Algunas notas de actualidad
Eduardo
de la Serna
La así llamada actualidad es tan
vertiginosa que no da tiempo a mirar un tema cuando muchos otros pasan al
margen casi disimulados, o específicamente invisibilizados. Soy consciente que
decir unas pocas palabras de algunos temas, dejarán fuera muchos otros. Y todos
importantes.
1.- Un tema muy actual es el
de las tarifas. Se suele referir a las de primera necesidad:
electricidad, agua, gas, pero incluye también transporte y combustibles,
medicina, peajes, además del sistemático aumento de alimentos y artículos de
primera necesidad. Algunos farsantes que fungen de diputados levantaron su voz
en contra de los aumentos en todos los medios a su alcance (que suelen ser
muchos), pero cuando el tema se trató en la Cámara su ausencia les quitó
brillo. Cuando se usaba mucho el francés se decía que era pour la gallerie, el lenguaje de la calle dice para la gilada. La insensibilidad del gobierno es algo ya sabido, pero
– además – pretender una vuelta atrás es inverosímil: “Yo soy el patrón y se hace lo que digo, y ¿quién se creen que son estos
para cuestionar una orden mía?”. ¡Listo! Usando el mismo discurso del
primer Piñera para explicar por qué la educación no puede ser gratuita en Chile
dijeron que esto “alguien tiene que pagarlo”. Lo cual es una obviedad. Pero
como buenos (sic) liberales no figura entre sus posibilidades la idea de pensar
que quien lo pague sea el Estado. Eso significaría un aumento de salario
encubierto, y ya sabemos: el salario es un costo más.
Aprovecho para destacar un
elemento. Como es obvio y natural, estas situaciones llevan a que mucha gente,
por ejemplo, se enganche. Lo cierto es que un vecino de la zona sur se estaba
enganchando el pasado miércoles y la cuadrilla de la empresa eléctrica (no
recuerdo a cuál de los dos amigos del presidente pertenece) lo golpeó para que aprenda.
Total, la impunidad para los poderosos está a la orden del día.
2.- Otro tema vigente es la
propuesta de “despenalización del aborto”. Los debates siguen y hemos
escuchado argumentos en favor y en contra, más o menos serios. Empiezo
señalando que un buen documento de la Conferencia episcopal invitaba a un
debate abierto, respetuoso, de escucha y argumentos. ¡Bien ahí! Pero después de
eso, lo que vimos son fotos de obispos con una frase: “¡Vale toda vida!” y nada más. No me consta que el episcopado haya
llamado a escuchar diferentes voces y posiciones. Y, a menos que eso de “escuchar
todas las voces” quisiera decir todas las voces que piensan como nosotros, no
parece que se haya hecho. Si esas fotos son los argumentos y debates que el
Episcopado pretende dar, no parece demasiado serio. ¡No lo es! En lo personal,
a la hora de escuchar los diferentes argumentos en favor y en contra de la
despenalización, me queda un sinsabor amargo. Entiendo que la gran mayoría
(especialmente de los opositores) recurrieron a sensiblerías, golpes de efecto
y cero argumentaciones. Mostrar fetitos, cartitas o versitos – en lo personal –
me predispone más en contra que a favor. Y fueron escasos los planteos – que yo
haya visto – dando respuesta a qué hacer con una mujer (porque de mujeres se
trata) que sí o sí decide por A o por Z abortar en determinadas situaciones.
¿La penamos o la comprendemos? Porque el aborto se lo hará, legal o ilegalmente
(y bien sabemos que, en las villas, los barrios, las ciudades y los countries
¡hay abortos! Y negarlo sería no sólo necio sino mentiroso); ¿qué hacemos con
esa mujer?, ¿la condenamos? Entiendo que ese es el tema y pocos – si varios –
lo afrontaron.
3.- Mirando nuestras relaciones
internacionales no puedo menos que avergonzarme hasta lo más profundo. La
sumisión genuflexa del presidente y la política exterior me llena de dolor y
vergüenza. Ya vimos la visita del Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, alguien
que revuelve las tripas a cualquier amante de la paz. Ahora viene el Presidente
de Gobierno de España, Mariano Rajoy – que compite con su predecesor Aznar por
la suprema ignorancia – y los granaderos del angustiado general San Martín lo
acompañan con banderas de la nación contra la que combatió. Y luego, en una
declaración conjunta, afirman que desconocerán los resultados de las elecciones
de Venezuela (España, lo recuerdo, fue junto con el Imperio, el país que
reconoció casi instantáneamente, el gobierno golpista que derrocó a Chávez en el
2002). Yo quisiera desconocer el resultado de las elecciones en Argentina, pero
no he tenido demasiado suceso. Y, para llenar el vaso del entreguismo y la
sumisión, no se ha dicho una sola palabra de la prisión política de Lula en Brasil.
Fidel, a un predecesor de Mauricio lo llamó “lamebotas”. Veremos qué dice ahora Miguel Díaz-Canel, si es que Argentina
reconoce el nuevo gobierno cubano, claro.
4.- Y en medio de todo esto
está el próximo mundial de fútbol. Siendo como es de exitista y sensible
nuestro pueblo, debo decir claramente que espero que Argentina haga un papelón
en el campeonato, cosa que parece probable. Dejo de lado mis opiniones y gustos
(los que me conocen saben que desde siempre me disgustó Messi y no lo quisiera
en mi equipo y tampoco a todos los que él pone porque si no, no juega), pero
creo que podemos esperar varias jugadas arteras de parte del gobierno (medidas,
leyes, DNU, etc.) durante el mundial, y pan y circo por mucho tiempo si
Argentina ganara, así que – con dolor a mi sensibilidad futbolera – debo confesar
mi deseo. Ojalá haya bronca.
Foto tomada de http://www.seat.mpr.gob.es/portal/delegaciones_gobierno/delegaciones/madrid/actualidad/notas_de_prensa.html
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