Una comparación para no embarrar la cancha
Eduardo de la Serna
La actual situación
nacional, el escándalo, la decepción, el abatimiento, la tristeza suscitada por
el “caso López” me parece que puede permitir una reflexión. No pretendo ser exhaustivo,
ni tampoco totalizador. Simplemente aportar un elemento a la reflexión.
El secretario de Obras públicas
en los gobiernos de Néstor y Cristian Kirchner fue sorprendido, en la madrugada
del martes arrojando bolsos llenos de dinero por encima de las paredes de un
convento. Lo hallado totalizó casi 9.000.000 de dólares. Y nadie cree que se
trate de dinero bien habido. No lo creemos.
El hecho está rodeado de
cosas muy turbias: los medios – que tuvieron rápido acceso a fotografías y otro
material – fueron confusos en un primer momento: que enterró dinero, que lo
arrojó sobre las paredes, que era un convento abandonado, que era un convento
de clausura en actividad… Que un vecino, a razonable distancia pudo identificar
bastante al “masculino” que perpetraba el hecho, que llamó al 911 y en menos de
3 minutos ya estaba allí a las 3 de la mañana (cuando todos sabemos que eso no
figura en las concreciones reales de eficacia del 911)… todo tiene la
apariencia de trampa: que alguien le dijo que sería allanado inmediatamente,
que López lo creyó y corrió a un convento de su confianza a dejar el dinero,
que la policía (y la prensa hegemónica) estaba sobre aviso y actuaron en
consecuencia. Estas y otras cosas más tiene la apariencia de ser probables,
pero lo cierto es que López tenía 8.000.000 de dólares en su haber. Y – lo repito
– no creo, no creemos, que se trate de una herencia, del fruto de la venta de
un campo o de cualquier otra variante de dinero legal… Creo – creemos – que López
es un delincuente, un corrupto y un cretino.
También podría decir que,
más grave aún [dejando bien clara la enorme gravedad del hecho que, espero, sea
duramente investigado y sancionado, además de que espero que se investigue a
los corrompedores (por aquello de “la que peca por la paga y el que paga por
pecar”), aunque sospecho que esto no tendrá la trascendencia de lo anterior,
especialmente porque hay nombres “amigos del poder” que tienen todas las fichas
compradas para ser los pagadores. Como dijimos los curas opp, no vemos
diferencia entre lo de López y los Panamá papers salvo la intencionada difusión
mediática de uno y la desaparición de otro], decía, más grave aún me parece, es
que López ha estafado y robado la esperanza de millones.
Pero no es esto lo que
quiero señalar aquí… Muchos han dicho que esto significó la muerte, la
desaparición del kirchnerismo. Y es acá que quisiera hacer una comparación. Y –
nueva aclaración ante un posible mal entendido, ojalá involuntario – por “comparar”
me refiero a “poner a la par”, no a decir que “es lo mismo”. Lo que señalaré es
muy diferente, pero “algo” puede ponerse a la par y permitir una relación o
analogía…
Los aberrantes y gravísimos
casos de pederastia han ensombrecido en miles de ambientes al clero. Son casos
que ameritan sanciones durísimas y reparaciones urgentes. Pero, (1) no se trata
de todo el clero, ni siquiera de la mayoría, ni siquiera de un “alto porcentaje”.
Se trata de algunos delincuentes y criminales. Cuando escucho a algunos “meter
a todos en la misma bolsa” me da mucha rabia. Porque sé que no es cierto. Hay
curas pederastas. Sin duda los hay. La institución eclesiástica – más tarde que
rápido – ha comenzado a tomar medidas sobre esto, y es de esperar que estas se
apliquen. Pero un contadísimo número de curas son pederastas, aunque ensucien a
“todos los curas”. (2) Ciertamente estos hechos aberrantes han “servido” para
que se “cuide” mucho más, y hasta el detalle a los menores, a que los curas
sanos cuiden mucho los gestos, palabras y actitudes ante los menores, y a tomar
conciencia de hechos terribles, de los que no sólo (ni en mayor grado) es
responsable el clero, sino a hacer esfuerzos por ser mejores y transparentes.
La toma de conciencia es algo positivo que podemos aprender de estos hechos
terribles. (3) La pederastia no constituye “el fin del clero”, ni la
desaparición del encuentro entre curas y niños…
Comparando, entonces, creo
que, así como los pederastas, López (y otros eventuales como él que sin duda
los habrá) ensucia un proyecto, ensucia algo bueno. Y no es sano identificar ni
a todos los curas con Grassi ni a todos los miembros del gobierno anterior con
López. A lo mejor haya que “pasar el chubasco”, haya que discernir “la paja del
trigo”, o “el trigo de la cizaña”, pero meter a todos en la misma bolsa sólo le
hace el juego a los que quieren mostrar que “toda la política es sucia” y que
lo mejor es dejársela a un grupo de técnicos (CEOs, obviamente) que la
manejarán sin mancharse. Al fin y al cabo ya dijo sor Pamela David: “no me
imagino a Macri robando… Es rico y no necesita hacerlo” (es decir, los ladrones son los pobres), a la vez que nos
explicó que el Papa no era cristiano…
El delincuente López
seguramente seguirá preso, otros – que han dejado a López como un ladronzuelo –
seguirán siendo presidentes de Bancos Centrales, Ministros de Hacienda, de
energía, o hasta presidentes. Cuentan con una prensa amiga… Pero de nosotros
depende que sepamos o no “poner a todos en la misma bolsa” o distinguir a López
de los miles, miles y miles de militantes y funcionarios que entendieron la
política como un servicio, como un ejemplo supremo de caridad.
Foto que circula en internet sin referencia de autor
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