¡¡¡Marchemos!!!
Eduardo
de la Serna
En
lo personal suelo ser militante en cuanto a marchas que me parecen justas se
trata. Incluso recuerdo, casi a modo gracioso, un domingo. Estaba bastante
cansado. Había una marcha por Santiago Maldonado. Creo que la primera. Pero
preferí tirarme en la cama para descansar. Estaba casi por dormir cuando
escucho que empieza a llover. Y me dije “¡Uh! Llueve. Va a haber poca gente en
la marcha”. Ahí mismo me levanté y me dirigí a la Plaza. Por supuesto que esa
actitud “marchosa” me hizo recibir más de una vez gases lacrimógenos o “pasarle
cerca”. Pero esto no es algo meramente personal: los argentinos estamos
bastante habituados a marchar. Unos y otros. Hubo marchas a las que no fui, ni
iría; hubo marchas de las que no pude participar y me hubiera gustado. He
estado en marchas multitudinarias, por ejemplo y marchas de poca gente. Creo
que es evidente que el tema es la causa que convoca y por la que nos sentimos o
no convocados. Así se conjugan una serie de elementos: las causas, que provocan
las marchas; los convocados, que manifiestan su opinión favorable o contraria a
las causas; la reacción oficial ante la convocatoria. Esta reacción en ocasiones
es silenciosa (o, a veces pareciera de desconcierto o de estar golpeados) y, en
otras, es reprimida. A veces por alguna razón o excusa y en otras simplemente
por estar en contra de lo que la motiva… No pretendo hacer un estudio sobre “marchas”
sino simplemente señalar algunas características. En los últimos tiempos,
además, hemos sido testigos de diferentes marchas críticas: los casos de
Bolivia ante el golpe de Camacho, Macri y Añez, de Chile en reacción a un tema
menor (el precio del metro) que desembocó en gigantescas protestas, en
Colombia, a raíz de un proyecto impositivo que también confluyó en movilizaciones
y represiones por doquier… ¿Y cómo reaccionaron los Grandes Medios de (in)
comunicación? En muchas ocasiones no informando hasta que ya no podían
esconderlo. Otras veces aplicando el viejo dicho: “¿Cómo esconder un elefante
en una avenida? ¡Soltando 500 elefantes!” Con su fenomenal aparato de
comunicaciones cómplice, por ejemplo, el macrismo reprimió una marcha
multitudinaria en contra de la reforma jubilatoria. No solamente los medios “informaban”
de los enormes beneficios que la ley traería a los jubilados (¡beneficios para
los ricos, por cierto!), ley que días antes, previos a las elecciones habían
afirmado y reafirmado que jamás propondrían. Y, finalmente, justificando la
feroz represión (y “feroz” quizás sea suave) en las “14 toneladas” de piedras
que arrojaron los manifestantes contra “los que nos cuidan”. Como yo fui a la
marcha, y salvando alguno siempre exaltado (de los que, habitualmente, sospecho
policías infiltrados… Esos que en las marchas por Santiago Maldonado eran
demasiado evidentes) los que vi exaltados eran policías, gendarmes, y hasta
Policía de Seguridad Aeroportuaria (¿¿¿¿¡¡¡!!!???). No vi “contenedores”
cargados de piedras (porque para tener 14 toneladas no bastan algunos bolsitos)
ni vi oficiales recolectándolas para luego pesarlas. Pero, y este es el tema,
no tuve ningún amigo o amiga del exterior que me preguntaran si había que
derrocar a Macri, si había clima de revolución o cosas por el estilo. Nadie… A
lo sumo alguna pregunta sencilla. Pero clima prerrevolucionario, ¡no!
¿Entonces?
Entonces, que haya marchas aquí o allá me parece sensato. Y, además, según el
caso, los participantes y las causas, algo digno de tener en cuenta. El
nerviosismo internacional por el Covid, por ejemplo, hace que muchos y muchas
estén más propensos a la queja o la protesta. Así, en Europa hubo, en varias
ciudades, manifestaciones en contra del confinamiento a causa de la pandemia, y
nadie imaginó que los gobiernos estaban por caer o ser derribados. Entonces,
¿por qué Cuba sí? Sencillamente me hago esa pregunta, ¿por qué Cuba? ¡Porque es
Cuba! Hubo marchas en Cuba, sin duda. ¿Y? Toda la prensa hegemónica (casi
monopólica) no hace sino hablar páginas y más páginas, o pantallas y más
pantallas, de la situación de Cuba. Eso sí (¡y como es obvio y habitual!)
páginas y pantallas en las que la palabra “bloqueo” no se encuentra, y tampoco
la palabra “dignidad”. La intención evidente de los mal-informantes es
transparente para quienes quieren mirar.
En
lo personal, no conozco Cuba. Nunca he estado. Sé que, tras la caída del muro,
la ayuda que periódicamente le daba la URSS dejó de fluir. Aprovechando sus
increíbles bellezas naturales, Cuba se abrió al turismo garantizando, así, el
ingreso de divisas. Y sé que, pandemia mediante, el sector turístico ha vivido,
en el mundo entero, su “peor año en medio siglo”, al decir de los diferentes
medios. Según las Naciones Unidas, “El impacto del COVID-19
en el turismo costará cuatro billones de dólares a la economía mundial” (30 de
junio 2021, https://news.un.org/es/story/2021/06/1493872). ¿Por qué sería Cuba
una excepción en este tema?
Es
decir, entre el bloqueo y la crisis económica mundial no veo por qué Cuba no se
vería afectada. Por supuesto que eso repercute en la población. En la del mundo
entero. Es una pena que los Medios de (in) Comunicación sean cada vez más
evidentemente instrumentos o arietes del poder económico, llenos de sicarios y
sicarias que entran en nuestras casas a cada momento. Pero de nosotros y
nosotras será la tarea de resistir esos embates. Y pensar por nuestra cuenta. Estar
de acuerdo o no con determinadas actitudes, políticas o hasta gobiernos. Pero
no ser marionetas manejadas desde un suprapoder siempre invisible. Siempre
presente.
Hola Sr eduardo de la serna, la verdad que no se si es usted con exactitud, el de la pelicula la inocencia, en el caso que lo fuera, queria saber como acceder a la pelicula, ya que estamos trabajando con ese material en el Profesorado de educacion especial de San Salvador de Jujuy- Jujuy- Argentina... desde ya le agradezco todo tipo de informacion
ResponderBorrarHola... hay un tocayo mío que es director de cine (y por las referencias que tengo, muy bueno), pero no tengo nada que ver con él, ni siquiera nos conocemos. Lo siento.
BorrarLe dejo mi correo por las dudas agustinavaleriano.2017@gmail.com
ResponderBorrar