombre del pueblo). Las mujeres cocinan con toda dedicación, incluso ahora alojan a algunos migrantes que fueron arrojados por la policía ferroviaria del tren en movimiento, algunos como un padre (59 años) tirado por la policía a patadas, y cuando su hijo (unos 25) quiso socorrerlo lo tiraron también a él que cayó bajo las ruedas perdiendo dos dedos del pie. Uno habla con ellas que con alegría y serenidad charlan mientras preparan bolsas y más bolsas, y llenan botellas y más botellas con agua, y se habla de todo hasta que de golpe se escucha el pito del tren y se transforman. Corren a las vías cargadas de bolsas, y una carretilla con botellas atadas de a tres. Y a darles a los migrantes que – ya alertados – se cuelgan del tren a recoger lo que estas mujeres con cuidado y dedicación les prepararon (les donaron panes y tortas y miraban una a una que no tenga puntos blancos o negros, “para los migrantes lo mejor, no puede haber comida en mal estado”). Y pasa el tren, saludan a los que miran para atrás y vuelven a la casa. Todo terminó, pero pronto hay que empezar de nuevo a preparar comida porque nunca se sabe a qué hora pasará el próximo. Y pensamos en “porque tuve hambre y me diste de comer”, en la “multiplicación de los panes”, en el “buen samaritano”, en hacer bien sin mirar a quien… Sin dudas que esta experiencia de Evangelio y Reino amerita un escrito mucho más hondo que quizás pueda hacer más adelante…

De Veracruz fuimos a Oaxaca. La agrupación de derechos indígenas “Flor y Canto” cumplía 20 años de pelear por la tierra, el agua, la dignidad y la justicia de los indígenas. Recorrimos la ciudad (nos avisaron que ir a Oaxaca y no ver el convento de Santo Domingo merecía excomunión). Pocas cosas más bellas y representativas del barroco español. Destrozada cuando la laicización (lo transformaron ¡¡¡en caballerizas!!!) fue recuperada como Iglesia y en los claustros hay un excelente museo desde el tiempo indígena hasta la Independencia. Fuimos también a Monte Alban, un lugar zapoteca con unas ruinas muy impresionantes. Pero lo central fue el encuentro con Flor y Canto, con un conversatorio donde hubo ponencias y testimonios muy importantes, y al día siguiente una misa y una fiesta. Todo regado con cerveza y mezcal, música, comida bien mexicana (lo que incluye picante, obviamente) y mucha escucha de los indígenas. Oaxaca es la tierra del mezcal y el chocolate (la palabra viene del náhuatl, choco atl, agua amarga; es interesante muchas palabras conocidas que tienen su origen en el náhuatl con la finalización “atl” castellanizada a “te”: aguacate, cacahuate, ocelote, coyote…). La situación de los indígenas en México es ciertamente importante, especialmente por la cantidad de grupos y etnias, y lenguas (por ejemplo, el zapoteco tiene 5 raíces distintas que son muy diferentes entre sí hasta el punto que pueden no entenderse, lo mismo ocurre con el náhuatl…). Es evidente que lo mismo que “criticamos” que hicieron los laicistas con los templos cristianos lo hicieron los españoles con los templos indígenas, por cierto: templos, imágenes, esculturas, tradiciones…

