Balance desde el Evangelio y los pobres de un año de gestión de gobierno.
Carta
a los que quieran leerla
Iniciado
ya el tiempo de preparación a la Navidad para los cristianos y coincidiendo con
el día de la Inmaculada Concepción, difundimos nuestro pensamiento y opinión
desde el Evangelio y los pobres, al cumplirse el primer año de la gestión de
gobierno de la Alianza Cambiemos, que asumió el poder el 10 de diciembre de
2015. Esta carta está dirigida – parafraseando al Papa Francisco en su
reciente carta de cierre del año de la misericordia – “a cuantos quieran
leerla”.
La Virgen se alegra en el Dios de los Pobres.
La
Virgen María cuya presencia anima sin dudas la religiosidad de nuestros pueblos
latinoamericanos, nos ilumina y orienta acerca del plan de Dios para la
humanidad. En el marco del pasaje bíblico que describe el encuentro con su
parienta Isabel, el Evangelio de Lucas (1,46-55) pone en labios de María una
profesión de fe en el Dios de los pobres. María de Nazaret da gracias a Dios
porque miró su sencillez con cariño y misericordia convocándola a ser madre y
discípula de Jesús; porque elevó a los humildes y dispersó a los soberbios;
porque derribó a los poderosos y despidió a los ricos con las manos vacías. El
Dios del “Magnificat” sueña un mundo construido desde “abajo”. Reúne
para eso a los más pequeños. No necesita figuras exitosas, ni lobbistas, ni
famosos o violentos. No necesita las influencias ni los flujos de dinero. Es un
Dios que no cuenta con los ricos y poderosos porque no ven más allá de sus
intereses, no son capaces de construir un proyecto colectivo y fraterno. El
poder de la codicia y el dinero no construye mundos habitables, sino
seudoparaísos desiguales y concentrados donde sólo gozan los que acumulan para
sí. En la sencilla alegría de María visitando a Isabel, Dios anuncia la buena
noticia de un mundo nuevo, justo y humano edificado desde los pobres, la
justicia y el derecho. Ese mundo es de los sencillos, los “de abajo”. Es
arrebatado a los poderosos que se creen dueños de este mundo. Ya afirmaba de
María el Papa Pablo VI: “fue algo del todo distinto de una mujer pasivamente remisiva o de
religiosidad alienante, antes bien fue mujer que no dudó en proclamar que Dios
es vindicador de los humildes y de los oprimidos y derriba sus tronos a los
poderosos del mundo (cf. Lc 1, 51-53); reconocerá en María, que "sobresale
entre los humildes y los pobres del Señor, una mujer fuerte que conoció la
pobreza y el sufrimiento, la huida y el exilio (cf. Mt 2, 13-23): situaciones
todas estas que no pueden escapar a la atención de quien quiere secundar con
espíritu evangélico las energías liberadoras del hombre y de la sociedad…” (Pablo VI, Marialis
Cultus 37).
Un
gobierno sin política, sin historia y sin verdad.
Desde el
mismo día de la asunción, donde el Presidente (después de decir días antes en
Olivos que la ceremonia de traspaso del mando se iba a desarrollar como de
costumbre) insólitamente – con la habitual complicidad de sectores del Poder
Judicial – no permitió que la Presidenta saliente ejerciera el derecho propio y
democrático de entregar el mando a su legítimo sucesor, intuimos que algo malo
iba a suceder. A partir de ese día comenzó un proceso implacable, acelerado y
sistemático de destrucción operativa y simbólica de todo lo construido en 12
años de gobierno del Frente para la Victoria. Mientras tanto comenzó la
instalación compulsiva de una matriz económica y cultural conservadora,
represiva y autoritaria que convirtió en tierra arrasada muchos logros y
reivindicaciones históricas para la masa popular de trabajadores y que una
buena parte de los votantes del Gobierno creyeron – porque así se les había
dicho – que se iban a mantener. Ese proceso persecutorio y destructor vino
decorado en un envase de frivolidad y alegría, de progresismo pedante, de “paz
y administración”, de nueva moral y presuntos nuevos aires frente a una
ciudadanía que ellos mismos instalaron como “agotada de la política”. No había
duda que muchos temas de la agenda nacional necesitaban ser abordados,
reconfigurados, o estaban pendientes de resolución. Pero arrasar con todo lo construido
reveló más un espíritu de revanchismo conservador que de continuidad
democrática.
