Cuatro breves
Eduardo
de la Serna
La parábola del PATO
Como se sabe, una parábola es
un relato. Un relato que deja una enseñanza, por la positiva o la negativa,
pero enseñanza al fin.
El pato es un ave conocida, de
corral o silvestre. De joven es tierno, dulce, amado por todos, cosa que no
siempre ocurre con el pato adulto. Del pato criollo hay un refrán popular, pero
no es a ese al que me refiero. El silvestre, está entre nosotros en el sur,
pero cuando empiezan a cambiar los climas, es migratoria y empieza su periplo
hacia el norte. No vuela solo, no podría llegar si ese fuera el caso. La
bandada, volando habitualmente con forma de “V”, ahorra energía a fin de llegar
al destino esperado: el norte; y al llegar, la “V” se deshace. Y sabe hacer en
el norte su nueva patria, se asienta, se ubica. Pero los climas vuelven a
cambiar, el sur debería volver a ser la meta, pero este pato trazó su parábola,
se tatuó el norte en cada pluma y hasta el norte la reconoce como propia. Y dirigente
de pobres bandadas, o bandas. Y en los nuevos climas del sur nadie extraña al
pato, si hasta los espantapájaros se quitaron las máscaras y hoy no asustan a
nadie. Y la parábola del pato le marcó su norte, lo eligió y lo amo, mientras
en el sur, hoy, empezó la fiesta.
La firmeza del NUNCA MÁS
La voz del “Nunca Más” resuena
en los oídos de la patria desde el juicio a las juntas genocidas de la
dictadura cívico-eclesiástico-militar. Otras veces se volvió a escuchar, pero
hoy, al asumir la presidencia, Alberto la pronunció innumerable cantidad de
veces. Especialmente al referirse a la falta de independencia del poder judicial.
Pero quisiera, además, que se vayan poniendo los cimientos firmes para que NUNCA
MÁS el neoliberalismo someta y torture a nuestra Patria. Debo decir que no voy
a extrañar “ni un tantico así” a nadie de este gobierno que se ha ido. Pero
espero que nunca más los DNU deroguen leyes, se pueda endeudar el país entero y
eternamente sin consenso mayoritario (2/3) del congreso, que nunca más jueces
puestos a dedo co-gobiernen con el poder económico desentendiéndose de los pobres,
de los niños, los jubilados, los enfermos, los desocupados… Deseo que nunca más
se pueda mentir impunemente desde los debates a las cadenas nacionales de la hegemonía,
que nunca más olvidemos a jueces, políticos, periodistas (o quienes afirman
serlo) al servicio de la mentira, del odio y de la explotación. Nunca más.
El peso de la MOCHILA
Hoy, como era de esperar, fui
a la plaza. Desde temprano, hasta que el calor me desterró. Estuve varias
horas. Saludé a mucha gente. Me saludó mucha gente. Pero me llamó la atención
un saludo que se repitió varias veces. Creo que cuatro. “ – Gracias por las
palabras de ustedes, los curas, que nos hicieron mantener la esperanza cuando
la perdíamos, nos hicieron creer cuando estábamos desalentados y nos alentaron
a la resistencia”. Y sentí una mochila, el peso y la responsabilidad de cada
palabra. Me alegró enormemente, sin duda, pero me hizo sentir la carga de una
presencia, una palabra, una actitud. Celebro que los curas opp lo hayamos sido
para muchos, y espero ser capaces de seguir reforzando la fe, alentando la
esperanza y dando aguante a la resistencia. De un oído en el evangelio y el
otro en el pueblo se trata. Pero que es una carga, no tengo duda.
La suavidad de un pueblo
Caminé, miré, escuché, canté,
y seguí mirando. Y lo que me llamó la atención (una vez más, porque es
habitual) es la fiesta del pueblo reunido. Comparo con otras marchas, por
ejemplo, la marcha del odio que hubo días atrás y me da mucha paz el contraste.
Paz por estar de este lado, de esta marcha. Se ve – siempre – gente feliz.
Nadie duda que las cosas no serán fáciles, que la herencia macrista sí es
pesada, que sí se llevaron un PBI (lo llaman “deuda”) y que mañana empezará lo
arduo. Pero la fiesta la da el rumbo, el camino elegido. Y en ese camino hay un
pueblo, y en ese camino el pueblo se encuentra, se reconoce, y se sabe “otro”.
Ese que es la Patria (“años que no lloraba al cantar el himno”, dijo una señora
delante mío). Las lágrimas, las muchas lágrimas de emoción, de mucha gente ante
cantos o palabras del nuevo presidente son lágrimas de esperanza. Y la esperanza
parece el motor de lo nuevo que hoy empezamos.
Foto tomada de http://www.elbecerrodeoro.es/qrfdian-suministros-de-oficina-tres-columnas-titular-de-archivo-transl%C3%BAcido-soporte-de-libro-marco-de-informaci%C3%B3n-archivo-peque%C3%B1o-columna-marco-de-archivo-simple-caja-de-pluma-estudiante-b07hdg1ksk.html
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