Cambiemos… de grieta
Eduardo
de la Serna
El excelente artículo de
Domingo Bresci en Página 12 de hoy (9/9/17) [https://www.pagina12.com.ar/61808-radiografia-del-pro]
me inspiró una breve reflexión.
Durante años, por lo que creo
a partir del lobista oficial Jorge Lanata, un ex periodista, al recibir un (¿comprado?
¿parte del show?) Martín Fierro al “mejor programa periodístico” (sic), se
habló de “la grieta”.
La supuesta grieta es una
zanja (¿cómo la de Alsina, para que no pasen los mapuche?) que divide en dos la
sociedad, los de un lado y los del otro. Algo semejante a lo que sin tanta
publicidad se decía antes, entre izquierda y derecha, por ejemplo. O los buenos
y los malos (siempre los otros, claro. “La maldita herencia”). Pero este
gobierno ha venido para “cambiar”. De hecho, así lo proclama a “diestra y
siniestra” si se me permite la ironía.
Pero la cosa es que no se
trata de eliminar “la grieta” (ya he señalado en otra nota que no me parece que
la grieta sea mala, sino que lo malo es quedar del “otro lado” del pueblo). El gobierno
y sus aliados (y sus mandantes) no quiere eliminar esa grieta, sino que quiera
cambiar de grieta. La grieta no debe ser horizontal. Nada es horizontal en este
gobierno. La grieta “DEBE SER” vertical: los de arriba (ellos) y los de abajo (nosotros),
los que mandan y los que obedecen. Y cuando algo o alguien de “abajo” amaga con
“aparecer” debe ser anulado (sea ninguneándolo, callándolo, ignorándolo).
Así,
cuando alguien de arriba comete un “error” (cuando Esteban Bullrich dice una
tontería, por ejemplo, de las miles que dice; cuando el rabino se disfraza o
trae donaciones (sic), cuando la ministra sobreactúa su torpeza, cuando la
vicepresidenta manifiesta su ineptitud o cuando el presidente aparece en todas
las manifestaciones de corrupción imaginables (y ¡cuántas no podemos
imaginar!), todo eso es tapado, bloqueado, ignorado. ¡Y listo! Para está la
prensa, para prensar cerebros.
Después está el invento: inventar causas con la
connivencia del más elitista de los poderes de la res-no-pública, el poder judicial, nada justo. Así se inventan
causas, se tapan causas, se cita o se sobreactúa con retroexcavadoras o
rastrillajes de ríos (es casi divertido que la mayoría de esas causas
inventadas aparecen los viernes. Así la prensa cómplice tiene material de tapa).
Y si todavía alguno “de abajo” amaga con levantar la cabeza, pues se lo
encarcela, como a Milagro, o desaparece como a Santiago. Los “negritos” de
Jujuy o los “indios” mapuche no tienen derechos, su único derecho es “servirnos”.
¡Y basta! Por eso hay una grieta de arriba-abajo. Se dice que los mapuche son
chilenos (ridícula afirmación, pero ¿y si lo fuera? [reitero, ¡no lo es!] ¿si
lo fuera?, ¡¿qué?!); es que ser extranjero chileno, boliviano, peruano,
paraguayo, uruguayo es muy bajo. No es lo mismo que ser extranjero inglés, como
Lewis, o italiano, como Benetton (y Macri). No es lo mismo un extranjero de
arriba que uno de abajo.
La cosa es sencilla, la grieta
horizontal es mala, porque nivela, iguala, aunque haya unos y otros. Pero la
grieta vertical es excelente (cuando estás arriba, obviamente). Al fin y al
cabo ¿cuándo no hubo en la historia de la humanidad clases altas, medias y
bajas (verticalidad, como es evidente)? ¿Cuándo no hubo dominadores y
dominados, monarcas y súbditos, patrones y sirvientes? De eso se trata
CAMBIEMOS. Se trata de cambiar de grieta.
Foto de la Zanja de Alsina
tomada de http://www.diasdehistoria.com.ar/content/las-perdidas-cicatrices-de-la-zanja-de-alsina
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