Los llamados no pueden guardarse para sí mismos la llamada
DOMINGO SEGUNDO DURANTE EL AÑO - "B"
Eduardo de la Serna
Resumen: en un marco en el que se destaca que hasta ese momento la palabra de Dios no era frecuente, esta se dirige al niño Samuel. El texto simplemente menciona el hecho de un modo muy vívido. El objetivo es destacar en nacimiento del movimiento profético en Israel.
La
referencia “vocacional” subyacente en el evangelio parece ser el motivo por el
que este texto se encuentra en la liturgia. Hay una serie de elementos a tener
en cuenta en el relato:
La
vocación a la que se hace referencia es una vocación “profética”. Esto ocurre en el
santuario de Siló (todavía Jerusalén no había sido tomada, cosa que hará David
años más tarde). Al menos
en su estructura actual, se presenta a Samuel como el primero de la lista de
los profetas de Israel: “Aún no conocía
Samuel a Yahveh, pues no le había sido revelada la palabra de Yahveh”. (v.7) ya que “en aquel tiempo era rara la palabra de
Yahveh, y no eran corrientes las visiones” (v.1). En un sueño – un modo
que, al menos en los comienzos de la profecía bíblica – sirve al profeta para
reconocer la voluntad de Dios Samuel recibirá una palabra crítica del sacerdote
Eli y sus hijos (vv.12-14). Curiosamente es Eli quien le dice al niño Samuel
que la voz que escucha ha de provenir de Dios, y le dice lo que ha de decir:
“habla, tu siervo escucha”.
El relato está compuesto de modo dramático para mostrar
el nacimiento del movimiento profético aunque no se lo mencione con tal nombre.
Resumen: en una unidad marcada por temas morales Pablo enfrenta la frecuencia a prostíbulos de algunos de la comunidad. Tratar a los demás y a sí mismo como Cristo mismo es el criterio fundamental.
Los capítulos 5 y 6 de 1 Corintios presentan una
serie de situaciones morales que se viven en la comunidad de las que Pablo se
ha informado oralmente (5,1). Mientras el problema central (6,1-11) es
económico, los otros dos (5,1-13 y 6,12-20) remiten a lo sexual (pornê). Se ha señalado con frecuencia
los desbordes sexuales de Corinto citando autores griegos clásicos, aunque
luego de esto la ciudad fue destruida y reconstruida por Julio César siendo,
entonces, una ciudad más romana que helénica en sus costumbres. Sin embargo,
tampoco se ha de olvidar la frecuencia de la prostitución en los puertos (¡y
Corinto tiene dos!) y la proliferación de cultos orgiásticos, que en Corinto
los había.
El tema de la unidad refiere a la recurrencia de
algunos a las “prostitutas” (pornê). Se ha propuesto, y no ha de descartarse,
que se tratara de prostitución sagrada, sin embargo el planteo de Pablo ante el
hecho va más allá del tipo de prostitución del que se tratare.
Como en otras partes de la carta, Pablo toma un
dicho corintio: “todo me es lícito”,
y si bien lo acepta, inmediatamente lo limita o relativiza. En este caso, “no todo me conviene”, “no me dejaré dominar por nada” (v.12).
El tema del “cuerpo” (muy importante, y seguramente central, en toda la carta)
enmarca la unidad. El cuerpo está en relación con Dios, y la resurrección (que
algunos niegan en Corinto, cf. 15,12) es un signo de ello. Si algunos niegan
esto (la frase “lo uno y lo otro”,
comida y vientre, “lo destruirá el Señor”,
v.13 parece dicho de algunos en Corinto) Pablo les recuerda “¿o no saben…?” (v.16) con lo que enfrenta
su planteo [la fórmula “no saben” Pablo la usa x12 de las que x10 en 1 Cor, y
x7 en los caps. 5-6. El sentido apunta a resaltar algo que evidentemente saben
y el apóstol quiere reforzar polémicamente]. Si el cristiano es “miembro de Cristo” (v.15) todo lo que
haga en las relaciones interpersonales debe ser una actitud de servicio hacia
ella y no de utilización, en búsqueda de su propio beneficio.
