¡Basta
de corrupción!
Ironías
del destino.
Eduardo
de la Serna
Después del eximio paso de
Sebastián Piñera por el Palacio de la Moneda, tiempo en el que la
transparencia, honestidad y sensatez primó entre nuestros hermanos trasandinos,
el pueblo volvió a equivocarse eligiendo a Michelle Bachelet. La prensa
independiente, en dos manos (Mercurio y La Tercera), siempre supo comprometerse
con los intereses de la Patria cuando se vio en la obligación de fomentar un
golpe contra el populismo marxista de Salvador Allende, llegando incluso a
distorsionar, exagerar, silenciar o hasta mentir noticias para conseguir ese patriótico
fin… Hoy, a casi semanas de la asunción de la nueva presidenta ha logrado
demostrar casos evidentes de corrupción que tocan directamente a la mandataria
la que, para ser honestos, debería renunciar.
El populismo en Brasil es
notoriamente más grave ya que cuatro períodos del PT se han vuelto
insoportables. El pueblo vota ostensiblemente guiado por los planes, y quizás
hasta una feijoada con cachaça que recibe en las movilizaciones. Nuevamente la
prensa independiente (O Globo, Veja) es la que tiene la difícil y patriótica
misión de intentar provocar – aunque deba sacrificarse, en aras de la patria,
distorsionando la verdad, o hasta mintiendo con el único fin de lograr sanear
las instituciones malheridas de populismo – el fin último de la libertad. Es
evidente que con un poco de esfuerzo puede alcanzarse el juicio político y el
país liberarse del cáncer de la corrupción petista.
¿Y qué no decir de
Venezuela? La peligrosísima Venezuela donde se entrenan comandos que pueden
atentar contra la Casa Blanca y hasta matar fiscales honestos y valientes en
otros países. Y Nicaragua, o El Salvador, donde hasta son capaces de beatificar
infiltrados marxistas en el seno de la Iglesia. Y Ecuador… ¿Bolivia? Bolivia
por ahora parece inexpugnable, pero no perdemos la esperanza.
Es evidente que América
Latina tiene un presente preocupante. Aunque resisten los embates del populismo
los dignos países de Perú, Colombia y México donde es evidente que no hay
corrupción alguna.
Así como Brasil, Argentina
lleva ya demasiado tiempo de populismo. La corrupción corroe todo, pero la
república – o republiquita – viene asomando. Los casos de corrupción son
evidentes y tienen nombres lo suficientemente estigmatizantes como para que
huelguen las palabras: la Cámpora, Justicia legítima, 6,7,8… Nuevamente el
invalorable aporte de la prensa contribuye a poner a la luz la creciente mancha
pustulenta. Aunque a veces toque disimular, tapar, mentir. Todo sea por la
causa de la patria. Al fin y al cabo tiene experiencia, como cuando tapó la
corrupción de la dictadura, empresas arrebatadas a detenidos, Papel Prensa como
ejemplo, vaciamiento de empresas, como YPF (¿Suárez Mason presidente de YPF?
¿No es mucho?), deuda externa… o la corrupción menemista en privatizaciones
(¿un diputrucho? ¿No es demasiado?), vaciamientos, cesión de la economía a la
banca y poder financiero. Obvio que cuando ya no se podía tapar por evidente
era porque ya había un candidato alternativo. ¿Una Alianza? ¿No es demasiado?
Al fin y al cabo se proponía lo mismo “pero sin corrupción” (¿Una Banelco? ¿No
será demasiado? ¿La cajita feliz de Gostanián a periodistas? ¿No será
demasiado? “El ántrax llegó a la Argentina” [Clarín 20/10/2001]). Pero la cosa,
es no olvidar direccionar bien las denuncias…
La cosa es [1] que no haya
nunca malas noticias de Tigre (la lancha baleada es en el “Delta de San Fernando”, no de Tigre; los casos de femicidio que
llevan años son tapados, y hasta la muerte de una nena por perros del vecino…
No se habla de la responsabilidad de Nordelta en las inundaciones, ni los narcos
(Mi sangre, por ejemplo) encontrados en Tigre… Aunque para ser justos, algunos
casos han empezado a salir. ¿Qué pasa Sergio? ¿Te soltaron la mano? [2] Que no
haya malas noticias de la Ciudad de Buenos Aires, sobrefacturación en obras (¿Siempre
a la misma gente?, ¿no será demasiado?), subfacturación en escuela, salud
pública y viviendas, nada que no se arregle con unas buenas Taser que la UCEP y
el Borda demostraron que se utilizarán solo en casos extremos de legítima
defensa. Y si asomara algún caso no hay nada que un buen incendio no pueda
solucionar (¿Iron Mountain? ¿No será demasiado?). [3] Por si acaso, también evitar
malas noticias en la Provincia de Buenos Aires, y si se puede provocar “el
salto”, mejor (¿El Frente para la Victoria de la Provincia publicitando
Expoagro? ¿No será demasiado?).
La cosa es mostrar la
corrupción debidamente direccionada, y si algo empieza a dirigirse en un
sentido inconveniente siempre hay una jueza amiga querellante que embarre la
cancha (¿Arroyo Sesgado? ¿No será demasiado?), o alguien de la fiscalía (fiscales
amigos parece que se encuentran por doquier) que divulgue fotos que puedan
malinterpretarse y seguir embarrando. O hasta de la policía, quizás. Siempre se
consigue alguien dispuesto. Total es fácil solucionar esto con un buen traspaso
de manos (¿a la Policía metropolitana? ¿No será demasiado?).
La cosa es provocar a la
siempre sensible (auto-sensible) clase media (o a quienes pretenden serlo) y
seguir con la campaña electoral empezada recién en 2009. ¿Caerán descartables
en el camino? ¡Efectos colaterales! ¿Caerá la verdad en el camino? ¡Efectos
colaterales! ¿Se llenarán de dinero los amigos? ¡Efectos colaterales! Lo único
que importa es acabar con la corrupción. Aunque antes tengamos que explicar
nosotros qué es esta tal corrupción, y por qué no lo es cuando beneficia a los
nuestros.
Foto tomada de www.venado24.com.ar
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