Herodías y su hija
Eduardo de la Serna
Lo cierto es que – como es frecuente en tantos textos – la “reina” aparece como la malvada de la historia, mientras el “rey” queda como lascivo, o como débil de carácter, o como manejable… es frecuente que las mujeres (como es el caso de Jezabel, del que hemos escrito hace ya tiempo) aparezcan en los textos como las responsables de todos los males. En este caso, es Herodías, la nueva esposa del “rey” la que aborrece a Juan, el Bautista, porque éste le ha señalado al rey que no puede “tenerla” (Mt 14,4). Entonces, siempre según el texto, es ella la que incita a que Juan sea encarcelado (Mt 14,3; Mc 6,17) y luego conseguirá su ejecución.
Siendo que Juan era muy respetado y escuchado por las multitudes,
esto ponía en riesgo el rol de Herodías, y era por eso que lo “aborrecía” (Mc
6,19). Herodías era nieta de Herodes, el Grande, por lo que era sobrina de Antipas,
aunque por distinta madre (Herodes tuvo 10 mujeres). De su matrimonio anterior
con otro “Herodes” (Filipo, también pariente de ella) tuvo una hija, Salomé que
es la que pareciera implicada en la fiesta del “rey”. Levítico 18,16 prohíbe
expresamente la unión con “la mujer de tu hermano”, y a eso se refiere Juan.
Pero Herodías, Antipas y los demás de la corte, no son propiamente hablando
judíos. De ahí parte el conflicto, pero un conflicto que pone en riesgo a
Herodías la que espera el “tiempo oportuno” (Mc 6,21). Los textos, que quieren
transferir la maldad a la mujer (Herodias) nos suavizan la imagen de Herodes
(“escuchaba con gusto a Juan”, lo protegía, sabía que era justo y santo… Mc
16,20). Con paciencia aprendida en su familia, Herodías esperó el momento
oportuno, el cual llegó el día del cumpleaños de Herodes (Mt 14,6; Mc 6,21). La
niña pequeña (Salomé, seguramente) bailó en presencia de todos y esto agradó al
“rey” que fascinado por la pequeña (seguramente orgulloso de haber “quedado
bien” delante de sus invitados, sin excluir el alcohol que abundaba en sus
banquetes) le promete de regalo lo que pida, algo evidentemente exagerado y que
nadie pretendería que fuera precisamente cierto. La pequeña (quizás tendría
cerca de 13 años; la palabra “muchacha”, “pequeña” de 6,22.28 es la misma que
se usa para la pequeña hija de Jairo que tenía 12 años, Mc 5,41.42) no sabe qué
pedir y recurre a su mamá que aprovecha la ocasión: pide “en una bandeja” la
cabeza de Juan (Mt 14,8).
Mirando
superficialmente el texto, resalta la perversión y la calculadora actitud de
venganza de Herodías, pero mirando atentamente, podemos ver que, aunque ella
tuviera alguna responsabilidad en los hechos (y debamos desresponsabilizar a la
pequeña Salomé) es el rey el verdadero responsable, el que encarceló a Juan
(teniéndolo detenido cerca de su palacio, seguramente), y el que puede
descubrirse– en todo caso – como débil y manejable (como se presenta a Ajab y
Jezabel, cf. 1 Re 21) o directamente como partícipe del asesinato aprovechando
las circunstancias (así lo vivió el pueblo de Galilea, por lo que sabemos). En
todo caso, Herodías era digna esposa de tan sanguinario rey.
Imagen tomada de https://www.album-online.com/detail/es/ZmJhNDFmMA/durante-banquete-hija-herodias-salome-se-pone-a-bailar-pide-alb3237088
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