El estilo
“Cambiemos”
Algunos
rasgos de este estilo ya venían perfilándose en la campaña y el debate
presidencial del 22 de noviembre de 2015:
+ La mentalidad conservadora y la
anti-política: Un permanente desprecio por las instituciones
democráticas, el Estado, la militancia política, la democracia, la patria, el
pueblo, la cultura latinoamericana, la historia y sus próceres, los proyectos
colectivos y populares, comenzó a inyectarse en los brevísimos discursos,
conferencias o declaraciones del Presidente y sus funcionarios. En las
apariciones internacionales del Presidente sólo hubo chistes y frases
entrecortadas que dan cuenta de una marcada trivialización de la política
además del ridículo sin retorno ante los medios del mundo. Constantemente se
sugirió que es necesario “despolitizar” la gestión de gobierno y la planta
funcional del Estado, eliminando “la grasa militante”. La historia es algo
superado que no vale la pena recordarse, por eso ballenas, yaguaretés y plantas
de interior reemplazan a San Martín, Belgrano y Juan Domingo Perón en billetes
y dependencias estatales. Cuadros descolgados que se vuelven a colocar. Esta
puesta en escena – aparentemente neutral y aséptica – esconde en realidad una
clara intencionalidad política de gobernar para los que los ayudaron a llegar
al gobierno, los dueños del capital y la minoría pudiente del país sin ningún
tipo de oposición. Y esconde también que la anti-política es un modo de hacer
política.
+ La posverdad (= mentira) como
maltrato institucional. En abril de 2010 una revista norteamericana
humorística llamada Grist,
especializada en información medioambiental, publicó un artículo en el
que, se dice que por primera vez, se hablaba de “política posverdad”.
Dicho artículo se refería a los políticos que negaban el cambio climático, pese
a toda la evidencia científica que existía al respecto. El término comenzó
a generalizarse para ilustrar que se
está utilizando la mentira en política de una manera más intensa y con mayor
capacidad de penetración que nunca. La política siempre ha tenido una
vinculación particular con la verdad; pero una cosa es exagerar, ocultar,
incumplir o relativizar la verdad y otra es mentir descarada y continuadamente
sobre los hechos, de la mañana hasta la noche y aun teniendo evidencia de lo
contrario a lo que se dice delante de las narices. Este gobierno ha mentido ya
desde antes de asumir, porque hizo todo lo contrario de lo que había afirmado
que iba a hacer en el debate presidencial ya mencionado, estafando a sus
votantes. Hemos asistido a un concierto de mentiras diarias en nuestra propia
cara. Algunas de ellas insólitas, groseras y desafiantes de la inteligencia de
la ciudadanía, como la repetición insistente que Argentina no crece hace 5 años
(pero según datos del FMI, Argentina creció 13% en los últimos 5 años). Lo que
cuenta es “instalar” una creencia. Otras con un marcado tono burlón,
despectivo y discriminador. Pero no hay duda que este gobierno ha sabido – a
través de sus sofisticados y onerosos equipos comunicacionales – utilizar con
eficacia el poder de la mentira para convencer. Su máxima es: “No importa si es verdad lo que se
dice. Lo que importa es que te lo crean”. Nunca
habíamos sufrido tamaña vejación de nuestra capacidad intelectual. La
hipocresía, el cinismo, la falsedad en el Presidente, ministros y funcionarios
son un verdadero maltrato institucional cotidiano hacia el pueblo argentino.
Esa burla sistemática de todos tiene sus excepciones: hay ministros o
funcionarios a los que no se les conoce la voz. Pero así como se dice de los
jueces, que “hablan por sus fallos”, podemos decir que todos los ministros
“fallan”, es decir “yerran” sistemáticamente y siempre “para el mismo lado”.
