viernes, 29 de septiembre de 2017

Carta abierta a un mafioso

Carta abierta a un mafioso


Eduardo de la Serna



En los últimos tiempos te pusiste de moda. Algo terrible para alguien que hace del ocultamiento su máximo poder. Por todas partes en los discursos oficiales se te nombra, se alude a vos y a tus actos. Es decir, se te debilita. ¿A quién podría extorsionar públicamente un “mafioso”? ¿cómo podría amenazar, sobornar o amedrentar “a la vista”? Lo oscuro, la noche, lo tenebroso es fundamental para que la mafia sea tal. Y te pusieron a la luz. ¡Estás perdido, hermano!


Es cierto que no se te “nombró”, se aludió a “todas las mafias” y se mencionó los lugares de operaciones. Es cierto que faltaron algunos, pero era simplemente ilustrativo. O se aprovechó algún caso resonado de un sindicalista que nadie querría defender para mostrar cómo “las mafias” empiezan a caer. Si fuéramos malignos podríamos sospechar que mencionarlos así, sin nombres, sin pruebas, sin datos es puro márquetin aprovechando que – dada la obvia ignorancia de tu rostro, tu nombre o tu actividad “legal” – cualquiera puede ponerle el nombre que quiera, el rostro que quiera, el dato que quiera. Y – además, seamos sinceros – ¿quién defendería a “la mafia”? Sería como decir “pobreza cero”, “justicia independiente”, “paz mundial”. ¡Sólo un perverso o un psicópata podría oponerse! La cara angelical de la gobernadora (¡excelente actriz, por cierto!) hablando de la mafia “¡me pusieron una bala en mi escritorio!” (algunos recordamos que esa misma policía bonaerense secuestró al secretario de gobierno de otro gobernador y nadie hizo tanto escándalo, ¡en fin!), y el presidente con su sonsonete de pastor electrónico hablando de que “juntos” se “puede” vencer a las “mafias”, aunque – curiosamente – hace todo para que no estemos juntos y pareciera que las “mafias” son todos los que se oponen a él y a sus intereses. Porque – reconozcámoslo – al mencionar a Héctor Recalde se le fue un poco la mano… bueno, y con lo de los jueces y el fuero laboral, ¡también!; bueno… convengamos que los fondos buitres actuaron de manera mafiosa. Y – si de anonimato y chantajes en la oscuridad hablamos – también los trolls son bastante mafiosos. Bueno, la complicidad con los medios de comunicación para que no se diga lo que no conviene y se repique, repita y resuene lo que conviene es bastante oscuro. Y los carpetazos, la complicidad del poder judicial, las cosas hechas en secreto tipo Panamá, Bahamas, Correo, Avianca, Odebrecht, Calcaterra, Niki Caputo, la Anónima, Morales y su imperio jujeño… Bueno, pero no exageremos, son solo ejemplitos. Lo cierto, hermano mafioso que estás “en el horno”. Nadie creerá que la constante referencia a vos es hueca, todos sabemos que existís (los mafiosos, que los hay, ¡los hay!), como la mafia rusa, la mafia china, la mafia siciliana (bueno, esa no tanto porque de allí viene la familia del Capo), la mafia judicial (los laboralistas, no la Corte, por supuesto), y la mafia macrist… ¡ah, no! ¡esa no! En fin… al fin llegó la hora en que se te acabe el poder, aunque todavía no tengas nombre, rostro ni oficio. Estás muy pronto a ser “revelado” (porque cuando caiga este gobierno -que caerá- todos podrán saber que “en todo estás vos”, Mauri).

Imagen tomada de argentinatoday.org

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