martes, 30 de junio de 2020
Video con reflexión del Evangelio, domingo 14º "A"
Comentario domingo 14A
La revelación de Jesús desata un conflicto por los destinatarios escogidos
Lectura de la profecía de Zacarías 9, 9-10
Resumen: en medio de los oráculos del profeta irrumpe un canto a un rey humano que sorprenderá por su humildad y su firmeza. Es con ella que llegará la paz a las naciones en un rey desarmado y que alcanzará a toda la tierra, con límites geográficos jamás vistos.
Resumen: la vida y la muerte, el espíritu y la carne se presentan ante los lectores como dos caminos. El creyente tiene abierto ante sí el camino de la vida por estar conducido por el espíritu de Dios que es espíritu dador de vida.
Pues lo que era imposible a la ley, reducida a la impotencia por la carne, Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado en la carne, a fin de que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no según la carne, sino según el espíritu (8,3-4)
Resumen: tres pequeñas unidades ponen a Jesús en conflicto con las autoridades judías de tiempos de Mateo mostrando la predilección de Jesús, y en él, del Padre, por los pequeños, los que están sobrecargados por los fariseos.
“Yo decía: «Naturalmente, el vulgo es necio, pues ignora el camino de Yahveh, el derecho de su Dios. Voy a acudir a los grandes y a hablar con ellos, porque ésos conocen el camino de Yahveh, el derecho de su Dios». Pues bien, todos a una habían quebrado el yugo y arrancado las coyundas”. (Jer 5,4-5)
miércoles, 24 de junio de 2020
Una respuesta creativa ante la peste
Una respuesta creativa ante la peste
Eduardo de la Serna
En la localidad de Klaros, en la actual Turquía, había un gran
templo a Apolo donde solían pronunciarse oráculos a quienes lo solicitaran (en
general, luego de un buen pago por ello). En la década del 160 una gran peste (peste
Antonina) asoló la región.
Cuando los habitantes de Cesarea Torcheta (Lidia) fueron a
consultar al oráculo, este ordenó:
“que se saque agua de siete fuentes
cuidadosamente preparadas” y con ella se rocíen las casas. y en las afueras de
la ciudad “se debe erigir una gran estatua de Apolo, con un arco amenazante en
su mano derecha”. Hecho esto, la peste desaparecería.
Cuando – por el mismo motivo – fueron a consultarlo los ciudadanos
de Pérgamo, el oráculo dijo:
“durante siete días seguidos ofrezcan
carne en el altar de Atenea, quemando un novillo de dos años, puro, virgen, y
tres toros a Zeus y a Baco celestial. Asimismo, para el hijo de Coronis [Esculapio]
despedacen un toro según la costumbre y organicen un sacrificio y una fiesta. Y
los jóvenes, todos vestidos con atuendos militares, con sus padres, derramen
una libación tras otra y pidan el remedio a la peste a los inmortales”
Lo interesante es que, no solamente no se preguntan por la causa de
la peste, sino que las soluciones no modifican en nada las costumbres y hábitos,
por el contrario, responden a ellas. La vida, la ética no forma parte de las
perspectivas de los dioses griegos.
En cambio, poco después, en otra peste (250), el obispo de Cartago (norte
de África), Cipriano, no respondió llevando a cabo actos de culto para calmar “las
iras divinas” sino ocupándose de la ayuda a quienes sufrían las consecuencias (además
de que muchos de la ciudad culpaban a los cristianos por la peste).
Cipriano sabe que en medio de esta situación (y recién salidos de
la persecución de Decio) los cristianos precisan palabras claras y una
orientación precisa (y no serían los oráculos quienes las darían). Cipriano
reunió a los cristianos de la ciudad invitándolos al valor y la paciencia. Su
discurso fue profético y pastoral. Los cristianos, dijo, son tan afectados por
la peste como los paganos. La cosa no era el por qué sino el cómo responder
ante este hecho. Y para ello, recurrió a las Escrituras y la Tradición. En
primer lugar, señalando la centralidad del amor y la misericordia. Destacando,
además, que, desde hace muchos años, “la iglesia se ha dado una organización
del cuidado de los enfermos”. El dinero de la comunidad, mujeres dedicadas y
diáconos debían salir hacia los demás en estos momentos. No es posible que “gente
muera en las calles y sin pan ni agua”. Y siguiendo el Sermón del monte invitó
a ir más allá del amor al hermano, amando más que los “escribas y fariseos”,
amando incluso a los enemigos, es decir a los vecinos paganos (es decir, no
solo a los cristianos), dando de comer y beber a todos, también a los que ayer “nos
han perseguido” o a quienes hoy nos calumnian. Lo importante es que, a
diferencia de los oráculos paganos, que no modificaban las actitudes y habitus
sociales que los constituían, la propuesta de Cipriano ante la peste, fue
modificar el hábito: la confianza en Dios debía llevar a un cambio de vida “en
salida”.