+ Funcionarios incompatibles y
corrupción estructural: Nunca
habíamos tenido un plantel de gobierno constituido en una elevada proporción
por funcionarios que fueron CEO’s o gerentes en el sector privado. Un estudio
reciente de la UNSAM revela que con la ley de ética pública de 1999 este
gabinete no hubiera sido posible. Es una verdadera puerta abierta a la
corrupción estructural ubicar funcionarios del sector privado para manejar las
mismas áreas donde trabajaron desde el Estado o poner procesados por lavado de
dinero al frente del organismo que controla el lavado de dinero. Son claros los
conflictos de intereses y las incompatibilidades para la función pública.
Mientras tanto los medios intentan que todos creamos que la corrupción fue
generalizada en el gobierno anterior y nos dejaron una “pesada herencia”. Para
el Gobierno y sus aliados la corrupción se conjuga exclusivamente en pasado. La persecución de presuntos corruptos del pasado es una operación
mediática encaminada a dar la impresión de que se combate la corrupción,
mientras tanto saquean el Estado quitando regulaciones u otorgando
negocios que benefician a privados, amigos, empresas y parientes sin ningún
escrúpulo. Pero mientras esta succión de los recursos públicos se realiza, el
discurso oficial es de exaltación de la transparencia, el trabajo “juntos”, la
honestidad y la idoneidad del “mejor equipo de los últimos 50 años”, etiqueta
mentirosa si las hay. Los
ministros del gabinete actual son mercaderes del dinero público y lo reparten
entre sus amigos. Ética Cero.
+ La ética del Presidente: ¿Qué se puede esperar de la
ética de los ministros y funcionarios si hay un Presidente que asumió procesado
con 214 causas, con cuentas clandestinas en el exterior y un largo prontuario
en materia de irregularidades en la contratación de obra pública junto a su
padre? Un Presidente que pide a la población “un esfuerzo” pero abandona la
flota aérea oficial maltrecha en los hangares de El Palomar y gasta en aviones
privados contratados o de aerolíneas comerciales más o menos U$A 1.700.000 en
10 meses. Un Presidente que mide los gastos operativos de Aerolíneas Argentinas
en jardines de infantes, pero facilita que su padre blanquee el dinero sucio de
la evasión a través de un decreto inconstitucional que contradice el espíritu
de una ley votada en el Congreso. Y qué decir de un Presidente que parece no
tener respuestas sobre cuestiones básicas de Estado en las ruedas de prensa
“armadas” para que no pase sobresaltos. Nos queda la sensación de que todo lo
que hemos dicho en estos párrafos, en cualquier país normal sería materia más
que suficiente para plantear un claro pedido de juicio político al Presidente y
a una buena parte de sus funcionarios. En nuestras pasadas cartas al Pueblo de
Dios hemos insistido en que a gran parte de los funcionarios y ministros se les
debería pedir su inmediata renuncia (o, al menos, ser sometidos a una firme
interpelación en el Congreso), y nada nos ha convencido de lo contrario. Antes
bien, semana a semana pensamos que más funcionarios deberían estar en ese
“grupo”.
+ Un descomunal aparato
comunicacional al servicio de la mentira: Los principales multimedios
pintan el escenario que más le conviene al relato oficial escondiendo la
realidad y forzando los temas de tapas y columnas para que parezca que pasa lo
que les conviene que la gente crea que pasa (focus groups). Nunca
habíamos visto este cerrojo informativo y los medios internacionales se
sorprenden de eso. Redes sociales invadidas por equipos de perseguidores
(trolls) rentados para desanimar, hostigar, acosar a cuantos piensen u
opinen distinto a lo que se quiera imponer. Nosotros mismos hemos sido blanco
de insultos gratuitos por el simple hecho de expresarnos. Los (ex) periodistas
que antes informaban y ahora hacen lo que se les pide que hagan, los que antes
querían preguntar y ahora no tienen más preguntas, están escribiendo las peores
páginas de la historia de la comunicación en Argentina.