De Oaxaca fuimos a Saltillo. Allí es obispo Raúl Vera, un profeta. Un hombre de Dios, con palabra clara, sin ambigüedades ni tibiezas. Con Raúl fuimos de visita a comunidades del monte en el desierto (y a un interesantísimo museo del desierto), y conocimos la “Casa del Migrante”. A Saltillo y por la zona llegan los migrantes que vienen en los trenes y desde allí deciden para qué región de los EEUU quieren ir y por dónde intentarán entrar. Pero aquí empieza una nueva etapa de su drama: los “coyotes”, que son los que les aseguran que los pasarán de frontera luego de un importante pago. Pero la inmensa mayoría de estos son gente de los narcos que los esclavizarán (trabajo sexual o laboral), secuestrarán para pedir dinero a sus familiares en los países de origen, en algunos casos los usarán para vender sus órganos y simplemente los matarán. Todos hablan de la estrechísima relación entre el “crimen organizado” (ya no hablan más de los narcos, porque han “diversificado” la fuente de ganancias con los “rubros” anteriores; estas son las evidentes consecuencias de la “guerra al narcotráfico” que Massa y Macri quieren imponer). La casa del migrante ha llegado a tener 1000 alojados. Allí, además de alojarlos, alimentarlos, les brindan contención psicológica, médica urgente (enorme mayoría de las mujeres llegan violadas, por ejemplo), y hasta nociones de inglés y consejos para los que de todos modos quieren seguir hacia EEUU. El cura Pedro, encargado de la casa, por ejemplo, ha tenido cientos de amenazas.

Luego estuvimos con familiares de desaparecidos. La situación es terrible. El estado reconoce 26.000 desapariciones forzadas. Pero los grupos de DDHH afirman que entre el 80 y 90 % no hace la denuncia de sus desaparecidos, lo que aumenta el número de una manera gravísima. Además, el grupo de DDHH de la diócesis, que sigue el caso de 512 desaparecidos dice que sólo el 12% está registrado en esos 26.000 lo cual también aumenta de modo notable el número. Se podría suponer que los desaparecidos entre 2006 y 2016 son un número enorme. 26.000 es el 12% de los desaparecidos denunciados y estos son el 10-20% de los desaparecidos reales… El caso Ayotzinapa (los 43 estudiantes desaparecidos) lo ven como “la punta del iceberg” (no es distinto de todo lo demás, pero su trascendencia permitió visibilizar algo silenciado (para reforzar la idea hablan de 26.043). La relación entre el gobierno, las fuerzas de seguridad y el crimen organizado hace suponer que allí se ha de ver la causa de las desapariciones, aunque la excusa de “el narco” sirve para encontrar un chivo expiatorio para todas las durísimas realidades que se viven y de la que el “Tribunal Permanente de los pueblos” responsabiliza directamente al Gobierno nacional.

Mucho más podría decir y es injusto detenerme aquí, pero quise señalar tres grupos de víctimas en los que quisimos enfocarnos y compartir su experiencia y su dolor, sus luchas y esperanzas: los migrantes, los indígenas y los desaparecidos. Sus rostros y palabras, sus cantos y lágrimas, las manos curtidas y los pies cansados nos marcaron este viaje. Muchas huellas nos quedan que esperamos compartir y de las que esperamos aprender. El Evangelio suena distinto en estos espacios, dice distinto, pero nos abre senderos a la esperanza. A la Buena Noticia a los pobres, que no es alienación ni opio sino resistencia y militancia, es “flor y canto” y caracol, “la Bestia” (como llaman al tren) y las Patronas, esa Buena Noticia – creo yo – toma otro color y marca otra huella. Quiera Dios que no permitamos que esa huella marcada en nuestra piel se borre sino que sirva en nuestra vida y servicio a nuestros pobres.



Foto tomada de www.taringa.net

martes, 19 de enero de 2016

Comentario domingo 3C

El Mesías de los pobres canta la liberación

DOMINGO TERCERO – “C”
24 de enero

Eduardo de la Serna



Lectura del libro de Nehemías          8, 2-4a. 5-6. 8-10

Resumen: el pueblo entero se reúne para escuchar la solemne lectura de la Ley, el texto que los identifica como “pueblo santo de Dios”. Esta lectura recibe un solemne “amen” por parte del pueblo que celebra su identidad.

El libro de Nehemías narra la consolidación del judaísmo luego del regreso del exilio babilónico por parte de la elite que había estado cautiva. Esto supone una serie de hechos desde edilicios (reconstrucción de las murallas) hasta militares (enfrentamiento de los enemigos). El libro de Nehemías debe leerse junto con el de Esdras para una mejor comprensión. En este caso, y sin dudas es uno de los momentos centrales de la obra, se leerá ante todo el pueblo (varones, mujeres y todos los que tienen uso de razón, lo que parece excluir a los niños) el libro de la Ley. 

