La génesis de Jesús y la de la historia
NATIVIDAD DEL SEÑOR
La fiesta de la Navidad propone diferentes lecturas según los momentos de la celebración. La lectura del "día" es el prólogo del Evangelio de Juan (Jn 1,1-18) pero está es también la lectura del 2do domingo de Navidad. Por ese motivo comentaremos aquí la lectura que se propone para la Vigilia (Mateo 1,1-25).
Resumen: La venida de un mensajero divino en Sión comunica la buena noticia de la liberación de la opresión babilónica expresada como liberación y consuelo por la donación de la paz, el bienestar y la salvación. Es allí que Dios, y no Marduk, empieza a reinar en Jerusalén.
“… tú, Marduk, eres el más honrado de los grandes dioses. Tu decreto no tiene par, tu orden es Anu. Desde este día inalterable será tu sentencia. Ensalzar o humillar estará en tu mano. Tu expresión será veraz, tu mandamiento será indiscutible. ¡Ninguno de los dioses salvará tus límites! Necesitando adorno para las sedes de los dioses, esté el lugar de sus santuarios en tu lugar. ¡Oh Marduk!, ciertamente tú eres nuestro reivindicador. Te hemos concedido la realeza sobre el universo entero. Cuando en la asamblea tomes asiento, tu palabra será suprema” (Enuma Elis IV,4-15).
Lectura de la carta a los Hebreos 1, 1-6
Resumen: Poniendo en una línea de continuidad y superación la antigua y la nueva alianza, con sus mediadores: los profetas y el hijo y los destinatarios: los padres y “nosotros”, el autor de la homilía prepara todo el texto mostrando la novedad aportada por cristo, entendido desde una perspectiva sacerdotal a partir de una lectura cristológica del A.T.
+ Evangelio según san Mateo 1, 1-25
Resumen: Dios se dirige a José en sueños para expresarle que también él
tiene un rol que jugar en el plan de salvación que comienza en el embarazo de
María. Darle el nombre a Jesús implica poner a Jesús en el contexto de la
historia, en la genealogía. Y así empieza a cumplirse todo lo anunciado por los
profetas llevándolos a plenitud.
Para comprender el Evangelio de hoy es conveniente mirar todo el contexto
ya que conforma una unidad. En 2,1 Jesús ha nacido y unos magos de Oriente
vienen a visitarlo. Pero este cap. 1 tiene dos partes bien marcadas que aluden
a lo mismo:
1,1: Libro de la generación (génesis) de Jesús, el Cristo
1,18: De Jesús, el Cristo, su generación (génesis) fue así:
Como en seguida diremos, la segunda parte (1,18-25) es la continuación o
complementación de la primera (1,1-17).
Podemos decir que toda la primera perícopa en sí misma queda incompleta.
Así como se encuentra, no dice nada. Teóricamente quiere mostrarnos que Jesús
es “hijo de David, hijo de Abraham” (1b) pero la genealogía muestra
precisamente que no lo es. Basta con ver el esquema para notar que el relato
queda interrumpido e incompleto: toda la genealogía (= historia) sigue el mismo
esquema: A engendró a B / B engendró a C / C engendró a D… pero al llegar a
José no afirma “José engendró a Jesús” sino que “Jacob engendró a José, el
esposo de María de la que nació Jesús, el llamado Cristo” (v.16). Podemos decir
que toda la genealogía se ve frustrada ya que José no es el que ha engendrado a
Jesús, y ese parece el sentido de toda la primera parte, mostrar la incompletez.
Luego empieza el segundo aspecto de esta “génesis”.
Toda esta primera parte (1-17) sigue un sencillo esquema, como dijimos,
que se ve interrumpido por la mención a mujeres. Los autores no están de
acuerdo con el motivo. Algunos han supuesto que de ese modo se prepara la
última mujer, María, pero no se dice que “José engendró de María a Jesús” como
es el caso de las anteriores. Por eso muchos piensan que esas cuatro mujeres no
tienen relación con la mención de María, que es otro tema. En ese caso, es
posible que las cuatro sean incluidas por ser extranjeras, es decir, no judías.
Con lo cual el universalismo que el Evangelio propone (ver 28,19: “a todos los
pueblos”) empieza a estar preparado en la misma genealogía de Jesús.