La
destrucción de la economía (y del país)
Todos los datos con los que
podríamos pulsar la vitalidad económica están mucho peor que hace un año atrás:
más inflación, más endeudamiento, menos producción, menos puestos de trabajo,
menos exportaciones, tarifas más caras, la inversión en baja, suba del déficit
fiscal, aumento de la emisión de moneda, caída de la recaudación fiscal en
términos reales, desplome del consumo y retroceso del salario real. Para
delicia de los sectores más acaudalados, se liberó la bicicleta financiera, y
se quitaron impuestos y retenciones y se permitió blanquear el dinero de la
evasión. En vez de dar la cara y asumir los tremendos desatinos de estos
últimos 12 meses, el gobierno se empeñó en culpar al gobierno anterior,
esgrimiendo argumentos insólitos y ocultando -con la indispensable ayuda de los
medios- los efectos de la
fenomenal transferencia de ingresos desde los sectores bajos y medios hacia la
minoría rica. Sólo así puede
entenderse, por otra parte, que la imagen del Presidente y del gobierno no sea
lo escandalosamente baja que la realidad requiere.
Este es un modelo de hambre
y pobreza, de desigualdad y concentración de la riqueza, de
desindustrialización y destrucción del empleo, de primarización de la economía
y pérdida de la soberanía, de minimización del estado y absolutización del
mercado, de destrucción del consumo y la producción, de endeudamiento
desenfrenado para cubrir la fuga de capitales. Pero si como todo esto fuera
poco, debemos sumarle una marcada ineptitud para el manejo operativo de la
economía, cubierta con mentiras permanentes, con datos inventados, con
ocultamientos de información, con promesas de un futuro feliz que nunca llega y
nunca llegará. Ante algunas preguntas, mostrando su desinterés por todo, el
Presidente (o sus ministros) han respondido: “esa te la debo”. Queremos decirle que nos está debiendo un país
entero.
Efectos colaterales en los
pobres
Estas decisiones impactan en
la vida de los pobres, los trabajadores, y el campo popular. La salud, el
trabajo, la educación han dejado de ser entendidos como derechos y se
convierten en áreas de explotación comercial:
+ Pobreza: La mentira de la Pobreza
Cero tuvo patas muy cortas. La inflación descontrolada, la devaluación del
peso, el brutal tarifazo de los servicios públicos, y la falta de contención
estatal que redujo, subejecutó o anuló fondos destinados a la contención social
destinados en la década anterior, lógicamente empujaron el número de familias
que viven debajo de la línea de pobreza e indigencia que se incrementó en más
de 1,5 millones de habitantes (por ejemplo, el programa “Urbanización de
villas” fue ejecutado en un 34%, el de “Infraestructura Penitenciaria” un 14 %;
el programa “capacitación Laboral” gastó apenas el 39% de los fondos
destinados, y el de “desarrollo Productivo regional” apenas el 16%, el Programa
“Formación Tecnológica” 13% y “Calidad Educativa” 5% de ejecución, el Programa
“Sanidad Escolar” y “Lucha contra el SIDA” 2% ejecutado, el Programa “Promoción
y Protección Social” solo el 50%. Programa “Enfermedades Crónicas” del
Ministerio de Salud el 39% de ejecución y el “Fortalecimiento edilicio de
Jardines de Infantes” ¡¡¡0%!!!). Ser pobre significa comer salteado,
enfermarse fácilmente, perder condiciones normales de higiene, vivienda y
atención sanitaria, y en definitiva, vivir mucho menos que el resto. A este
gobierno no le importan en absoluto los pobres. Les importa más cuantos
negocios pueden hacer gestionando el dinero público.
+ Trabajo. Las políticas aplicadas
provocaron una fuerte destrucción de empleos estatales y privados. Con el
latiguillo mentiroso de que había que crear “empleo de calidad”
destruyeron cientos de miles de puestos de trabajo y reemplazaron empleados
estatales con antigüedad e idoneidad por militantes del PRO que en muchos casos
poseen el único mérito de ser parientes o amigos de algún funcionario. El
Presidente cada vez que se refiere a los trabajadores lo hace con desprecio,
culpabilizándolos del ausentismo y la falta de productividad, presionándolos a
“ceder algo” y refiriéndose al salario como un costo más. Se queja del
ausentismo cuando se ha tomado 3 veces vacaciones en solo 8 meses de gobierno.