El texto de Gen 2,24 sobre la unión de los cuerpos
de varón y mujer apunta a lo perdurable de la situación. Al encuentro y la
unidad, algo que ciertamente no se da en la relación con prostitutas. Es
posible que la frase “todo pecado que comete el hombre queda fuera de su
cuerpo” sea también un dicho de los corintios. Parece influenciado por el mismo
dualismo que más tarde llevará a negar la resurrección. Es como afirmar que lo
que tiene que ver con el cuerpo no toca el terreno de la moral. El cuerpo sirve
a Dios o sire al mal (Rom 6,19; 12,1-2). Cuenta tanto para Dios la persona en su
integridad (lo que, obviamente, incluye el cuerpo) que un mal uso del cuerpo
constituye un pecado (v.18: “peca contra su cuerpo”). Nuevamente “¿o no saben…?” sirve para comparar el
cuerpo con un santuario habitado por el Espíritu. En este caso el acento está
puesto en que el cristiano es “·propiedad” de Dios (“han sido comprados…” v.20; cf. Ga 3,13; 4,5). La tradición
patrística se formuló la pregunta de a quién se le realizó el pago, pero el
tema no entra en el horizonte paulino. Pablo lo utiliza simplemente para
destacar la obligación de renunciar a visitar prostíbulos.
La clave de toda la unidad viene dada por la
conclusión: “Glorifiquen a Dios en su
cuerpo”. “Glorificar” es la actitud, siempre positiva, de dar gloria a
Dios, algo que, en este caso, el cristiano ha de hacer con su propio cuerpo.
Resumen: Juan presenta en su introducción una serie de “días”. En este caso nos encontramos a Juan que deriva discípulos hacia Jesús y ellos no permanecen indiferentes ante el encuentro. La fe de todos ellos va creciendo.
El
prólogo histórico de Juan está estructurado como una semana marcada por cada
día (1,19.29.35.43; 2,1). Los primeros dos días están centrados en Juan, el
Bautista. El tercero (texto del día de hoy) el traspaso de Juan a Jesús de sus
discípulos. El cuarto día es una comunicación de “información” en la cual los
discípulos llaman a otros a su vez. Finalmente, “tres días después” ocurren las
bodas en Caná.
Repitiendo
la referencia al Cordero de Dios (v.29), la unidad se relaciona con la
anterior. Pero ya no es revelación (día segundo) sino reacción en cadena frente
a Jesús, el verdadero Israel. Los hombres empiezan a creer gracias a Juan
Bautista (1,7); Dios se los da al Mesías (3,27.29). Nuevamente nos encontramos
con dos días (el día supuesto en v.39 no parece contar), y cada día parece
dividido en dos. Se mencionan 4 o 5 discípulos orientados hacia Jesús por el
testigo; a estos se agregan otros, incluso se habla de los Doce (6,67.70.71;
20,24), pero nunca hay una lista. El relato difiere notablemente de los
Sinópticos. La vocación parece en Betania "del otro lado del Jordán" y los discípulos lo fueron primero
de Juan Bautista. No hay que buscar armonizar con Sinópticos; los datos de Jn
son verosímiles. Hch 1,21-22 parece presuponer que fueron antes discípulos de
Juan Bautista. Pero, aunque hubiera verosimilitud histórica, hay intención
teológica de presentar (en 1,35-51 y 2,1-11) un paradigma de la vocación
cristiana: cada día hay una profundización del conocimiento de aquel a quien
siguen; incluso frente a Jesús, el Evangelio suele presentar una corrección en
la comprensión (1,49; 3,2; 4,31; 6,25; 9,2; 11,8); alcanza su climax cuando creen al ver su gloria. Ya
habíamos visto una cristología en las escenas anteriores; ahora la cristología
sigue creciendo. Los títulos de Cristo son una vía de acceso a la cristología;
Jn reúne los principales del AT en esta unidad: rabí, Mesías (35-42),
"aquel de quien hablaron la ley y
los profetas", Hijo de Dios y
Rey de Israel (43-50), Hijo de hombre
(51). Sin dudas la fe de los discípulos creció gradualmente (6,66-71; 14,9); e
incluso Jn mismo señala que no se llega a la fe sino después de la resurrección
(2,22; 12,16; 13,7). Jn resume enteramente la condición de discípulo en todo su
desarrollo; Jesús aparece como quien conoce el pasado y el futuro de sus
discípulos. Los verbos de visión: ver, mirar... unifican la unidad que comienza
con una visión y confesión de fe y termina del mismo modo (vv. 35.51). Mientras
Juan Bautista habla en presente, sus acciones se narran en imperfecto, como
inmóvil. Jesús pasa, no sabemos de dónde viene (¿"de Dios"?) ni a
donde va...
