Carta abierta al presidente Alberto Fernández
Estimado Alberto:
Antes que nada, perdóname si te molesta que te tutee. Nace de la militancia, del ser compañeros y hasta de la edad. Pero de ninguna manera es una falta de respeto. Espero que se entienda.
Como no nos conocemos personalmente, te cuento dos cosas muy breves, para que sepas quién te escribe: soy cura, y vivo en barrios populares. Pertenezco al Grupo de Curas en Opción por los Pobres (que no somos lo mismo que los “curas villeros”). En mi caso, estoy en Bernal Oeste. En segundo lugar, soy de los muchos que te votaron, y que hoy volvería a votarte. No porque creo que sea lo ideal, ni lo que sueño, pero siempre me enseñaron que “lo mejor es enemigo de lo bueno”.
El motivo de mi carta es, “sencillamente”, el momento de gravedad que nos toca vivir. A todos nos llegan miles de cosas. Y muchas terminamos creyéndolas, hasta que resultan ser falsas. No hace falta que elenque las que he recibido. Obviamente no tengo ningún criterio para afirmar o cuestionar las medidas que se están tomando. Me pueden gustar o no, pero eso no debería importarle a nadie. Si es mejor esto o aquello, si tal medida se tomó a tiempo, o apresurada o tardíamente, no tengo ninguna capacidad para saberlo. Toca confiar que se decidirá lo mejor de acuerdo a nuestras posibilidades. E incluso, puede ser que ustedes se equivoquen. Es normal que así sea.
Lo único que me parece fundamental en estos momentos es que no pierdan la calma. Que puedan tomar decisiones, algunas con firmeza, pero siempre sin perder la calma. Es verdad que ver las filas de los que se “van de vacaciones”, los que suben a un Buquebús o actúan convencidos que nadie les puede poner o imponer criterios desde una mentalidad clasemediera, a veces nos saca de quicio. Ojalá con ustedes no lo logren. Después que pase “la tormenta” tengo un montón de propuestas, algunas muy políticamente incorrectas, pero en estos momentos solo abrazarte a la distancia y hacerte saber la cercanía y compañía de muchos, muchas y muches.
Eduardo de la Serna
Me permito esta vez y pemitime compartir la alegría que me dió saber que el encuentro con el capitán Beto se llevó a cabo y finalmente pudiste contarle mucho más de lo que esta carta puede llegar a decir...el milagro de la Fe está presente...es algo q nosotres les cristianes experimentamos...
ResponderBorrarGracias por ser comunicador y representante social...
Padre Eduardo, con un oído en el evangelio y otro en el pueblo!!!!
ResponderBorrar