¡Es tiempo de andar, nomás!
Eduardo de la Serna
Dicen de Teresa de Ávila que
era “una fémina inquieta y andariega”. En realidad, lo decía el nuncio para
desvalorizarla, pero resultó bastante más profético que lo que quien quería
callar mujeres y censurar escritos podía sospechar. Dicen, también, que ya en
la cama, muriéndose, se sentó e incorporó y dijo: “¡es tiempo de andar!” (Alba
de Tormes, 4/10/1582, testimonio de Ana de San Bartolomé).
Parece que lo que suelen
querer los poderes es “detener”, frenar, impedir que se camine. Porque, parece,
el que camina conoce rumbos, reconoce errores, descubre senderos y encuentra
hermanas y hermanos caminantes. Peregrinos. Para eso sirven las utopías, para
caminar, repite Eduardo Galeano citando a Fernando Birri. Solo el que camina
llega a alguna parte. Y el que camina con utopías en el horizonte, tiene una
meta, un sentido, un sueño… eso puede hasta ser peligroso para los poderosos.
Un día elegí caminar como
cura, mirando el camino de otros muchos. Tengo claro que también hay otros con
los que no estamos en la misma senda, pero mirando a aquellos que, para mí,
enaltecen su vida y dan luz a un ministerio que no siempre brilla en otros, el
camino se volvía maravilla. Podría mencionarlos… muchos todavía viven. Otros
los conocí “andando” y celebro todavía el encuentro. Mencionar a Carlos Mugica es
casi una obviedad, pero no menos justa. Conocí obispos y curas, como dije, y no
irónicamente, en algunos textos. Hoy no podemos menos que recordar a Enrique Angelelli,
que, además, con sus compañeros, es beato; es decir, es camino.
Si – también en la Biblia – la
vida es camino, si hay tropiezos y límites, debilidades y fiestas, si hay
noches y días (y noches oscuras, desde lo que Juan de la Cruz llama “la noche
oscura del alma” hasta la noche oscura de la dictadura, de las estructuras de
injusticia o del neoliberalismo), hay caminos para andar. Hay noches y hay
horizontes, hay un pueblo que justifica gastar la vida y hay compañeros curas
con los que es bastante fácil decir que “¡hay que seguir andando, nomás!” Y si
es cierto que se hace camino al andar, ese camino es llevadero cuando se hace
con compañeras y compañeros al lado y utopías delante; utopías que se conocen
con un oído puesto en el Evangelio y el otro en el pueblo. Y cuando en ese
camino estamos llamados a comunicar buenas noticias a los pobres, pues de pueblo
peregrino se trata. Eso, creo, es esto de ser cura en estos días.
Foto tomada de https://pixnio.com/es/paisajes/carretera/camino-paisaje-cielo-horizonte-transporte-nube-viaje-unidad
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