En 2017 insistirá con el cierre de paritarias, la flexibilización laboral y la
revisión de los convenios colectivos de trabajo que significa ni más ni menos
que arrasar con las conquistas sociales de los trabajadores en la historia
reciente. La conflictividad laboral va en aumento, aunque es fácil suponer que
algo aliviará momentáneamente esta presión en orden a las próximas elecciones
“de medio término”.
+ Salud y Educación: Por despidos, reestructuraciones
para “hacer más eficiente la gestión” o reubicación de sus integrantes,
en seis meses fueron desmantelados o “achicados” unos 15 programas de salud
pública; lo ocurrido con los remedios contra el SIDA – que ya había sido
anunciado, y quien lo hizo fue criticado por alarmista y por “campaña del
miedo” en todos los “medios amigos”, sirve de buen ejemplo de esto; como la
ausencia de campañas contra el dengue y el zika. La retirada estatal de la
contención territorial en materia de salud es algo así como una muerte lenta
para tantos que no tienen trabajo, y por lo tanto, no tienen obra social. Para
la mentalidad liberal-conservadora los pobres son un gasto (son “inempleables”
al decir de un conspicuo empresario). No son personas. Se acorrala la educación
pública con desfinanciamiento y desdén considerándola también un gasto más que
un servicio público. Se desmontaron también en esta área algunos programas
territoriales como el Conectar Igualdad. Se prometió un plan revolucionario de
Educación que jamás se realizó y ni siquiera se presentó. El ministro comparó
su gestión en educación con la genocida Campaña del Desierto. Está todo dicho.
La mentira
de la justicia independiente
“No quiero una justicia
macrista” dijo el posverdadero Presidente al asumir y al día
siguiente nombró a un abogado de Clarín como Juez de la Corte por decreto,
salteándose la Constitución Nacional. Acto seguido, después de nombrar a un
Ministro de Comunicaciones que no tenía Facebook, el gobierno anuló la Ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual por decreto, cerró el AFSCA, y puso
decenas de policías para impedir que entraran las autoridades legítimas.
Gobernó los primeros meses a decretazo limpio sin importarle la Ley ni la
justicia que prometía defender, y nos preparamos para que lo mismo ocurra
durante este verano. El proyecto de ley sobre el Ministerio Público Fiscal de
Cambiemos fue un intento de consolidar una justicia adicta. La notoria persecución
política a la oposición por parte del núcleo conservador del poder judicial,
impulsada por el gobierno nacional, las amenazas a políticos opositores,
denuncias para demonizar y sembrar dudas, la persecución de jueces y fiscales
independientes, el hostigamiento a la jueza Martina Forns y a Daniel
Rafecas, a la agrupación Justicia Legítima y a la Procuradora General de
la Nación Alejandra Gils Carbó, los infinitos intentos de reapertura de la
denuncia del fiscal Nisman, la ridícula causa del dólar futuro que acusa a
inocentes y exime a los responsables, las causas que duermen porque afectan a
gente del gobierno o sus amigos como Papel Prensa, Panama Papers, Iron
Mountain, JP Morgan, etc., los encuentros secretos de Macri con Lorenzetti son
algunos síntomas que nos invitan a sospechar fundadamente que el Poder Judicial
no ostenta una imparcialidad que nos permita confiar en que haya justicia. Cada
vez nos resulta más evidente que Poder Judicial es una cosa y “Justicia” otra
muy distinta.
Ambiente persecutorio y
democracia de baja calidad.
Se han multiplicado las
intervenciones represivas violentas de las fuerzas de seguridad frente a gente
desarmada y frágil como aquella represión a los jubilados en el Puente
Pueyrredón, o los innumerables hechos represivos de la policía bonaerense en La
Plata. Se intenta demonizar la manifestación popular en las calles y
criminalizar la protesta social. Se ha impedido a la población ocupar
legítimamente el espacio público en actos patrios volcando una desmesurada
cantidad de efectivos policiales o de Gendarmería para instalar una atmósfera
de miedo y pérdida de libertad que no experimentábamos desde hace muchos años.
