Feliz Navidad para todo el pueblo
Miren, les anuncio una Buena Noticia, una gran alegría
para todo el pueblo: Hoy les ha nacido en la Ciudad de David el Salvador, el
Mesías y Señor. (Lucas 2:10-11)
Navidad es nacimiento. Y es importante saber quién nace,
dónde nace, cómo nace, y, en este caso, también, para qué nace.
Los distintos libros bíblicos presentan distintas
catequesis para distintas comunidades haciendo referencia a este nacimiento.
San Pablo destaca en el nacimiento de Jesús, su pertenencia a un pueblo:
“nacido de mujer, nacido bajo la ley”. Los Evangelios insisten en que su venida tiene
el sentido de que todos se sientan convocados a ser parte de ese pueblo en el que Dios
quiere reinar. “Salvar a todos”. Es evidencia de un Dios que se acerca a los
últimos de la historia, “Dios con nosotros”; un Dios que se aproxima tanto a
los pobres que se lo reconoce por los pañales, ha nacido en un pesebre y es
anunciado a pastores. Por esa cercanía de Dios es que su nacimiento es “alegría
para todo el pueblo”. Navidad es hacer memoria de que hace tiempo Jesús nació,
y su nacimiento nos toca de cerca. Nació para que tengamos vida plena, para que
reine la alegría y la paz, para que todo el pueblo se reconozca como una
familia de hermanas y hermanos.
Por supuesto que eso no significa que siempre sea así.
Los seres humanos tenemos la rara capacidad de frustrar los proyectos de Dios
para nosotros. Este niño que ha nacido, un día será asesinado por los que
ejercen el poder religioso y político. Una y mil veces en la historia la vida y
la muerte, la alegría y la tristeza, la paz y la violencia parecen pelear por
un lugar entre nosotros. Pero una pelea que no “viene de arriba”, sino que
nosotros mismos permitimos o buscamos que ocurra.
Este que nace es la luz, pero hoy, en millones de hogares
parecen reinar las tinieblas, donde debiera haber alegría hay tristeza, donde
debiera haber vida digna hay pobreza o miseria. Y – debemos reconocerlo –
tinieblas, tristeza, pobreza que “no vinieron de arriba” sino que son gestadas
por la decisión humana. Y no solo la decisión humana de gobernantes insensibles
frente al dolor y la muerte, como se vio recientemente en Bahía Blanca, sino
por decisión de una mayoría que sabía que esto era lo que ocurriría y, sin
embargo, así lo quiso. No que estábamos en una alegría plena, pero sí con
espacios de contención y cuidado de las víctimas.
¿Cómo celebrar este nacimiento en este contexto? Insistiendo
una y mil veces en sabernos pueblo, reconociendo a todos y todas como
verdaderos hermanos, estando atentos, “consagrados”, a la alegría, la felicidad
de todas y todos, pero sabiendo que la felicidad nunca será si no empieza por
los últimos, los despreciados, los pobres, los vulnerados, y, además, sabiendo
que nunca será plena. Es evidente que, con todas las limitaciones razonables,
hay sistemas humanos, sistemas que permiten el nacimiento de un niño, con
pañales y entre los pobres, y hay, también, sistemas que quieren asesinar al
niño. Hay Herodes y Pilatos, hay pastores y un pueblo que celebra.
¿Cómo celebrar? Evitando que nos roben (también) la
alegría, que nos aíslen de los y las demás, que nos cieguen la mirada en la que
nos reconocemos pueblo. Podremos celebrar en torno a una mesa, o quizás no,
pero no pueden impedirnos los abrazos, la música y el baile, la vida; se trata
de encontrarnos en un “nosotros” que impida aislarnos en un “sálvese quien
pueda” o “arréglense como puedan”, que siempre salva a los mismos. Celebrar un
nacimiento, y, a partir de ahí, un proyecto de pueblo. Decirnos “feliz Navidad”
es también un compromiso militante para trabajar juntas y juntos por la vida de
otras y otros; buscar todos unidos la felicidad de todos. Para que, en estos
momentos de tinieblas, después de los dolores del parto, pueda nacer, o
renacer, un pueblo, una vida, una fiesta, no de unos pocos, muy pocos, sino de
todos quienes soñamos que reine el amor, que reine la justicia, que reine la
paz. Que no reine la violencia que asesina al que nace, sino que nazca un niño,
esperanza de una vida nueva para todas, para todos. Para las y los pobres.
Curas en opción por los y
las pobres
19 de diciembre 2023
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.