[inspirado en A. Kreider, La Paciencia. El sorprendente fermento
del cristianismo en el imperio romano, Salamanca 2017, 86-95]
martes, 23 de junio de 2020
video comentando Evangelio domingo 13º durante el año
En el video se hace referencia a “Vicentín”. Un caso emblemático en el presente argentino. La empresa Vicentín, una de las principales agro exportadoras de Argentina, y la principal aportante en la campaña de Mauricio Macri (2019), consiguió préstamos espurios de ese gobierno por más de 300.000.000 de dólares, incluso a días de que ellos dejaran el gobierno. Llamó a convocatoria de acreedores dejando miles de campesinos y pequeños trabajadores sin pago ni justicia además de la millonaria deuda con el Estado. Sin embargo, cuando el gobierno de Alberto Fernández anunció su expropiación, a fin de recuperar para el país las deudas, evitar la extranjerización de la empresa y cumplir con los pequeños campesinos, la prensa hegemónica hizo una feroz campaña (“comunismo”, “vamos a ser Venezuela”, etc.) logrando que gente que no tiene campos, ni conoce del tema saliera a la calle diciendo: “todos somos Vicentín”. A eso se alude en el video expresamente.
Comentario domingo 13A
+ Evangelio según san Mateo 10:37-42
- Un logion doble destaca que no se puede amar más que a Jesús a padre o madre ni a hijo o hija. Quién lo hiciera “no es digno de mí”.
- Un logion sobre tomar o no la cruz.
- Un logion antitético señala el contraste entre quien busca, que perderá y quién pierda que encontrará.
- Un logion sobre los destinatarios y su relación con Cristo: quien recibe a ustedes me recibe a mí, y ese recibe al que me ha enviado.
- Dos logia sobre recibir a otro como profeta o como justo y la condigna recompensa de profeta o justo.
- Finalmente un logion anunciando la recompensa a quien dé de beber un vaso de agua a un pequeño creyente.
sábado, 20 de junio de 2020
Me convencieron… ¿ahora apoyo la pena de muerte?
Me convencieron… ¿ahora apoyo la pena de muerte?
Eduardo de la Serna
No logró convencerme la diva glamorosa cuando decía “el que mata
tiene que morir”. No me parecía coherente con la que apoyó un genocidio, o se
hizo la distraída… murieron 30.000 y no pidió que murieran los asesinos. Para “peor”
las principales afectadas, Madres, por la desaparición, torturas, saqueos, violaciones,
y robo de bebes a los hijos nunca lo pidieron. Entonces debía guardar silencio.
El que mata no “tiene que” morir, sino esperar justicia. Una lenta, esclerótica
y elefantiásica justicia. Pero justicia.
No logró convencerme el mediocre petardista televisivo que cuando
moría un ladrón celebraba diciendo “uno menos”. Algo de mi matemática no me
cerraba. ¿Cuál era el criterio de la suma o de la resta? Si moría un
torturador, ¿había que sumar? Si moría un gendarme represor de jubilados, ¿era
resta? ¿Cuándo? ¿Quiénes? No me quedaba claro si no se escondía racismo, aporofobia
o simple y vulgar nazismo. Así que me parecía que, otra vez la paquidérmica
justicia, debía tener la última palabra.
No logró convencerme el slogan que se logró popularizar: “hay que
matarlos a todos”. De nuevo el “todos” no me resultaba claro. ¿Todos “quienes”?
o ¿todos los qué? todos los pobres, me resultaba complicado, especialmente si
digo que soy cristiano. Todos los ladrones, pareciera. Pero los que fugan
divisas a Panamá, vacían el Correo, ¿son ladrones? Los que no pagan sueldos
justos a sus trabajadores ¿son ladrones? ¿O es solo un tema de gallinas? Otra
vez la justicia, entonces.
