El silencio de Dios cuando no hay profetas
Eduardo de la Serna
La teología tradicional (o al menos en muchos ambientes) del Israel
de tiempos neotestamentarios sostenía que Dios, enojado con su pueblo, había
retirado su espíritu y se había “encerrado” en el séptimo cielo. Era por eso
que ya no había “profetas” en Israel (una característica de los profetas es que
hablaban movidos por el espíritu de Dios).
- No existen ya profetas, ni nadie entre nosotros que sepa hasta cuándo” (Sal 74,9)
- Tribulación tan grande no sufrió Israel desde los tiempos en que dejaron de aparecer profetas (1 Mac 9,27)
- Ahora, la justicia se ha convocado y los profetas duermen (Apocalipsis [sir.] de Baruc)
- … “ya no hubo sucesión exacta de profetas” (Flavio Josefo)
En la Biblia, los y las profetas son aquellos y aquellas que hablan
de parte de Dios en un determinado momento histórico. Pero Israel ha experimentado
que, en ese tiempo, nadie lo hace. Nadie muestra caminos, confronta errores,
alienta esperanzas, y Dios parece callar.
Sería falso, además de infantil, pensar que los profetas fueron un
grupo muy pequeño, de un tiempo muy pequeño, de un espacio geográfico muy
pequeño de la humanidad. Nuestra historia
de América Latina estuvo cargada de profetas (lo cual no significa – en coherencia
con los profetas bíblicos, por ejemplo – que estos fueran escuchados).
Antes de avanzar quisiera poner un ejemplo bíblico y compararlo con
los tiempos actuales. En su tiempo histórico, el profeta Jeremías la pasó muy
mal: fue perseguido, amenazado, combatido y vilipendiado… pero con el tiempo el
pueblo supo reconocer que las palabras de Jeremías venían de Dios, mientras que
no era así con las palabras oficiales que lo combatían, incluso de “falsos profetas”
(ese proceso es el que teológicamente se llama “recepción”; que no es lo que
determina la oficialidad, sino la asimilación creyente del pueblo de Dios de
las palabras que reconoce como de su parte). Algo semejante podemos mirar en la
reacción de cierta oficialidad eclesiástica de los documentos de Medellín, el
conflicto en Puebla, la intervención en Santo Domingo y la manipulación de Aparecida…
Es evidente que Medellín significó una primavera, Puebla supo mantenerla a
pesar de algunos “frenazos”, Santo Domingo pasó al olvido sin pena ni gloria y Aparecida
apenas es recordada. Y si miramos la “intervención” vaticana, ausente en Medellín,
incipiente en Puebla, total en Santo Domingo y potente en Aparecida, quizás
haya que sospechar que la intervención del Espíritu Santo en la comunidad
eclesial es inversamente proporcional a las intervenciones vaticanas. No que el
Espíritu no sople en la iglesia, sino que la iglesia debe aprender a escucharlo
y no a imponerse. Que es distinto.
Y si miramos las voces, las pronunciadas y las calladas, a lo mejor
también podamos ver y entender la relación entre el espíritu, los profetas y el
“silencio de Dios”.
Hablamos de documentos episcopales, y debemos señalar que hemos
tenido obispos profetas (aunque tal cosa parezca un oxímoron). Basta mirar los
obispos gestores de Medellín, muchos todavía vigentes en Puebla, ausentes en
Santo Domingo y también en Aparecida. No
estaría de más una simple pregunta: ¿podemos mencionar 10 obispos proféticos
latinoamericanos de tiempos de Pablo VI? Seguramente la respuesta sea fácil y
rápida. En cambio, ¿podemos nombrar 10 obispos proféticos latinoamericanos de
tiempos de Juan Pablo / Benito / Francisco? Personalmente creo que se tardaría
muchísimo en poder llegar siquiera a insinuar tres.
Acaba de morir uno de los últimos obispos profetas: Pedro
Casaldáliga. Lo último que hizo, que yo sepa, es firmar, con otros obispos, un
texto crítico contra el actual gobierno de su país, Brasil. Hasta desde el silencio
de su Parkinson y postración, su voz seguía resonando. Entre tanto, tocará
seguir esperando que algún “día” Dios “rasgue” su cielo, y haga soplar su
espíritu con una fuerza que no pueda callarse, ni siquiera desde los muros
vaticanos, y el espíritu marque caminos siempre nuevos de vida y desafíos, de
creatividad y esperanza, de entusiasmo y profecía. Algunos creemos que la
iglesia depende de eso.
foto tomada de https://www.piqsels.com/es/public-domain-photo-opkuo
https://www.atrio.org/2018/02/profeta/
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