En la segunda parte, la que da sentido a la anterior, se afirma que José
y María estaban casados (cosa que ya había dicho el v.16) y que María quedó
encinta “por el espíritu santo”. Sin duda no es acá el espacio para el análisis
histórico, sino para tratar de leer qué quiere decir Mateo en esta unidad. Sin
duda quiere dejar claro, antes de empezar la narración, que el embarazo de
María no tiene origen humano. Siendo este el caso, la reacción de José tiene
dos lecturas posibles:
1. José sabe que
él no ha sido el responsable del embarazo de su esposa y decide divorciarse de
su mujer infiel;
2.
José sabe que el hijo tiene origen divino y no quiere ser obstáculo
al plan de Dios en María, por lo que decide dar “un paso al costado”.
Hay una serie de términos que nos invitan a preferir la segunda
variante:
José es “justo”, lo que implica que es “cumplidor de la voluntad de
Dios”. Y no parece que sea cumplir la voluntad de Dios un simple “divorcio”
ante una mujer supuestamente pecadora. No consta que hubiera apedreamiento en
este tiempo, pero parece que algún tipo de manifestación pública ante el
adulterio sería de esperar de un “justo”. En cambio, un justo sí puede
pretender no ser obstáculo a lo que Dios está obrando en su mujer. Hay que
recordar que “repudio” (v.19) no necesariamente ha de entenderse como
“rechazo”, sino también es simplemente “separación” con lo cual ambos
(especialmente la mujer) quedan liberados para hacer una vida
independiente.
El ángel le dice “no temas”, que no se trata de un temor en cuanto al
posible engaño, sino el temor reverencial, lo que explica el deseo de José de
retirarse porque Dios está interviniendo en María.
El término “porque” (gar) puede entenderse de los dos modos: “no
temas, tu mujer no te ha sido infiel… no temas, porque no es otro hombre sino
es el espíritu santo el que ha actuado en ella”, pero también puede leerse como
“no temas a causa de la intervención del espíritu santo… no tengas temor
reverencial porque (a causa de) la intervención sea del espíritu”.
Leyendo el texto en este sentido, el ángel no le dice a José una verdad
que ignoraba sino que lo invita a seguir junto a María ya que también él tiene
un rol: “tú le pondrás por nombre Jesús” (v.21). Habitualmente el nombre lo
elegía la madre (Gen 29,31-30,24; 35,18; 1 Sam 1,20), aunque a veces lo hacía el
padre (Gen 16,15; 17,19; Ex 2,22); este, en tiempos del N.T. le era impuesto al
hijo en la circuncisión, al octavo día (Lc 1,59; 2,21), y como sabemos en este
caso (como en el de Juan), el nombre es elegido por Dios (v.21; cf. Lc
1,13.31).
Los sueños (onar) como revelación de Dios ocupan un lugar
importante en Mateo (cf. 1,20; 2,12.13.19; 27,19 [sólo estos en todo el NT]) y
en cierto modo recuerdan la relación de otro José, también hijo de Jacob, con
los sueños en Gen 40 y 41.
Lo cierto, y aquí lo fundamental, es que este José, “hijo de David”
(v.20) recibe el encargo de tomar a María y darle nombre al hijo por nacer.
Desde ahora será “Jesús, hijo de José” (cf. Lc 3,23). Pero entonces, al “darle
el nombre” (= dar el apellido), Jesús pasa a completar la genealogía que estaba
trunca, ahora también él es “hijo de David”, y esta es su “génesis”.
Mateo relee ahora el texto de Isaías 7 que hemos comentado más arriba.
Es muy frecuente en todo su Evangelio destacar el “cumplimiento” (plêroô)
de lo dicho por los profetas (1,22; 2,15.17.23; 3,15; 4,14; 5,17; 8,17; 12,17;
13,35; 21,4; 26,54.56; 27,9; en Marcos, en cambio, sólo ocurre una vez, 14,49;
y dos en Lucas: 4,21; 24,44). Mateo quiere mostrar a su comunidad que la
Iglesia es el Israel fiel que da plenitud (plêroô) a las Escrituras
porque en Jesús, sus palabras y obras, han alcanzado dicha plenitud. Por otra
parte, es interesante notar que las diferentes escenas de los relatos de la
historia previas al ministerio de Jesús son jalonadas por sendos cumplimientos
de las Escrituras.
El relato termina con un versículo, omitido en la liturgia, que viene a
reforzar lo que ya sabemos: durante el tiempo que vivieron esperando el
nacimiento de Jesús, José y María no tuvieron relaciones sexuales (v.25). Con
esto el autor quiere reforzar lo antedicho: este nacimiento ocurre sin
intervención humana. No hace referencia concreta a la vida de ambos después de
este momento que es lo único que le interesa señalar.
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