Se trata
de dos discípulos: uno es Andrés (v.40); el otro )es el Discípulo Amado? (cfr. vv.41 y 43); algunos lo han sugerido pero
nada parece indicarlo. Dado que en la lista de los Doce siempre aparecen Juan y
Santiago, Andrés y Pedro, y dado que Juan se ha identificado con el Discípulo
Amado, es razonable identificarlo. Otros sostienen que este es Felipe (siempre
aparecen juntos en Jn, 6,5-9; 12,21-22; proceden de la misma aldea). Pero, 1,43
parece presentar a Felipe por primera vez. Lo cierto es que se trata de un
discípulo anónimo. Juan Bautista tenía discípulos con sus características
propias (Mc 2,18; Lc 7,29-33; 5,33; 11,1).
Fijando
la vista, la mirada (sólo aquí y v.42 en Jn), es mirar con penetración, como
penetrando en el misterio del ser. De hecho, cumpliendo su misión de dar
testimonio, Juan desaparece de la escena. Ya no tiene otra función; el hecho de
que el "he aquí" derive del verbo "ver" muestra a Juan
Bautista queriendo compartir con todos su visión.
Cordero
de Dios: Puede haber una diferencia de matices con v.29 (de allí la ausencia de
"quitar el pecado..."). Quizá allí su centro sea puesto en Dios que
lleva a su fin la obra de la salvación y aquí está centrada en la persona de
aquel que va a realizar el plan divino.
En la
tradición Q hay un envío de discípulos de Juan a Jesús (“eres tú, o hemos de
esperar a otro”; Mt 11,2; Lc 7,18s). Juan Evangelista habría cambiado la escena
en un planteo positivo. Si bien es posible, no es improbable que,
originalmente, discípulos de Juan Bautista hayan seguido a Jesús y aquí Jn siga
una tradición independiente. De hecho, en cuanto que Juan Bautista es "la
voz", es Dios quien da los discípulos a Jesús ("los que me
diste", 17,6; 6,37.39.65). Siguieron: Dos discípulos de Juan Bautista siguen a Jesús (cfr. 37.38.40.43). Es
más que caminar en la misma dirección. En un primer momento es un seguir al pie
de la letra, físico. Luego, indicará la adhesión de la fe, consecuencia lógica
del testimonio de Juan Bautista, como condición del discípulo nos habla en 6,2;
8,12; 10,4.5.27. 31; 11,31; 12,26; 13,36.37; 18,15; 20,6; 21,19.20.22 (cfr. Mc
1,18p). El imperativo "sígueme" aparece en los relatos de vocación
(Mc 2,14; Mt 8,22; 19,21). Este "seguir" es el primer paso para la
fe, paso que los lleva a "permanecer",
no sólo ese día sino en comunión constante con él. Los discípulos de Juan
Bautista están a punto de convertirse en discípulos por lo que Juan Bautista
puede desaparecer, ya dio testimonio. Pero es Jesús el que toma la iniciativa
(15,16: yo los elegí). Siguen a Jesús hacia el "adónde va". Algo
sabemos ya: al cumplimiento de las promesas.
Qué
buscan: qué quieren y qué buscan pueden suponerse por el significado del verbo.
Es la primera palabra de Jesús en el Evangelio. La pregunta es la pregunta que
se le hace a todo aquel que quiere seguirlo para ser discípulo: )qué buscas? (cfr. Pr 8,17; cf.
