Bautismo, iniciación y muerte
Eduardo de la Serna
Un
bautismo, más allá de lo específicamente sacramental, suele ser un rito de
iniciación. En muchísimas culturas suele haber estos ritos, cada uno
ciertamente diverso de los otros.
Y
generalmente, estos bautismos provocan fiestas a continuación. Tan importante suele
ser este rito que, una vez celebrado, la alegría de los participantes y
asociados debe expandirse y conmemorarse.
Obviamente,
de esa fiesta participan quienes se asocian al hecho, mientras que el resto
queda fuera, e incluso, en ocasiones, enfrentado al grupo celebrante.
Pues
bien, un 16 de junio de 1955 fue el bautismo (de fuego… literalmente) de la
Fuerza Aérea Argentina. No se trató de un acontecimiento bélico contra fuerzas
extranjeras a las que se combatió con “gallardía e hidalguía” (palabras extrañas
pero habituales) aunque fueran derrotadas, al menos con la “frente en alto”.
¡No! La valiente muchachada de la Armada, y luego los heroicos aeronautas
descargaron sus bombas desde el aire contra una plaza llena de gente, contra un
vehículo lleno de niños y, pudo ostentar la derrota definitiva de más de 300
personas, peligrosos enemigos, por cierto. Seguramente peronistas. Aunque, por
lo que tengo entendido, no eran estos aviones los que ostentaban el “Cristo
Vence”, sino que lo fueron los de septiembre del mismo año, en su “confirmación”
casi sacramental.
Y
esto preparó nuevos ataques (no está de más recordar que, en aquel 16 de
septiembre de 1955, la armada pudo movilizar sus barcos con combustible que le
fue proveído por la armada británica fuera de las aguas territoriales), ataques
que finalizaron en un golpe militar con repercusiones que, en algunos temas,
siguen hasta nuestros días (aunque no se hablaba de grieta, entonces… además hoy
no se calificaría de tal porque grieta solo se aplica en un solo y exclusivo
caso). La cosa es que a partir de este bautismo comenzó el “júbilo
orgiástico de la oligarquía” al decir de uno que celebró y festejó, pero
luego “traicionó, defeccionó, apostató” su clase (es decir su raza, porque de
racismo hablamos).
Así
resulta que hoy algunos hacemos memoria de un bautismo de muerte, de sangre y
de proscripción, y otros celebran la iniciación, la introducción en la vida de
la muerte (de otros, de “los otros”, de “esos”).
Y
por todo eso creo que, hasta que esto sea algo común, que sea jornada de duelo,
luto y dolor cada 16 de junio, algo seguirá partiendo al medio nuestra
sociedad, algo impedirá encuentros, algo impedirá un “nosotros” porque seguiremos
siendo un “ellos”, cuando no un “esos”. Y, además, con esto digo de qué lado de
los pronombres me encuentro.
Foto
tomada de https://www.pagina12.com.ar/429947-criminales-de-guerra
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