Pero resulta que creo que la democracia es “el menos malo de los
sistemas de gobierno que podemos darnos”. Es decir, el pueblo es el que fija
nuestro destino por un tiempo. Es el que ejecuta proyectos o los legisla; no el
que juzga, porque la última instancia de la “democracia” no la tiene el pueblo
sino una elite enquistada, que nadie ha elegido y que se gobierna a sí misma. Y
resulta que un grupo de poderosos (de economía se trata) manejan la mente y el
sentir, el expresarse y el decir de un grupo importante de la sociedad que
malquista, que molesta, que quita la alegría de vivir a otros muchos. La
imbecilidad al palo, podría cantarse mirando Cabildo y Juramento, el Obelisco y
algunos lugares donde bobos manejados de las narices por dos slogans, incapaces
de pensar frente a delincuentes que los han maltratado, estafado, basureado y
estafado salen a defenderlos... y creen que argumentan. ¿Será que tengo que
desear una bombita en Nordelta, en algún canal de televisión, o en alguna
marcha de idiotas útiles? Al fin y al cabo – y usando los criterios de los
anteriores – me molestan, me perjudican, están en contra de todo lo que pienso
y creo. Me cuesta aceptarlo, así que voy a pensarlo un poquito más… pero
¿ganas? ¡¡¡Ufff!!!
Foto tomada de https://www.minutouno.com/notas/5016344-una-foto-que-duele-una-anciana-junta-berenjenas-del-suelo-la-represion-al-feriazo
La bandera... un trapo
La
bandera… un trapo
Eduardo
de la Serna
Hoy se conmemora en Argentina
el día de la bandera. En homenaje a su creador, uno de los grandes: Manuel Belgrano.
Su vida, gesta y gestos, historia
y palabras merecen todas las memorias. Pero a nivel simbólico, la bandera
argentina dice poco, y dice todo.
Recuerdo cuando estaba en el
colegio que un día, cuando se izó la bandera, esta resultó teniendo un sol en
la mitad, y muchos se asustaron porque entendían que con sol era “bandera de
guerra”. Recuerdo, mucho antes, que de chicos en el colegio un día “juramos” a
la bandera, algo que era solamente un momento pintoresco sin significado real.
Pero también recuerdo otros momentos y otras militancias. Evita decía, con pasión
y profetismo que muchos “recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la
victoria”. Embanderar es lucha, porque es identidad. Y de eso se trata.
Crear la bandera es dar
identidad. “Estos somos”. Esto nos guía; no un trapo, no unos colores. ¡Una
bandera! Cuando en una batalla una bandera flamea, eso “dice” algo. Arriar las
banderas, enarbolarlas, capturarlas, mancillarlas dice algo. Es una guía, conduce,
orienta. Estos somos. Esos son los otros.
Crear una bandera en un
conflicto es dar una dirección. Marcar rumbo. Y en ocasiones, marcar el enemigo,
el cual también está embanderado.
Sin duda, por ser símbolo, también
puede ser ahuecada, vaciada de sentido y contenido, y vaya si lo sabemos.
Debo confesar que, en mi
adolescencia, cuando empecé mi militancia, la bandera (y otros símbolos, como
el himno) me llenaban de orgullo. Recurría (mos) a ellos con frecuencia. Sin
embargo, a partir del 24 de marzo de 1976, ver la bandera me llenaba de
tensión. Era casi como ver “al enemigo” (de hecho, así nos hicieron sentir, con
“eso del enemigo interno”). Debió pasar un buen tiempo post-dictatorial para
que la bandera volviera a tener para mí el significado que siempre tuvo, pero
del que la habían vaciado.
