Brasil… lección urgente
Eduardo
de la Serna
Hoy empieza la última etapa de
una batalla que, Dios no lo quiera… y el pueblo tampoco, parece perdida en
Brasil. Empieza la campaña por la segunda vuelta electoral y hay que descontar
una enormidad. ¿Será posible? La esperanza es lo último que se pierde. Pero la
única verdad es la realidad.
En Argentina ya empezó la
campaña para las elecciones de 2019. Y quizás debamos aprender urgentemente
muchas cosas de lo que ocurrió en nuestro país hermano (y que con un
guerrerista en el gobierno temo que no se preocupe de que lo siga siendo).
Me da la sensación que la
esperanza en la libertad de Lula (injustamente encarcelado, por cierto. La
participación de Moro en la campaña fue evidente) demoró excesivamente el
lanzamiento de Haddad. Y no es cosa fácil – particularmente en un país continental,
como es Brasil – instalar un candidato. La derecha ya lo tenía y corrió con
ventaja. Creo que en Argentina no nos podemos dar el lujo de esperar demasiado
para tener candidato o candidata cuanto antes. Es cierto que en cuanto estx
aparezca la prensa hegemónica empezará a demonizarlx, pero lo hará de todos
modos.
Una vez, hablando con el
querido José Ignacio González Faus me decía (creo recordar bien sus palabras) “-
¿cuándo aprenderá la izquierda que la
ortopraxis es más importante que la ortodoxia?”. Se refería a que muchas
veces por diferencias en temas teóricos se vuelven incapaces de unidad y tienen
la inveterada costumbre de dividirse homeopáticamente. En lo personal veo que
(y me refiero a ciertos grupos) suelen estar “donde tienen que estar”, pero a
la hora de la construcción pareciera que tienen una importante incapacidad de
mirar por encima de todo a los pobres, a las víctimas mirando por encima de
todo sus ideas. Después estarán con ellos, no lo dudo (en general), pero no es
lo mismo Macri que Scioli, ni Haddad que Bolsonaro. ¡No son lo mismo! Aunque no
sean lo que yo hubiera soñado (Scioli no lo era, por nada). No son lo mismo
para los pobres, para su hambre, su salud, su trabajo… para su vida.
Como bien dice hoy Santiago O’Donnell
esto no ocurre de un día para el otro. A esto se ha llegado por años y años de
deconstrucción. Tarea en la que la prensa y el poder (per)judicial, como
genialmente lo llama Graciana Peñafort, construyen sentido. Y logran ser
creídos. Es tarea difícil, pero que hemos de intentar, desenmascarar la mentira
sistemática, persistente, constante de los medios. No termino de estar
convencido – por ejemplo – de que realmente Bolsonaro haya sido acuchillado
(los creo capaces de cualquier cosa… ¡cualquiera!), pero si así fuera, temo
precisamente eso, la explosión de la violencia. Violencia que ellos, los
Bolsonaro, los Macri, Peña, Carrió (y siguen las firmas) generan con sus políticas,
su cinismo y su mentira sistemática. En los barrios hay una violencia
creciente, y negarlo sería ceguera. Y esa violencia puede correr su ángulo, y
pasar de lo personal a un mercadito, y del mercadito a la calle... Bullrich
cree (está económicamente preparada para creerlo, además de que debe purgar sus
demonios juveniles) que esa violencia se combate con una violencia mayor. Y se
ha armado para eso (aunque, curiosamente, cuando la vecina de Carina llamó a la
policía por un tema de violencia doméstica le dijeron que allí no entraban
porque era “zona roja”). Pero si la violencia crece (y todo indica que así
será) no es la idea que el globo nos impida ver el bosque, ¿no?
En suma, creo que lo que hemos
de aprender urgentemente de Brasil, es que la unidad es urgente, y una campaña
con todos los medios a nuestro alcance, bien coordinada (para evitar que cada
uno haga la suya y se terminen dividiendo esfuerzos, como pasó con Luder y con
Scioli), es imprescindible. Sea casa por casa, auto a auto, en el mercado y la
feria, en los cantos y los volantes (me niego a llamarlos flyers, que es lo mismo, pero en la lengua del imperio). Y no me
refiero a que gane Fulanx o Menganx sino a que no pierdan los pobres. Lo de
Brasil ha de ser una lección urgente. ¡El hambre no puede esperar!
Imagen tomada de http://www.ecosdelsur.net/2016/09/opinion-brasil-llora-lagrimas-de-sangre.html
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