Comentando un viaje frustrado a Medellín
Eduardo de la Serna
Hace varias semanas recibí una
invitación de la “Casa de la Memoria de Medellín” a participar de un encuentro:
Territorios de Paz. En lo personal, lo viví como continuidad de lo comenzado en
el primer semestre de la cumbre Internacional de la Paz organizada por la
Alcaldía de Bogotá y – obviamente – decidí participar. Mi criterio es que
cualquier aporte que pueda hacer, por mínimo que sea, a la paz de mi querida
Colombia “debo” hacerlo. Y lo hago con placer.
Los correos con la gente de la
Casa de la Memoria eran escuetos y esporádicos, y hasta llegué a pensar si era
algo serio. Pero unos 10 días antes de la fecha establecida recibí el programa
que me incluía, con lo que daba por descontada mi participación. Pero menos de
siete días antes de mi viaje recibo este correo:
Territorios de Paz ha sido una suma de muchos amigos y aliados, que creen potentemente en la construcción territorial de la paz y para poder expedir el tiquete aéreo que nos permitirá estar en nuestro encuentro, requerimos diligenciar el formato que USAID – OIM, quien nos está ayudando con el suministro de tiquetes, nos remite.
Jamás supe la participación de USAID en el encuentro, por lo que decidí
escribirles desistiendo de mi participación. El muy documentado libro de M.
Becerra y S. Lacunza, “WikiMediaLeaks. La relación entre medios y gobiernos de
América Latina bajo el prisma de los cables de WikiLeaks (Buenos Aires 2012)
consigna en varios documentos la participación de USAID en la desestabilización
de gobiernos que no son amigables con los EEUU, o podrían serlo (por ejemplo,
cables mostrando cómo USAID pretende relacionar a O. Humala con Chávez,
alentando el triunfo de García [p.84], boicoteando trabajos sociales de Evo
Morales, en Bolivia [pp.146-148.160-164] y el golpe contra Chávez: “El plan
para luchar ‘contra los abusos a los derechos humanos’ involucró a toda la
embajada, incluidas las secciones Política, asuntos Públicos, Consular y Legal,
y el programa estrella citado en el cable: USAID-OTI” [p.211; ver p.227].
Dejo de lado otros elementos desestabilizadores habituales de "la
Embajada", como la recurrencia a ONG que también se destacan en el libro.
Y dejo de lado, porque no es el caso aquí, mi opinión más o menos fundada sobre
estos gobiernos. El tema central es que no acepto, no les reconozco el más
mínimo derecho a USAID y otras organizaciones “pantalla” a tomar actitudes
desestabilizadoras o fomentadoras de gobiernos según les guste o disguste a los
EEUU.
La constante actitud golpista de los gobiernos de los EEUU me resulta
intolerable, y por eso les respondí a los de la “Casa de la Memoria” y los
“Territorios de Paz” que:
“veo – con sorpresa – que la agencia USAID es la que financia el evento (o al menos los tiketes). Tengo la peor referencia y la peor de las imágenes de ese grupo, al que considero subversivo para América Latina por lo que ya mismo desisto de participar en el encuentro.
"Con todo gusto estaba dispuesto a poner un grano de arena en la edificación de la paz en Colombia, como lo hice hace meses en la Cumbre organizada por la Alcaldía de Bogotá, pero no puedo hacerlo si esta gente está en el medio”.
No recibí la menor respuesta por este correo. No me parece mal comentarlo e informar. Pretendo ser coherente con lo que
creo y es sano hacerlo saber.
Foto tomada de www.laproximaguerra.com
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