Todo indica que es en este tiempo en que lo que se conoce como la Torah, la Ley (el Pentateuco) termina de darse forma en este tiempo, por lo que podemos decir que el texto que da identidad  al pueblo es leído para que los participantes encuentren aquí su sentido como pueblo. La crisis que había constituido el exilio requiere dar respuesta a la pregunta por la propia identidad. Se suele decir, con bastante veracidad que esto constituye el nacimiento del judaísmo. 

Los gestos son solemnes (el pueblo se pone de pie para escuchar la lectura) y luego de bendecir a Yahvé “con las manos en alto” y un doble “Amén”, se postra en tierra. El texto parece tener un añadido en el v.7 omitido en el texto litúrgico (con una lista de nombres, como en v.4b, también añadido) en el que se menciona una larga lista de levitas pero donde se remarca que el pueblo está de pie (no es claro, entonces si está de pie o postrado rostro en tierra).

Pero Esdras no se limita a la lectura ya que “aclara e interpreta” para que “se comprendiera” la escritura (y quizás también traducir, ya que el texto está escrito en hebreo y el pueblo probablemente hablara arameo). Esdras es presentado como un escriba. Esta tarea es destacada en seguida (y en el añadido de v.7) como ministerio de Esdras y “los levitas”.  Pero precisamente por esta lectura es que se invita al pueblo entero al gozo (no hacer duelo ni llorar), a comer comidas de fiesta (manjares grasos, bebida dulce) e incluso compartirlo con el pobre porque es día de “la alegría de Yahvé”. Esta alegría de Dios en la lectura de la Torah es la fortaleza del pueblo. La lectura continúa con la celebración de la fiesta de las tiendas (vv.13-18), la fiesta más importante en Israel. 


Lectura de la primera carta de san Pablo a los Corintios       12, 12-14. 27

Resumen: recurriendo a la metáforta del cuerpo y los miembros Pablo destaca la importancia del respeto a la diversidad - especialmente de los débiles - en la búsqueda de la unidad.

El tema del cuerpo es muy importante en la carta a los Corintios hasta el punto que alguno ha propuesto – de modo muy razonable – que allí radica uno de los temas principales del conflicto interno de la comunidad (particularmente un conflicto entre los sectores de la elite, las clases altas de la comunidad y la gran mayoría pobre).

En este caso, la imagen del cuerpo y los miembros es utilizada – como es frecuente en el ambiente griego, por ejemplo entre los estoicos – para destacar la unidad y la diversidad. Así cuenta Tito Livio a raíz de un levantamiento de “plebeyos” contra las autoridades:


“Después del retiro de los plebeyos al Monte Sacro, en la ciudad se viven momentos de terror porque tanto los plebeyos que se habían quedado como los patricios temían que la violencia estallara de una u otra parte. Éstos deliberan sobre la situación y deciden que debía conseguirse a cualquier precio la concordia de los ciudadanos. Por ello, envían como legado a Menenio Agripa, hombre elocuente y querido de la plebe por ser de origen plebeyo. Éste, al entrar en el campamento, se limita a contarles lo que sucedió en el cuerpo del hombre cuando no había acuerdo entre sus miembros, pues cada uno tenía su propio pensamiento. En esa época aconteció que los miembros del cuerpo tramaron una conspiración contra el estómago, porque pensaban que por estar en medio del cuerpo no hacía nada y sólo se dedicaba a disfrutar del alimento que recibía por el trabajo y esfuerzo de los demás. Indignados por esto, conspiraron para que las manos no llevaran alimento a la boca, para que ésta no lo aceptara y los dientes no lo trituraran; de esta manera imaginaron que podrían someter al estómago por hambre, pero pronto se dieron cuenta de que todo el cuerpo adelgazó extremadamente. Hasta entonces, los miembros del cuerpo entendieron con toda claridad cuál era la verdadera función del estómago: él también los alimentaba al enviarles, por igual, la sangre que elaboraba por medio de la digestión de los alimentos que recibía”. Tito Livio, Ab urbe condita (II, 32, 8-12),