La bandera es la que enfrentó “la
tiranía”, la que condujo a ignorantes e iletrados detrás de un sueño:
¡libertad! frente a “la patria esclavizada” llamada a romper los “vínculos” de
la opresión. Es un símbolo de los mejores ideales y sueños, los que nos
identifican y señalan causas y luchas. Es cierto que están también los que
pretenden adueñarse (como los dictadores) de los sentidos y contenidos. Y de
los embanderados depende que no nos dejemos arrebatar causas y metas. No está
mal, en estos tiempos, mirar a Belgrano y sus luchas, sus palabras y gestos. Cuando
tomó un puñal y lo puso sobre el cuello del virrey, no parecía demasiado “angustiado”;
cuando conducía las tropas y vació ciudades enteras para que no fueran tomadas
por el enemigo, ¡tampoco!, cuando propuso leyes y condujo gestas, ¡menos! Y
cuando los apropiadores del sentido lo sometieron a la pobreza e ignominia
logrando su muerte en la miseria, quizás sí. Ver a los que supuestamente tienen
la misma bandera haciendo suyas las causas contrarias, es por lo menos
angustiante. Es casi como ver salir a Belgrano de los billetes para poner un
hornero, o creer que el 25 de mayo es el “día de la bandera”. Ese día, en
realidad, es cada día que la libertad campea, que la dignidad se enarbola, que
los pobres y los trabajadores, los campesinos y los indígenas, las mujeres y
los negros son mirados, reconocidos y tratados como hermanas y hermanos. Ahí
sí, “levantamos los trapos”, y podemos cantar viéndola tremolar triunfal.
Porque la bandera es una identidad y una lucha. La identidad y la lucha de un
pueblo. Aunque a veces haya enemigos internos (anti-pueblo los llamábamos
entonces). El celeste y el blanco no son los colores de los ojos de un gracias
a Dios ya ex presidente, sino una lucha que queremos seguir dando. Hay millones
de pobres que lo merecen. Merecen seguir “la enseña que Belgrano nos legó”.
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martes, 16 de junio de 2020
"Cristo Vence"
“Cristo Vence”
Eduardo de la Serna
Tengo 65 años.
Soy del 55, por lo tanto. En mi familia y su ambiente nunca oí hablar de los
bombardeos asesinos sobre la población civil y el intento de un golpe de estado
del 16 de junio de ese año. Sí oí hablar de que Perón persiguió a la iglesia, y
que incendió (él, nadie más que él) templos. Nunca me contaron que los
bombardeos llevaban una insignia y parecían conducidos por “Cristo” que “vence”.
No había relación causa – efecto entre uno y otro. Uno no había existido, el
otro era expresión evidente de la maldad y perversión.
En mi ambiente
eclesial, la cosa no era diferente: profanaciones y atrocidades semejantes.
Gente (mi papá entre otros) fueron a defender las iglesias de los perversos
perseguidores. Conocí curas que contaban, desde sus salidas del seminario “clandestinamente”
(sin sotanas ni nada indicador de clerecía, por la perversión del gobierno que
podía agredirlos) hasta sus guardias para impedir nuevas profanaciones; conocí
incluso los sótanos y túneles en el seminario en los que algún casquillo de
bala todavía se podía ver. Había que entrenarse y estar preparados. El ateísmo avanza.
Pero “Cristo vence”.
Fue Carlos
Mugica el que por primera vez me abrió los ojos: autocriticándose por haber
estado “preocupado por los templos quemados y no porque habían asesinado a más
de 300 templos vivos del Espíritu Santo”, dijo.
Por años se
podían ver las huellas de balas y bombas en los edificios cercanos a la Casa Rosada.
Los vi sin sacar las conclusiones que se imponían.
Y tampoco saqué,
en ese entonces, las conclusiones de que un ejército era capaz de atacar con
todo su poder de fuego a su propia población inerme, matarla y bombardearla sin
que ningún artista reflejara su Guernica [menos de 130 muertos en Guernica, más
de 300 en el “Cristo vence”].
Pero claro…
después de escuchar a Mugica, y después que el pueblo me hiciera mirar con
otros ojos nuestra historia, aprendí que había militares capaces de torturar,
violar y matar argentinos, pero no ingleses [no celebro estas muertes, solo lo
señalo irónicamente destacando que, en una situación de guerra real, mostraron
a las claras su incapacidad y cobardía que no manifestaban ante cautivos
atados, amordazados y con ojos vendados].
