La impunidad de la maldad insolente
(una descarga irónica)
Eduardo
de la Serna
Una de las cosas despreciables
de cierta clase media, empapada de la historia oficial que nos hizo creer que los
argentinos somos blancos, puros e hijos de Europa, es despreciar a todos los
que nos rodean. Y, empapados o embriagados de esa mentalidad y esa imagen de
superioridad, hoy nos encontramos con el G20. Un montón de personas más o menos
importantes vienen a ver lo maravillosos que somos, pareciera. Y, entonces,
llega el presidente de Francia, Emmanuel Macrón, y lo recibe la vicepresidenta,
que llega tarde y luego le habla un francés que habla con tanta fluidez como el
castellano. Es decir, incomprensible. Llega Xi Jinping y la banda musical
recibe a otro. Total, los chinos son todos iguales, insinúa un periodista de la elite. Y la ministra autoriza a las
fuerzas de seguridad, habituadas a la mesura y autocontrol desde que “cambiamos”,
a disparar a matar. Total… total, tan habituados están a decir lo que quieren
sin que nadie se los cuestione, a hacer lo que se les ocurre sin que nadie lo discuta
que hasta capaz que alguno llegará a comparar el G20 con el Mundial 78. No
importa si está parangonando el gobierno con la dictadura cívico-militar y el
G20 con el “pan y circo”. Total, todo puede decirse, todo puede hacerse.
Mañana, aparecerá don Jaime mostrando los logros, fotos y abrazos con los
dueños del mundo que volverán a sus países felices de haber estado en Brasil y
conocido el obelisco en medio del Matto Grosso.
Y si de impunidad hablamos, en
medio de la administración de justicia conmebolesca y el show del G20, el poder
judicial, como cada tanto, hace ostentación impune de su oxímoron. Y – todo junto,
para que no parezca demasiado – la Corte de suprema injusticia negó la
apelación de Milagro Sala, negó la posibilidad de que peritos independientes
(es demasiado eso de ser independiente, ¡caramba!) investiguen la causa
Maldonado y aceptó que paguen ganancias los miembros de tan selecto poder de la
República si ingresaron al mismo ayer a la mañana. Al mismo tiempo Lucía Pérez
descansará en paz porque nada ha ocurrido, ni nadie la ha asesinado ni abusado,
Raúl Noro podrá asistir a las audiencias a pesar de su delicado estado de salud
y Santiago Maldonado habrá superado su temor al agua sumergiéndose libre,
espontánea y felizmente en aguas heladas durante algunos meses.
Y nosotros, entre tanto,
rodeados y custodiados para no entrar en la ciudad o movernos por ella y
rodeados por la tele basura que nos muestra la pelea de fulana con mengana o
zutano con perengano que son temas esenciales sin los que la vida carecería de
todo sentido, no tenemos tiempo (ni material periodístico) para pensar. Eso sí,
mañana, cuando volvamos a la normalidad (jajaja) y nos encontremos que otros
decidieron esto o aquello, que a todos menos a ellos perjudica, notaremos a
muchos que llorarán, gritarán, se lamentarán y hasta insultarán a los que, como
no queda más remedio, quizás pasado mañana vuelvan a votar.
Dibujo tomado de https://ar.pinterest.com/kariconsi/videos-primer-ciclo-convivencia-y-cuidados-en-la-r/
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