El texto es evidentemente elitista, pero ilustra la imagen del cuerpo como entidad social y sus miembros y permite ver que en el medio ambiente no era infrecuente que se utilizara. De un ambiente semejante se nutre Pablo al hacer referencia al cuerpo y los miembros que, en este caso, son “de Cristo”.

El acento en el Apóstol es destacar que ningún “miembro” existe para sí mismo, y ninguno es exclusivo. Todos están en función del cuerpo. Incluso destacará (omitido en el párrafo litúrgico) que ninguno puede decir a los demás que no lo necesita, y tampoco ninguno ha de sentirse innecesario movido por la soberbia de otros. Incluso, destaca, los más débiles son indispensables, los menos deshonrosos los tratamos de mayor honor. Quienes se creen más importantes (los que hablan lenguas, en este caso) deben hacer sentir a sus hermanos más débiles como los más importantes y sentirse ellos mismos al servicio de todos.

Señalemos, antes de dar un paso más, que Pablo no está hablando de “cuerpo místico de Cristo” (ese es tema de San Agustín), sino de la metáfora del cuerpo para señalar que estamos unidos a Cristo (“místicamente”), al Cristo vivo. Tampoco que “Cristo es la cabeza de su cuerpo que es la Iglesia” que es tema de las deutero-paulinas (Colosenses y Efesios). Como en el caso de Menenio Agripa arriba señalado nos movemos en el terreno de la metáfora.

A continuación Pablo cita un texto bautismal que es conocido en la comunidad adaptado a la situación. El mismo texto lo reiterará poco tiempo después al escribir a los gálatas. Veamos breve y esquemáticamente:

Gal 3,27-28
1 Cor 12,13
En efecto, todos los bautizados en Cristo se han revestido de Cristo:
Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo,
ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; 
ni varón y mujer,
judíos y griegos, esclavos y libres.
ya que todos ustedes son uno en Cristo Jesús.
Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

Como se ve, el texto es muy semejante y todo indica (ver también Col 3,11) que Pablo remite a un texto bautismal conocido. Señalemos lo interesante en nuestro caso:

Como la pregunta es por los espirituales, Pablo habla del bautismo en el espíritu; en Gálatas, como el tema es “la fe en Cristo”, el acento es haber sido “bautizados en Cristo”. En Gálatas se destaca la unidad por eso destaca que “ya no hay” mientras que en Corintios remarca la unidad por eso unos “y” otros están en función del “cuerpo” que les da unidad. En Gálatas – quizás influenciado por temas que había tocado en Corinto (ver 1 Cor 11,2-16) añade que tampoco hay “varón y mujer” (ver Gen 1,27). La conclusión en Gálatas vuelve a la unidad “en Cristo” y en Corintios al Espíritu que “todos” hemos “bebido” (recordar que el espíritu a veces supone metáforas líquidas: es derramado, bebido, es agua…).

Omitiendo las imágenes del cuerpo y los miembros que revelan la necesidad del respeto a la diversidad y el valor de los débiles, el texto litúrgico retoma la referencia al cuerpo y los miembros  que da conclusión a esta parte del debate de Pablo con los “espirituales”.


Lectura del evangelio según san Lucas        1, 1-4; 4, 14-21

Resumen: el comienzo del ministerio de Jesús, reforzado por la presencia del Espíritu destaca que Jesús es el Mesías de los pobres y anuncia que su situación cambiará. dios no permanece indiferente ante el sufrimiento.