Pero también
saqué la conclusión que hay un conjunto de nuestra sociedad que sigue ciega
ante los bombardeos, que sigue escuchando sus propias voces. Incapaces de
escuchar las voces del pueblo, de los que ayer fueron a la plaza, aunque no
había chori ni coca, sino una defensa de la conquista de sus derechos, de los
que fueron asesinados, perseguidos o desaparecidos mientras otros eligen mirar
sus fascinantes ombligos o bailar ante el D.J. de la nada.
Pero otra conclusión,
personal en este caso, es que Cristo venció. Al menos en muchos y muchos espacios.
Porque descubrimos a Cristo en los bombardeados, los torturados, los
desaparecidos, los perseguidos. Ese Cristo que nos invita a descubrirlo allí y
reconocerlo, y seguirlo. Algunos, más tarde que otros, hemos reconocido al
Cristo quemado en las brujas de la inquisición, en las víctimas de todas las
atrocidades humanas y en los empobrecidos de todos los neoliberalismos. A ese Cristo
hemos aprendido a reconocer, amar y dar culto en la lucha por la justicia y la paz,
la dignidad y los derechos, la verdad y la esperanza de un mañana que no niegue
a los asesinados y torturados, sino que, por lo menos, pueda mirarlos a los ojos,
reconocer sus nombres y andar sus caminos.
Foto tomada de https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/244266-cristo-vence-a-65-anos-del-bombardeo-a-plaza-de-mayo-dirigida-por-francisco-alcaro-escenarios-amp-sociedad.html
Video comentario Evangelio domingo 12 "A"
Comentario domingo 12A
La fidelidad al proyecto de Dios lo tiene a él mismo de garante
Resumen: en un doble contraste entre dos personajes únicos, Adán y Cristo y sus accionares contrastantes, ese obrar tuvo repercusiones –ciertamente también contrastantes- en “todos”. Pecado y gracia, muerte y vida se presentan como las consecuencias y como el presente por el cual los creyentes en Cristo han logrado vencer todo pecado y sus consecuencias.
Es muy probable que en el texto que la liturgia nos propone comience la segunda parte de la sección “teológica” de la carta a los Romanos. Pablo ha dedicado la primera a mostrar que “todos” (paganos y judíos) han pecado. Y puesto que todos han pecado, Dios tiene motivos suficientes para descargar sobre “todos” su ira, pero sin embargo, ha preferido descargar su “justicia” (= compasión, su cercanía y misericordia), y “todos” son hechos justos por la fe en Cristo. Luego de señalar esto, la carta empieza a mostrar los efectos que tienen sobre la humanidad ésta “justicia por la fe”. La primera de estas consecuencias es que el creyente es liberado del pecado, y lo explica.
“un solo hombre” | Adán | Cristo |
Acción de ese hombre | Pecado | delito | desobediencia | Gracia | obediencia |
Efectos sobre “todos” | Muerte | condenación | pecadores | Justificación | justos |
Dentro de este bloque, el texto litúrgico toma un fragmento. Éste tiene dos partes muy claras:
- La primera comienza y termina por “no les tengan miedo” (10,26.31); también en v.28.
- La segunda presenta un refrán antitético conclusivo (10,32-33).
No haya esperanza para los apóstatas. Y destruye pronto el reino de la tiranía en nuestros días, y perezcan los nsrm (= nazarenos, = cristianos) y los minim (= herejes) en un instante. Sean borrados del libro de la vida y no queden inscritos con los justos (12)
- Encubierto ----> descubierto
- Oculto ----> saberse
- Oscuridad ----> luz
- Al oído ----> en los terrados
“Las naciones te envidiarán pero no podrán nada contra ti, dice el Señor. Mis manos te cubrirán de modo que tus hijos no vean la Gehena” (2 Esdras 2,29)
De la imagen de las aves se pasa a la de los pelos de la cabeza, algo que es frecuente en el ambiente bíblico (1 Sam 14,45; 2 Sam 14,11; 1 Re 1, 52; Lc 21,18; Hch 27,34), aunque no se afirma que no caerán sino que “están contados”. La conclusión remite a lo aquí dicho en el tercer “no teman” (v.31)
- Quien me confiese ante los hombres… lo confesaré ante mi Padre que está en los cielos (v.32)
- Quien me niegue ante los hombres… lo negaré ante mi Padre que está en los cielos (v.33)