Jn 12,21); quizá provenga de la catequesis de la comunidad joánica, se pregunta
por el sentido; una idea clara de propósitos y motivaciones. Y la respuesta va
en el mismo sentido: buscan permanecer.
Seguir y buscar pasan a ser características del discípulo; encontrar y permanecer
son la recompensa (cfr. 7,33-36, los judíos como anti-discípulos) permanecer es
ser amigos (15,14s). El sentido puede ir en un doble sentido semejante al de
"seguir". )Tiene sentido esa pregunta en
el Jesús joánico que sabe todo? Su conocimiento no le viene de su capacidad de
milagros sino de la comunión con el Padre (3,35; 11,42; 13,3): conoce su camino
(2,4; 6,6; 8,14; 13,1; 17,1; 18,4) y el pensamiento de los hombres (2,25; 4,18;
5,42; 6,15.64; 13,11; 21,17; cfr. 1, 48; 10,14s.26s; 6,61.64.70; 13,11.18.38;
17,12). ¿Respeta a sus interlocutores? Más bien, parece que el evangelista
pretende que el lector se pregunte a sí mismo si está en búsqueda y de qué.
Esta misma, es también la primera palabra del resucitado (20,15); también allí
se responde con una pregunta por una localización (de este mundo); allí Jesús
insiste en que va a su Padre, y aquí se insiste en el verbo permanecer
(14,2s.23; 15,4s) y sabemos que refiere a la inhabitación del Padre. La
pregunta, entonces, lleva al discípulo a participar de su relación con el Padre
(cfr. 12,26): siguiendo a Jesús, por la cruz el discípulo es conducido a la
gloria, donde "yo estoy (=soy)".
Rabbí:
(lit. "mi grande") "maestro" no es literal pero refleja el
uso. )Es anacronismo? No parece
haberse usado a los rabinos hasta mediados del s.I (Gamaliel). Es común en Jn y
parece responder a un plan deliberado (1,39.49; 3,2; 4,31; 6,25; 9,2; 11,8; cf.
3,26; 20,16 y "maestro": 1,38; 8,4; 11,28; 13,13.14; 20,16) ¿le piden
una interpretación mesiánica de la Escritura? en todo caso, concluyen que es
más que un intérprete, es el Mesías prometido por la Escritura (v.41); aparece
casi exclusivamente en el libro de los signos. Que traducido: 1,38.41.42; 4,25; 9,7; 11,16; 19,17; 20,16.24; 21,2. Jn
frecuentemente traduce las palabras hebreas o arameas.
¿Dónde permaneces?
(menein): a veces significa alojarse pero se usa aquí con doble sentido que
incluye el significado teológico; cfr. seguir, buscar... (Jesús vive en la casa
del Padre, 14,2). Cfr. Mt 8,18-22p. Nada es más importante que saber dónde
puede encontrarse a Jesús, dónde reside.
Vengan y
mirarán: Jesús responde con el desafío de la fe: Vengan y lo verán (verán, = v.51;
evidentemente cristológico). Venir es descripción de la fe (3,21; 5,40; 6,35.37.45;
7,37...) y también lo es la referencia al "ver". En 5,40; 6,40.47 se
promete "vida eterna" a los que vienen, le buscan y creen, tres
formas de describir la misma acción. Ver (14,9) llega a ser sinónimo de
conocer. Pero esto no estará completo hasta que no vean su gloria y crean en él
(2,11), anticipo de 12,26. Este ver es provisorio (lugar donde vive) y prepara
un ver definitivo (permanecer). El tema está relacionado a los textos de la
sabiduría: cfr. Sab 6, 12.13.16: ver, encontrar, ella se da a conocer, los
aborda por los caminos...
La hora
décima: ¿Jn cuenta a partir de la medianoche? Pero los relatos de la Pasión
parecen comenzar a la tarde de la víspera: las de la noche a partir de las 6 de
la tarde, las de la mañana, a partir de las 6 de la mañana. ¿Significa la hora
de la plenitud?; "la hora perfecta de la historia del mundo" cfr.