Claramente el texto litúrgico presenta dos unidades diferentes: el comienzo del Evangelio de Lucas y – saltando toda la infancia, referencia al Bautista, bautismo y tentaciones (que fueron lecturas en las semanas pasadas) – el comienzo del ministerio público de Jesús.

Lucas comienza su obra de un modo solemne, destacando su carácter “histórico” al estilo de las historiografías antiguas y en un griego excelente. El texto aparece como dirigido a un tal Teófilo del que desconocemos su identidad. Algunos han pensado que se trata de un personaje “simbólico” (teo-filos significa “amigo de Dios” con lo que el texto estaría dirigido a “todos los creyentes”), otros que se trata del “patrón” de una comunidad concreta a la que “Lucas” se dirige. 

Como puede verse en los textos que acompañamos el vocabulario de Lucas es convencional:

“Considero, excelentísimo Epafrodito, haber demostrado suficientemente, por intermedio de los libros de las Antigüedades, a los que los han leído, que nuestro pueblo judío es antiquísimo, que tuvo origen propio y en qué forma llegó a habitar el país que tenemos en la actualidad. (…) sin embargo, puesto que observo que muchos dan crédito a opiniones malévolas, expuestas con ánimo perverso, y que no admiten lo que he escrito sobre nuestra antigüedad (…) he considerado escribir brevemente sobre el particular, tanto para rebatir la malevolencia y los dichos falsos de los detractores, como para corregir la ignorancia de los demás y para que todos se informen de nuestra antigüedad, si es que desean conocer la verdad. En lo que voy a decir utilizaré aquellos testigos que, entre los griegos han sido reputados dignísimos de crédito y conocedores de la antigüedad…” (Flavio Josefo, Contra Apión 1,1)
“Filócrates: Puesto que el informe de la entrevista que tuvimos con Eleazar, el Sumo Sacerdote de los judíos, es de interés; porque te gusta mucho escuchar con todo detalle el contenido y objeto de la embajada me he propuesto exponértelo con claridad, consciente de tu ansia de saber. En efecto, lo más grande para el hombre es ‘aprender y recibir siempre algo’, bien sea por narraciones históricas o por propia experiencia…” (Carta de Aristeas a Filócrates 1,1).

El esquema es sencillo: “puesto que” (vv.1-2 [motivo, lo hacho por “otros”]) “yo hago” (v.3 [objetivo principal, hecho deLucas]) “para qué” (v.4 [propósito, finalidad]).

La “narración ordenada” (diêgêsis) en el vocabulario de Lucas (8,39; Hch 12,17) se utiliza en un sentido kerigmático, se trata de una “predicación”. Lucas no utiliza el sustantivo Evangelio (sí el verbo Evangelizar) por lo que diêgêsis parece aquí su sinónimo. Lo que “narrará” son las cosas que se han cumplido (plêroforêô), como las escrituras (cf. 4,16-21; 22,37; 24,25.27.44-47). El sentido es muy diferente al historiográfico, es creyente, refiere al obrar de Dios en la historia humana. Los “testigos oculares” (autóptês) no son suficientes, se requieren también los “ministros” (hypêrétês) de la palabra. El “orden” (kathexês) puede ser variado. Temático, cronológico, lógico, pedagógico… En Hch 11,4 Pedro explica “en orden” lo ocurrido, lo que parece indicar un orden lógico antes que cronológico. La próxima escena (en la sinagoga de Nazaret) veremos que el orden no ha sido cronológico sino según una lógica teológica de Lucas. Conocer la “seguridad” (asfaleia), la firmeza (cf. Hch 5,23) refiere a la solidez que da estar fundada en las promesas de Dios.

El texto litúrgico pasa al comienzo de la vida pública de Jesús. Como se dijo más arriba, el orden es teo-logico más que crono-lógico: dice que Jesús hace la lectura “según su costumbre” y nunca nos ha narrado eso más que en el sumario de v.15, y los testigos le piden a Jesús que haga lo que oyeron decir que “hizo en Cafarnaúm” (v.23) pero Jesús nunca ha estado en Cafarnaúm (recién irá en v.31). Sin dudas Lucas ha puesto aquí este texto por su carácter kerigmático. Es lo primero que dice y hace Jesús, es una suerte de “programa de vida y predicación de Jesús” según Lucas.

