“Nada por aquí… nada por allá”
Eduardo
de la Serna
Una amiga, militante de
Derechos Humanos en México, me decía hoy que la noticia e información de la captura
del Chapo Guzmán, es todo un circo montado a fin de tapar temas importantes del
presente mexicano: aumento grave del dólar, el tema energético, la estabilidad.
El circo mediático armado en torno a la fuga y posterior captura de un
narcotraficante tan buscado puso los medios en una suerte de “cadena nacional”.
No fue muy difícil hacer un
paralelo.
Un tiroteo en un lado, delincuentes
cercados que “súbitamente” se “descercan”. Nuevo tiroteo, nuevo cerco. Cadena nacional
transmitiendo vuelo de helicópteros, soldados o gendarmes como “en una película
en vivo” por campos santafesinos. Y los cercados todavía no aparecen.
Podemos suponer que si el
más buscado del mundo más tarde o temprano fue capturado, los fugados aunque
hayan sido liberados jugando a los vaqueros con pistola de plástico y auto que
no funciona, más tarde o más temprano serán capturados (si con vida o no es
otro tema, y los supuestos tiroteos, para presentarlos como decididos a morir
antes que ser capturados pueden arrojar tufillo a preparar lo peor). Lo cierto
es que como buenos prestidigitadores que muestran una mano aquí para que el
objeto desaparezca allá, nos trasmiten una y otra vez la cacería de los
prófugos, o al presidente bailando (o creyendo él que lo hace, la cosa es
mostrar alegría duranbarbezca), y represión otra vez por allí (es evidente que
el modelo económico – como es con la gente afuera – no cierra sin represión:
francotiradores, fotógrafos, camiones hidrantes, infiltrados y balas de goma
las estamos – en menos de un mes – viendo ya demasiado); por aquí cada vez más
desocupados (y macartismo); aumentos de precios e inflación muy importantes (y
sin índices inflacionarios). Y todavía falta… estamos de vacaciones, la gente
tiene aguinaldo… y faltan las paritarias y la quita de subsidios (es decir, la
baja de los salarios). Debo confesar que me dan ganas de decirle a los que
votaron a este presidente que puentea el poder judicial salvo cuando consigue
algunos amigos (que los tiene) y el poder legislativo (para eso se inventaron
los DNU), que “esto es una dictadura”. Si faltaba algo para parecerse más, se
le permite a la policía exigir DNI a los que portan cara de pobres. Pero he
decidido que no diré que esto es una dictadura porque temo que una anciana
conductora me reclame por derechos de autor. Lo que sí creo es que si antes,
cuando la patria era el otro, cuando lo que contaba era la solidaridad,
teníamos claro que “no fue magia”, hoy, cuando el individuo cuenta y si no puede
competir con el poderoso, “lo lamento, hay igualdad de oportunidades”, hay
prestidigitación, y mientras hay un paso de baile (sic) acá, hay balas de goma
allá, una captura de prófugos por acá, 20.000 nuevos desocupados por allá.
Además, aunque tengo ganas de decir más cosas, no me dejan… un milico, un
interventor y un decreto deciden silenciar las voces y por 6, 7 u 8 canales debemos
ver otra cadena nacional. Sí, fue magia… donde antes había varias voces, varias
caras, varios nombres hoy – abracadabra – se cerró la grieta y hay una sola
voz. Una sola voz, un solo color, un solo baile y un solo sonido, el del clarín.
Foto tomada de hacerpensarsentir.blogspot.com
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