4,6; 19,14; 14,2-4; Filón, VitMoi 1,96), )o refiere a que – siendo viernes – debieron permanecer con él el
sábado? Jn no alude a la diferencia de tiempo (cambio de día) para no perder la
ilación. Al permanecer con Jesús han adquirido un conocimiento más profundo de
su persona y pueden anunciarlo. No se narra el diálogo (= 4,40-42 con los
samaritanos), sí se narran los efectos.
Los vv.
40-42 parecen una pieza de la catequesis comunitaria sobre Pedro. Así se ha
sugerido.
Hermano
de Simón Pedro: Jn prefiere el nombre combinado; usa (a diferencia de 2 Pe 1,1
[)y Hch 15,14?]) Simón. Mc
1,16-20; Mt 10,2; Lc 6,14 concuerdan en que eran hermanos. Simón es un nombre
judío, mientras que Andrés es nombre griego; pero aparece en el Talmud, por lo
que no puede concluirse nada de la familia a partir de esto.
Encuentra
“el primero” puede ser lo primero, al primero o temprano. ¿Indica otro día?;
parece convenir, "primero". Simplemente indica que encontrar a su
hermano es lo primero que hace (cfr. 2,10, 7,51; 10,40; 12,16; 15,18; 18,13;
19,39 donde se usa como adverbio). Quien ya cree conduce hacia Jesús a quien
todavía no cree.
Encuentra
puede significar encontrar (buscando: Gn 31,35; Jn 6,25; 7,34s) o encontrar (de
casualidad: Gn 4,14; 18,28s; Mt 13,44-46); conserva sentido sapiencial (Pr
8,35).
Hemos
refiere a la comunidad primitiva (es importante la frecuencia del uso del plural
en el Evangelio). Incluso se ha propuesto ver la primitiva predicación
cristiana a la sinagoga (=v.45).
Mesías
(Mešîhâ) sólo aquí y en 4,25 en NT. Es quien cumple las esperanzas
de Israel: 4,29; 7,40-42; 9,22. A diferencia de los sinópticos, es Andrés y no
Pedro el que confiesa la mesianidad de Jesús. Traducido: Cristo: Por analogía
con 1,38 debería traducirse por "ungido".
Como en
v.36, ahora es Jesús quien “fija la mirada”; tú... tú: (cfr. 49b) denota
insistencia. Hijo de Juan: así Jn 1,43; 21,15.16.17 (de Jonás; cfr. Mt 16,17).
Jonás y Juan representan el mismo nombre hebreo. 1 Cro 26,3 LXX traduce Juan
por Jonás pero puede ser confusión. Te llamarás: el futuro no remite al tiempo
sino al presente; a lo sumo como revelación profética. Algunos piensan que el
cambio de nombre es postpascual, pero en todos los textos (Mt, Mc y Jn) aparece
en boca del Jesús histórico. Es una palabra creadora. Cefas: Sólo Jn entre los
Evangelios (y Pablo). El juego de palabras se ve claro en arameo, no así en
griego. Son apodos (jamás nombres) que deben explicarse por algún rasgo de
Pedro (¿de carácter?); o en el contexto de las acciones simbólicas de los
profetas (Os 1,4.6.9; Is 7,3; 8,1-4) como el deseo de fundar algo duradero
escatológicamente [lo que contrasta -¿voluntariamente?- con el carácter no
precisamente firme de Pedro]; ¿se referirá originalmente a una suerte de
“piedra preciosa” del grupo? El cambio de nombre (= Mt en contexto de confesión
como Mesías) está relacionado a la función a desempeñar (Gn 17,5; 32,28). En
Juan es evidente la importancia y centralidad del Discípulo Amado, pero no se
oculta la eminencia de Pedro, portavoz de los Doce (6,67s; guía de la comunidad
21,15s [cuando garantiza su “amor”]. Se refiere a su martirio 13,36; 21,18s). De
todos modos, no se hace referencia a Jesús "roca" que hace referencia
a Simón "roca" del mismo modo que el pastor (10,11-16.27s) lo hace
pastor (21,15s) (Orígenes). Sólo podemos decir que en la primera reunión de
discípulos ya está presente la Iglesia. El cambio de función nos dice que nadie
entra en contacto con Jesús sin que su vida cambie.
Foto tomada de web1.bridgesforpeace.com
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