El texto está muy bien estructurado (aunque continúa hasta el v.30) veamos:

A.- Vino a Nazará
B. Sinagoga
                   C.- se levantó
                          D.- le entregaron el rollo
                                 E.- lo desenrolló
                                            X.- lee el texto del profeta
                                 E’. enrolló
                          D’. devolvió el rollo
                    C’. se sentó
       I.     Todos admirados
                 f. Muchas viudas… en Israel… tiempos de Elías… pero a ninguna… enviado… sino a Sarepta (= extranjera)
                 f’. Muchos leprosos… en Israel… tiempos de Eliseo… pero a ninguno… purificado… sino Naamán (= extranjero)
        II.    Todos se llenaron de ira
      B’. Sinagoga
A’. Se marchó

Puesto que el texto es – como se dijo – programático, veamos los elementos principales:

El texto comienza con un sumario donde se informa que Jesús era “alabado”, su “fama”, las noticias sobre su persona y ministerio crecían  (4,37; 5,25; 7,17) en la zona. Y que “enseñaba” (algo frecuente en Jesús, (x17 en Lc) en las sinagogas (6,6; 13,10; o en el Templo: 19,47; 21,1.37), lo que es “alabado por todos” (4,22; 8,25; 9,43; 11,27; 13,17; 19,48).

No sabemos con certeza el desarrollo de la liturgia sinagogal del tiempo de Jesús (poco más adelante – luego de la caída de Jerusalén – sí habrá una mayor estructuración; aunque el texto debe entenderse en tiempos de Lucas). Lo que parece es que el encargado de la sinagoga lee la Tora y luego alguno de los presentes puede leer un texto de los profetas (no sabemos tampoco si ya estaban preestablecidos los textos a leer o se trata de una lectura azarosa). Por tanto no es evidente si Jesús elige el texto, si es el correspondiente al sábado aquel o si se trata de coincidencia. Lo cierto, y es el tema central (particularmente por tratarse de lo “primero” que hace-dice Jesús en el evangelio) es que el relato nos señalará el “cumplimiento de las escrituras”, de “esta escritura concreta”.

Es interesante otra las diferencias entre el texto de Isaías y el texto que Lucas propone:

Isaías 61,1-2 (LXX)
Lucas 4,18-19
El espíritu del Señor está sobre mí
El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto que me ha ungido
para evangelizar a los pobres
me ha enviado, a sanar los corazones rotos
porque me ha ungido
para evangelizar a los pobres
me ha enviado
proclamar a los cautivos liberación
a proclamar a los cautivos liberación
y a los ciegos devolver la vista
y a los ciegos devolver la vista,

para dar la libertad a los oprimidos
llamar el año favorable del Señor,
proclamar un año aceptable del Señor.
y día de venganza / recompensa


Como se ve hay interesantes matices a tener en cuenta:

Lucas sigue insistiendo en la presencia del espíritu (algo que marca el comienzo del ministerio de Jesús desde el Bautismo: 3,22; 4,1.14). 

Jesús, el “ungido” (mesías, “cristo”) en Lucas es “ungido para evangelizar a los pobres”. Notar la diferencia con Isaías: allí es “ungido”, “enviado a anunciar buena nueva”, mientras que Lucas señala “ungido para evangelizar a los pobres”. Jesús es el mesías de los pobres. 
El cautiverio (aijmálôtos) es sin dudas algo terrible que no ha de espiritualizarse. El texto de Isaías lo confirma (sólo aquí en el NT); lo mismo hay que decir de los “oprimidos” (thraúô, también solamente aquí en el NT). A ambos grupos se les anuncia la “liberación” (áfesis, que también puede traducirse por “perdón” aunque ciertamente no es aquí que convenga (Lc 1,77; 3,3; 24,47; Hch 2,38; 5,31; 10,43; 13,38; 26,18). Sin duda que en Lucas siempre significa “perdón” pero no hay que descuidar que aquí se está citando a Isaías. La otra vez que “afesis” se utiliza en este profeta invita expresamente a no leer el término en sentido “espiritualizado”: “el ayuno que yo quiero es dar libertad a los quebrantados (thraúô)”; en Jer 41,8.15.17 se refiere expresamente a la liberación de los esclavos. 

