miércoles, 29 de junio de 2022

La muerte y la tierra

La muerte y la tierra

Eduardo de la Serna



Desde hace mucho, mucho tiempo, en la Iglesia latinoamericana hemos empezado a pensar, y aportar a partir del tema de los y las mártires. Para ser precisos, el tema, por un lado, no es exclusivamente cristiano, y empezó a pensarse teológicamente en la literatura apocalíptica cuando el imperio griego empezó a matar a aquellos y aquellas judíos y judías que querían mantenerse fieles a sus costumbres y su praxis religiosa. En el cristianismo, y especialmente – aunque no solamente, también en la literatura apocalíptica – ocurrió lo mismo a partir de que el imperio romano empezó a matar a cristianos por serlo. Para entenderlo bien, tanto griegos como romanos no podían entender a judíos y cristianos, por ejemplo, por no aceptar los criterios religiosos (es decir “civiles”) de reconocer o valorar las costumbres imperiales entre ellas el reconocimiento soberano del emperador de turno. Judíos y cristianos podían aceptar o tolerar el imperio, pero dar culto al emperador como a un dios ya era excesivo. Y muchos no estuvieron dispuestos a hacerlo. Y fueron asesinados por eso. El ejemplo (“testimonio”, que en griego se dice martyría), por otro lado, fue importante para los que lo veían. Por eso en el s. II Tertuliano dirá que “la sangre de los mártires es semilla de cristianos”. Hoy se dice que fueron “sembrados”.

El reconocimiento de los martirios en América Latina chocó, en su momento, con una estructura eclesiástica que parecía más cerca de los matadores que de los matados. Ideológicamente los acusaban de ideologizados. Y entonces, éramos testigos de que se reconocía los martirios provocados por el nazismo, por el marxismo, o hasta por conflictos étnicos, pero no a los “nuestros”. Hubo que esperar que el tiempo hiciera su trabajo para que se pudiera empezar a reconocerlos.

Pero, y acá un tema importante, eran reconocidos y nombrados los mártires porque habían sido obispos, curas, religiosas y religiosos, y, en ocasiones, catequistas. Pero los miles y miles de campesinos asesinados permanecían y permanecen en el anonimato. Los y las nadies. Es verdad que, en su gran mayoría, estos mártires nombrados y reconocidos lo fueron por quedar del lado de los nadies, y al menos sirve para pensar desde “un lugar” y ponerse en ese “lugar”. Y ese lugar, en una enorme cantidad de veces, casi excluyente, es desde la tierra.

Resulta que a la tierra hay quienes se la apropian. Legal o ilegalmente. No les importa. Cuando antes que “nadie” estuviera, ya estaban los indígenas, y alguien, porque tuvo el poder de la pólvora y la fuerza de una alambrada, decidió que, ahora, esa tierra es “nuestra”. Es curioso… en la Campaña al desierto se desalojó, mató, esclavizó, desplazó a toda la población indígena y esas tierras fueron “vendidas” o “donadas” a los que habían financiado la campaña (lo de la propiedad privada vino después, cuando era privada de ellos que habían privado a los indígenas de lo suyo). Y cuando hoy, sus descendientes, que son su sangre y su memoria, reclaman, un político – del que sus dichos no extrañan – sugiere meterles bala. Bala otra vez. Cuando los campesinos del norte, sea el este o el oeste reclaman, pues hay un poder judicial siempre oportuno; y siempre “oportuno” para los mismos. Cuando unos campesinos en el centro reclaman, pues se les incendian los ranchos, se envenenan sus pozos y se matan sus animales, para que aprendan. ¡Vamos! Y, cuando, algunos curas, religiosos o religiosas están de su lado, pues se los difama, que para eso están “los Medios”, o directamente se los amenaza, que para eso están los Sicarios (si los Medios no son sicarios de otro modo).

Valga este párrafo para el amigo y hermano Rubén, amenazado sencillamente por estar con la gente y quedar de su lado. Porque lo que a ellos les ocurre en el día a día se derrama (ese derrame sí existe) sobre los que están. Valga como abrazo para tantas y tantos campesinos despojados y envenenados. Y valga como reclamo para exigir justicia, aunque eso – es cada vez más evidente – en nuestra Patria es una ficción y una caricatura.


Foto del Mocase tomada de https://rmr.fm/noticias/mocase-exige-libertad-para-campesinos-que-intentaron-frenar-desmontes/

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