sábado, 26 de marzo de 2022

La identidad del cristianismo

La identidad del cristianismo

Eduardo de la Serna



El título de este texto fue elegido con toda “mala” intención. Sencillamente porque en la Biblia la palabra “cristianismo” ¡no existe!, y, entonces, esto sirve para pensar.

El grupo de los seguidores (o discípulos) de Jesús era, sin duda, un grupo judío. Se sabían judíos y nunca pensaron ser “otra religión” ni un grupo diferente. Es importante señalar, eso sí, que el judaísmo (de ayer y de hoy) estrictamente hablando no existe. ¡Existen diversos judaísmos! En tiempos de Jesús, por ejemplo, había fariseos, saduceos, esenios, fundamentalmente. Todos se sabían judíos, pero sabían que existían los otros grupos. Y dentro de esos grupos, encontramos también a los seguidores del Nazareno (a los que algunos los llaman, por eso, “nazarenos”).

Jesús dice claramente que vino a “reunir a las ovejas perdidas del pueblo de Israel” y – como signo visible de esto – elige Doce, recordando a los Doce hijos de Jacob, los padres de las doce tribus (por eso elige varones). Y, por eso, la predicación de Jesús se centra en el Dios que quiere empezar a reinar entre ellos. Ahora bien, cuando Jesús es asesinado, la experiencia de la resurrección mueve a muchos a continuar con lo que Él hacía, solo que con un añadido: Dios quiere reinar, y la resurrección de Jesús es ejemplo de eso. Es decir, incorporan a Jesús en la predicación (cosa que, obviamente, Él no había hecho). Y en esta predicación se encuentran que muchos no-judíos quieren incorporarse ya que ven en ellos unos judíos más “libres” con respecto a algunas exigencias difíciles de observar (por ejemplo, alimentarias). Así van incorporándose al grupo cada vez más no-judíos (a los que la Biblia suele llamar “paganos”, o “naciones”, o – a veces – “griegos”). La centralidad que este grupo da a Jesús, al que llaman también Cristo, hace que – bastante más tardíamente – se los empiece a llamar “cristianos”. Es decir, judíos que reconocen a Jesús como el Cristo, es decir, el Mesías.

Con el tiempo (ya casi terminado el tiempo del Nuevo Testamento), en algunos lugares – no en todos – los seguidores de Jesús empiezan a tener claras las diferencias con los “judíos” y, entonces, a verse diferentes entre sí. Pero – repetimos – no es algo que ocurre en todas partes, no es sino hasta tardíamente, y, además, no significa, todavía, ruptura.

Recién en el s. II, un gran escritor cristiano, Ignacio de Antioquía (asesinado cerca del año 130), hablará de “cristianismo” para distinguirlo del “judaísmo”; aunque, insistimos, esto no ocurre en todas las regiones en el mismo tiempo.

Con el tiempo, como es obvio, el grupo fue profundizando su propia identidad, lo que significa ir conociendo ¿quiénes somos? Si hablamos de algo “nuevo” (nueva alianza, nuevo mandamiento, nuevo pueblo, nuevo Adán / Moisés / Elías…) ¿qué se conserva de lo viejo y qué no?, ¿qué tan judíos somos y cuánto no? Esta búsqueda de la propia identidad tampoco fue uniforme, y hubo diferentes grupos con diferentes posturas. Algunas fueron exageradas y terminaron fuera de la comunidad, otras, aunque diferentes, coexistieron como partes de un todo. El cristianismo, como el judaísmo, tampoco existe, ya que hay “cristianismos”. Lo que los caracteriza es, en la diversidad, la capacidad de comunión. Y así, estos diferentes grupos fueron conformando lo que llamamos “la” Iglesia (antes era frecuente hablar de “las iglesias”), y también el Nuevo Testamento (y muchos de los grupos que quedaron fuera, que también tenían sus propios textos, fueron conformando lo que llamamos “sectas” y sus escritos son llamados “apócrifos”, es decir “escondidos, lejos”). Así, a lo largo del tiempo, de los diferentes lugares y regiones se fue reconociendo la unidad en la diversidad, la universalidad, la fidelidad a la tradición de los apóstoles, y la conducción del Espíritu Santo que la acompaña y dirige. Es de aquí que hablamos de la Iglesia Una, Santa, Católica (= universal) y Apostólica”. Algo que la Iglesia fue descubriendo con el tiempo (y con tropiezos) y que en nuestros tiempos seguimos descubriendo, creciendo, creando, renovando y celebrando…

 

Foto tomada de https://egiptoexclusivo.com/cultura/religion/cristianismo-copto/

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