La vista los ciegos, que no se encuentra en el texto hebreo (salvo que “abrir a los cautivos” se refiera – como es posible – a la vista en el sentido de los ojos libres de poder ver el sol luego del cautiverio). Pero en Lucas, la vista a los ciegos parece tener un “plus” de sentido: los ciegos se encuentran en el texto Q que parece inspirar el texto que comentamos: 

Llegando donde él aquellos hombres, dijeron: «Juan el Bautista nos ha enviado a decirte: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?» En aquel momento curó a muchos de sus enfermedades y dolencias, y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos. Y les respondió: «Vayan y cuenten a Juan lo que han visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!» (7:20-23).

Y también los encontramos en una unidad propia de Lucas: “Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos” (14:13) y en la parábola que lo acompaña: «Regresó el siervo y se lo contó a su señor. Entonces, airado el dueño de la casa, dijo a su siervo: «Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad, y haz entrar aquí a los pobres y lisiados, y ciegos y cojos.» (14:21). Como se ve, los ciegos se encuentran en paralelo a los pobres, y se celebra que su situación cambiará: los ciegos verán, los pobres tendrán “buenas noticias” (= evangelización). 

El evangelizador de los pobres celebra que el espíritu lo ha ungido para proclamar el cambio de situación en la vida (terrible) de los pobres, lo mismo que ocurrirá en la de los ciegos y los cautivos. Y – obviamente – si la buena noticia de los ciegos es que verán, y los cautivos serán liberados, la buena noticia para los pobres es que dejarán de serlo. El tema es central en Lucas a lo largo de su Evangelio (y Hechos), por lo que es razonable que Lucas lo ponga en el “discurso programático”. E insistimos que no se ha de espiritualizar la realidad de los pobres de Lucas (no se refiere a “pobres de espíritu”, sino a personas que tienen “malas noticias” pero el “mesías de los pobres” les anuncia que su situación cambiará.

Este cambio de situación en el texto de Isaías se concreta en el año jubilar, el “año favorable” (notar que Lucas omite la referencia a la venganza, lo cual es indicio de su evangelio de la paz). El “año favorable” sólo se encuentra en los dos textos que comentamos (Isaías y Lucas) pero en la Biblia es llamado “año de liberación” (áfesis, de perdón) al año jubilar (cf. Lev 25), el año en que se perdonan las deudas económicas, se liberan los esclavos, se rescata la tierra y devuelven las prendas.

Es interesante que Jesús termina el texto allí y se sienta. Lucas señala que “todos los ojos en la sinagoga estaban fijos en él” (“fijar la vista” es propio de Lc en el NT: x2 en Lc x10 en Hch y sólo x2 en Pablo en la misma unidad: 2 Cor 3,7.13). La palabra esperada de Jesús es sumamente simple, pero muy importante en Lucas: “hoy se ha cumplido ante ustedes esta escritura que han oído”. Sin duda el acento está puesto en el “hoy” que es término frecuente en Lucas (2,11; 5,26; 12,28; 13,32.33; 19,5.9; 22,34.61; 23,43). No se trata de cualquier “hoy” es “el día de la salvación”, el “hoy” de Dios. Al comenzar su ministerio Jesús “todos verán la salvación de Dios”. Hoy se cumple la escritura del tiempo de liberación y el mesías de los pobres celebra la vida nueva que trae, anuncia e inaugura.


Dibujo tomado de doroteiasprovsul.com.br