Se han producido confusos ataques a locales de partidos políticos, y hasta las
mismas fuerzas de seguridad protegieron a los agresores de la sede de Tiempo
Argentino. Muchos comunicadores o figuras de la política son amedrentados, o
directamente amenazados y la libertad de expresión corre serio peligro. Los
discursos discriminadores de muchos funcionarios oficiales parecen legitimar
que buena parte de las fuerzas de seguridad crean que tienen cancha libre para
perseguir extranjeros o gente de tez morocha, golpear y ningunear a chicos de
nuestros barrios o en el peor de los casos disparar balas de plomo a una murga
barrial compuesta por jóvenes y niños sin que haya pasado absolutamente nada
con esos asesinos de uniforme. Pero abundaron las fotos de la ministra de
seguridad vestida de combate o corriendo presurosa a apresar a un tuitero. Se
quiere generar una atmosfera de miedo y encierro para avanzar con el saqueo del
país. Esta película ya la vimos; este modelo “no cierra” sin represión.
En política internacional,
“del lado de los malos”
No ignoramos la convulsión
mundial que estamos viviendo. El llamado “Primer Mundo” (sic) actúa movido por
el miedo que pretende autoconservarse de un enemigo externo que, una vez más,
son los pobres y las víctimas que ellos mismos han provocado. Muchos países
buscaban unirse para poder enfrentar este mundo adverso, algo que – obviamente
– incomoda siempre a los poderosos, expertos en “divide y reinarás” o en “si
entre ellos pelean, los devoran los de afuera”. Vemos, en este sentido que
el multilateralismo que estábamos celebrando vuelve a ser unilateral cada vez
más. La política de “relaciones carnales”,
los enemigos elegidos por el gobierno (que no son los nuestros) nos separan
cada vez más de los hermanos y, por otro lado, nos vuelven cada vez más
indefensos ante crisis y conflictos que, por supuesto, vendrán.
Con una ayudita de sus amigos
Además de la cercanía de los
sectores poderosos, del establishment,
el Gobierno sabe que no puede funcionar sin otras complicidades:
+ Sindicalismo de ficción.
La unidad del sindicalismo sin duda es fundamental para poder enfrentar y
confrontar con “el Capital” en la defensa del “Trabajo”. Pero es lamentable
cuando esta unidad triunvira sólo pretende acariciar al gobierno destructor del
Trabajo a cambio de limosnas o beneficios espurios.
+ Mentimedios de incomunicación.
Ya hemos señalado, pero es importante resaltarlo, el rol que juegan los medios
de comunicación en la “creación de
realidades” o la difusión de posverdades. La mentira sistemática, el desvío
de la atención de las realidades profundas y las amenazas, chantajes o falta de
aportes y pautas a los medios opositores, explican los generosos
beneficios gubernamentales a ciertos medios donde es evidente
la devolución de favores con el otorgamiento de negocios.
+ Una amigable oposición
parlamentaria. El poder del Gobierno de extorsionar con el envío o no
de fondos para las asfixiadas economías provinciales a cambio de un voto
favorable, y más aún, de amenazar con revelar datos secretos de los
legisladores si no se votaba en línea con el oficialismo (el
"carpetazo" del que acaba de hablar el Papa Francisco), sumado esto
al poco criterio de algunos dirigentes políticos, ha permitido conseguir la
aprobación de proyectos de ley perjudiciales para el país como el pago a los
fondos buitres o la supuesta reparación histórica de los jubilados. Algunos
quieren ahora “desmarcarse-pero-no-mucho” en una suerte de “Plan B” esperando
la bendición del “Círculo Rojo”.
+ Una Iglesia que olvidó el
Evangelio. No es la primera vez en nuestra historia que muchos sectores
del Episcopado parecen más preocupados en no molestar o incomodar a los
poderosos que quedar del lado de los pobres. Si los obispos están más
interesados en evitar conflictos sociales, sin preocuparse por las causas que
los provocan y de este modo evitar tomar posición a favor de los pobres, esa
actitud no nos parece que sea demasiado coherente con la praxis de Jesús de
Nazaret ni con los discursos recientes del Papa Francisco
En este sentido nos duele
que el obispo de la Diócesis de Jujuy, Cesar Fernández, se pronuncie en apoyo a
la convocatoria formulada por el Gobernador Morales “para honrar la paz, la unión y la libertad civil” en una provincia
que mantiene a Milagro Sala y compañeros, detenidos arbitrariamente. Nos
hubiera gustado escuchar al Obispo exhortar al presidente de la Nación a
cumplir la ley que es una manera de honrar la paz y la unión de los argentinos:
una Navidad sin presos políticos.
