lunes, 8 de octubre de 2018

Brasil... lección urgente


Brasil… lección urgente


Eduardo de la Serna



Hoy empieza la última etapa de una batalla que, Dios no lo quiera… y el pueblo tampoco, parece perdida en Brasil. Empieza la campaña por la segunda vuelta electoral y hay que descontar una enormidad. ¿Será posible? La esperanza es lo último que se pierde. Pero la única verdad es la realidad.

En Argentina ya empezó la campaña para las elecciones de 2019. Y quizás debamos aprender urgentemente muchas cosas de lo que ocurrió en nuestro país hermano (y que con un guerrerista en el gobierno temo que no se preocupe de que lo siga siendo).

Me da la sensación que la esperanza en la libertad de Lula (injustamente encarcelado, por cierto. La participación de Moro en la campaña fue evidente) demoró excesivamente el lanzamiento de Haddad. Y no es cosa fácil – particularmente en un país continental, como es Brasil – instalar un candidato. La derecha ya lo tenía y corrió con ventaja. Creo que en Argentina no nos podemos dar el lujo de esperar demasiado para tener candidato o candidata cuanto antes. Es cierto que en cuanto estx aparezca la prensa hegemónica empezará a demonizarlx, pero lo hará de todos modos.

Una vez, hablando con el querido José Ignacio González Faus me decía (creo recordar bien sus palabras) “- ¿cuándo aprenderá la izquierda que la ortopraxis es más importante que la ortodoxia?”. Se refería a que muchas veces por diferencias en temas teóricos se vuelven incapaces de unidad y tienen la inveterada costumbre de dividirse homeopáticamente. En lo personal veo que (y me refiero a ciertos grupos) suelen estar “donde tienen que estar”, pero a la hora de la construcción pareciera que tienen una importante incapacidad de mirar por encima de todo a los pobres, a las víctimas mirando por encima de todo sus ideas. Después estarán con ellos, no lo dudo (en general), pero no es lo mismo Macri que Scioli, ni Haddad que Bolsonaro. ¡No son lo mismo! Aunque no sean lo que yo hubiera soñado (Scioli no lo era, por nada). No son lo mismo para los pobres, para su hambre, su salud, su trabajo… para su vida.

Como bien dice hoy Santiago O’Donnell esto no ocurre de un día para el otro. A esto se ha llegado por años y años de deconstrucción. Tarea en la que la prensa y el poder (per)judicial, como genialmente lo llama Graciana Peñafort, construyen sentido. Y logran ser creídos. Es tarea difícil, pero que hemos de intentar, desenmascarar la mentira sistemática, persistente, constante de los medios. No termino de estar convencido – por ejemplo – de que realmente Bolsonaro haya sido acuchillado (los creo capaces de cualquier cosa… ¡cualquiera!), pero si así fuera, temo precisamente eso, la explosión de la violencia. Violencia que ellos, los Bolsonaro, los Macri, Peña, Carrió (y siguen las firmas) generan con sus políticas, su cinismo y su mentira sistemática. En los barrios hay una violencia creciente, y negarlo sería ceguera. Y esa violencia puede correr su ángulo, y pasar de lo personal a un mercadito, y del mercadito a la calle... Bullrich cree (está económicamente preparada para creerlo, además de que debe purgar sus demonios juveniles) que esa violencia se combate con una violencia mayor. Y se ha armado para eso (aunque, curiosamente, cuando la vecina de Carina llamó a la policía por un tema de violencia doméstica le dijeron que allí no entraban porque era “zona roja”). Pero si la violencia crece (y todo indica que así será) no es la idea que el globo nos impida ver el bosque, ¿no?

En suma, creo que lo que hemos de aprender urgentemente de Brasil, es que la unidad es urgente, y una campaña con todos los medios a nuestro alcance, bien coordinada (para evitar que cada uno haga la suya y se terminen dividiendo esfuerzos, como pasó con Luder y con Scioli), es imprescindible. Sea casa por casa, auto a auto, en el mercado y la feria, en los cantos y los volantes (me niego a llamarlos flyers, que es lo mismo, pero en la lengua del imperio). Y no me refiero a que gane Fulanx o Menganx sino a que no pierdan los pobres. Lo de Brasil ha de ser una lección urgente. ¡El hambre no puede esperar!


Imagen tomada de http://www.ecosdelsur.net/2016/09/opinion-brasil-llora-lagrimas-de-sangre.html


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