Breve resumen de la Semana Santa
Eduardo de la Serna
La liturgia, un poco forzadamente, celebra en el Triduo Pascual,
una serie de acontecimientos centrales de la fe cristiana. Digo “forzadamente”
porque se mezclan los textos de los diferentes evangelios (algo muy cuestionado
por las ciencias bíblicas) y ubicando en un par de días acontecimientos seguramente
un poco más dispares. Pero sin duda con una profunda concentración de fe.
Veamos brevemente:
Jueves Santo: La liturgia conmemora, especialmente la Ultima Cena
de Jesús con los suyos. Y acá hay varios temas: Los evangelios sinópticos
presentan en esa cena la comida pascual; comida de familia, que Jesús comparte
con sus discípulos por ser estos la nueva familia del reino. La liturgia
pascual de entonces no parece muy diferente que como celebran todavía hoy los
judíos la hagada de pésaj. Sin embargo, todo gira en torno a un cordero que, ni
los judíos comen hoy ni los cristianos en la cena-eucaristía. Con profundo
valor simbólico de los diferentes pasos, los judíos, además, añaden todavía hoy
nuevos elementos a la hagada y varían según el origen de sus memorias
familiares. La liturgia cristiana conmemora, en ese contexto, la celebración de
la eucaristía. Es muy probable que, durante mucho tiempo, en las
conmemoraciones, sólo se compartiera el pan (el vino era muy caro); y viendo la
praxis de Jesús, es muy probable que también hubiera habido mujeres en su grupo,
del mismo modo que tenía discípulas. En ese contexto, la liturgia pega un salto
al Evangelio de Juan y conmemora el lavatorio de los pies y la “entrega” del
mandamiento del amor, como modo de perdurar Jesús presente entre los suyos: “donde
dos o más se amen”; un amor sin límites (y que, para ser ilimitado, debe
empezar bien por abajo, por eso el modelo es el del esclavo, que era quien
lavaba los pies). Puesto que Jesús interpretó esta cena (según los Sinópticos) como
signo de su cuerpo partido y su sangre derramada (aunque los Sinópticos no
coinciden entre sí en varios elementos), la Iglesia quiso repetirlo en su
memoria, y se insiste “hagan esto en memoria mía”. Una lectura juridicista y
fundamentalista interpretó luego que aquí Jesús “instituye” el ministerio
ordenado; por eso se conmemora la celebración Crismal, donde los varones
ordenados renuevan el sentido de su ministerio al servicio del Evangelio del
Reino y del pueblo de Dios, especialmente a los pobres.
Viernes Santo: es interesante notar que, según el esquema judío, la
cena de Jesús no fue el jueves, sino el viernes (el nuevo día comienza al caer
el sol), y ese mismo día (algunos estudiosos discuten que todo haya ocurrido el
mismo día), él será juzgado y condenado. Algunos de los principales (sumo
sacerdote y alguno más) seguramente vieron que un rebelde del norte les
cuestionaba su autoridad, y – aprovechando la complicidad entre él/ellos y el
procurador, de relaciones siempre tensas, pero siempre aprovechadas – lograron la
condena en la cruz de alguien que el poder político sin duda veía con muy malos
ojos. Jesús podía haber relativizado su mensaje (por ejemplo, ‘puede ser que
seamos hermanos, pero ustedes mandan’; o ‘no hay que exagerar eso del evangelio’
(como Juan Pablo II le dijo a monseñor Romero, por cierto), ‘hermanos de los
cobradores de impuestos no aplica’… podría haberlo dicho, pero hubiera atentado
contra el mensaje del reino, contra el Dios del reino, las hermanas y hermanos
del reino. No lo hizo. Y le costó la cruz. No está de más eliminar algunos
eslóganes falsos que hemos arrastrado: “A Jesús lo mataron porque decía que era
el hijo de Dios”, “lo mataron los judíos”, “el sacrificio de Jesús…”, etc. Lo
cierto es que no fue un sacrificio, sino que fue asesinado “bajo el poder de
Poncio Pilatos” con la anuencia seguramente de un par de autoridades máximas de
los judíos. Y lo que resalta, en todo esto, es la fidelidad de Jesús hasta el
extremo de la muerte, “y muerte de cruz”.
Si bien es cierto que habitualmente los crucificados eran
sepultados en fosa común, por algún motivo, José de Arimatea ofreció una tumba
para que fuera sepultado. Quizás por estar casi llegando la pascua (el mismo
motivo por el que les quiebran las piernas a los otros crucificados).
Domingo de Pascua (madrugada). Era habitual que grupos de mujeres
fueran a las tumbas a llorar y lamentarse por los muertos. Y no era infrecuente
alguna escena vehemente en casos de muertes violentas. Aquí los relatos se
confunden. Por una parte, pareciera haber una tumba vacía (de hecho, se defienden
de la acusación de robo del cadáver), pero también algunos pocos afirman haber
tenido una experiencia de encuentro con Jesús. Ciertamente no sabemos en qué ni
cómo, pero lo claro es que esos pocos y pocas empezaron a afirmar que estaba
vivo. No es extraño, por ejemplo, que esas mujeres que fueron a lamentarse y
cuestionar a los asesinos, volvieran eufóricas luego de una experiencia
existencial, y la anunciaran a quien quisiera oírlo (el rol de algunas mujeres,
especialmente María Magdalena en los anuncios de la resurrección, sin duda es
principalísimo); y lo mismo hicieron aquellos y aquellas que tuvieron una
experiencia profunda de la vida nueva de Jesús. A esta la llamaron resurrección
(= despertar, levantarse). Y a partir de esto, todo cambió, y todo comenzó con
nuevo color.
Esto es lo que celebramos. Nada menos.
Dibujo tomado de https://sites.google.com/site/semanasanta201/-en-que-consiste-la-semana-santa
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