Los derechos humanos y el
proceso de memoria, verdad y justicia en peligro.
Como
señalamos en el párrafo anterior, hemos vuelto a tener presos políticos como
hacía años que no sucedía. Milagro Sala fue detenida en el mes de enero y más
tarde otros compañeros corrieron igual suerte. La ONU ha declarado que su detención
es arbitraria y ha pedido al gobierno argentino su liberación inmediata, cosa
que repitieron Amnesty International, la OEA y la CIDH. Con la negación de la
realidad o la imposición de la mentira – que son su método cotidiano –, el
Presidente está tirando la pelota afuera hace un mes e incubando un papelón
internacional histórico al incumplir los tratados sobre detención arbitraria
que Argentina suscribió y se comprometió a cumplir. También han avanzado sobre
los espacios de memoria quitándoles apoyo oficial, (y en parte desarmándolos),
o cuestionando la existencia de 30.000 desparecidos, sobre los que el
Presidente dice “no tener idea”.
También se intenta mover el feriado del 24 de marzo, desfinanciar los
organismos creados para impulsar operativamente los juicios contra los
represores de la dictadura y de este modo frenarlos, interceder por los
condenados a cárcel común para que cumplan la condena en sus casas, reinstalar
la teoría de los dos demonios y la guerra sucia.
El fin de
nuestras cartas quincenales: un ciclo cumplido.
Nos
propusimos, al comenzar este gobierno y constatar el cerco informativo,
entregar al Pueblo de Dios y a todos los varones y mujeres de buena voluntad
una carta periódica que dejara al descubierto la realidad negada por los
medios. A inspiración del beato mártir Óscar Romero en El Salvador, quisimos
alzar una voz profética en medio de la confusión de un cambio que ha resultado
una verdadera involución. Después de 20 cartas y este balance, hemos decidido
discontinuarlas. Seguiremos andando desde el Evangelio y los pobres,
comunicándonos con el pueblo de las maneras que vayamos considerando posibles y
convenientes, sin apagar nuestra palabra profética.
El balance
que hemos realizado es sumamente negativo y desalentador. El cambio que se
prometía sobre la base de mantener lo conseguido, resolviendo errores y
problemáticas pendientes, fue una mentira. La verdadera intención fue restaurar
el modelo económico neoliberal, y la matriz social y cultural de un
conservadurismo nocivo y anacrónico que ya conocíamos pero que nos ha
sorprendido en su capacidad de ignorar las necesidades de la población que da
la sensación de estar de más en su foto.
Evaluando
su año de gobierno, el Presidente “se puso un 8”. No podemos imaginar
cuánto celebraría si hubiera creído merecer un 10; cuánta más desocupación,
cuanta mayor pobreza, cuanta precarización laboral, cuanta justicia más
dependiente aun, cuanta ausencia de voces opositoras, cuánta dependencia
imperial… Ciertamente no es esa la nota que nosotros le hubiéramos puesto. A
modo de síntesis quisiéramos decir que ¡en un año de gobierno de Cambiemos no
hemos visto ni una sola nueva medida que beneficie a los pobres! ¡Ni una sola!
La Ley de
Emergencia Social pactada con los movimientos sociales es un paliativo que
pronto perderá vigencia si no hay urgentes políticas de creación de empleo, de
reactivación de la producción y el consumo, de recuperación del poder
adquisitivo del salario, de transferencia de riqueza de ricos a pobres con un
criterio de justicia social.
No
obstante, seguiremos del lado del pueblo, que en la historia argentina y
latinoamericana siempre ha buscado las formas de superar los ciclos injustos y
opresivos como éste. Y confiamos en el Dios de la Vida, el Dios de los Pobres
que seguramente nos ayudará a abrir los caminos de una democracia más justa e
inclusiva.
Grupo
de Curas en la Opción por los Pobres
(150
sacerdotes y diáconos de distintas diócesis del país)
8 de
diciembre de 2016
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