Del dicho al hecho…
¿puede haber un nuncio cristiano?
Eduardo de la Serna
A veces, formularse una pregunta, es molesto. Hay preguntas mal hechas,
preguntas tendenciosas, preguntas profundas… ¡Las hay de todo tipo! Algunas, interrogan
no tanto la esencia cuanto la realidad, o la posibilidad. En ese sentido es que
me formulo la mía:
¿puede haber un nuncio apostólico cristiano?
Sin duda, si la respuesta saliera desde los libros o desde la
teoría, la respuesta sería positiva. “Poder” puede, o – al menos – es una posibilidad.
Además, que, si hubiera al menos uno, queda claro que la posibilidad existe.
Pero…
Si miro mi experiencia con los nuncios en Argentina he de decir que
no he conocido ninguno de esos supuestos nuncios “cristianos”. A veces,
algunos, han sido decisivos en nombramientos episcopales, y en ocasiones hemos
tenido grandes obispos (pocas ocasiones, creo). Pero, esos mismos obispos
jugaban al tenis con genocidas. Y, eso de una de cal y otra de arena, o quedar bien
con Dios y con el diablo (o con el dinero), no me parece particularmente “cristiano”.
Nuncio en Chile fue Angelo Sodano, y no hace falta decir más. Por no mencionar a Prigione en México y Gerada en El Salvador, para el dolor de Samuel Ruiz y Oscar A. Romero.
Nuncio hoy, en Colombia, es Luis Mariano Montemayor (apellido de triste
alcurnia en la memoria del genocidio en Argentina, debo decirlo), que con una nimiedad
(“derecho internacional”) niega que lo que está ocurriendo en ese país con los
líderes sociales y los desmovilizados de las FARC, como ayer del M 19 y la
Unión Patriótica fuera un “genocidio”. La lectura fundamentalista no suele ser
recomendable. Además de la pregunta: ¿con qué derecho habla?
Y acá mi pregunta: un nuncio debiera ser un embajador de un Estado
(el Vaticano) ante otro Estado. Pero, además, es decisivo en los nombramientos
de obispos (¿por qué? ¿qué razón hay para eso?). Si eso es así, y si el obispo
de Cali, por ejemplo, habla pastoralmente de la situación que vive su
comunidad, ¿en qué afecta eso al Estado Vaticano?, ¿o el nuncio cree que el
obispo es un súbdito de este Estado? Y – para peor – un grupo de obispos raudamente
a coro acompañando al señor Embajador; eso en mi país suele ser llamado “chupamediez”.
Ahora bien… un embajador debe procurar que haya buenas relaciones entre los
estados que él representa y ante el que se encuentra destinado. De hecho,
cuando eso no ocurre, se han visto casos (no me refiero a Embajadores
vaticanos, en este caso) en los que un embajador es retirado o expulsado, o –
casos más graves aún – se rompen relaciones y retiran los embajadores
mutuamente. Pero, si para tener buenas relaciones, el embajador hace suyas las posiciones
del gobierno ante el que está destinado, hay una frontera que se empieza a
debilitar. Más aun cuando no queda claro ¡qué es el Estado Vaticano! Los
obispos no tienen que rendir cuentas ante ningún nuncio (y no se entiende en
virtud de qué el nuncio participa de las reuniones de la Conferencia Episcopal
de cada país). Las buenas relaciones, en general, se entienden en un sentido
comercial, lo que no parece el caso con el Estado Vaticano. No en vano, hay dos
tipos de obispos cuya entidad teológica se discute seriamente: los obispos “auxiliares”
(titulares de diócesis de ficción) y los nuncios.
Pero, y acá reitero… si no se encuentra el sentido de los nuncios y,
además, sabiendo que de los nombramientos episcopales perfectamente podría ocuparse
otra instancia (las conferencias episcopales, por ejemplo) quizás por eso se
entienda que – al menos en la práctica – nunca haya podido conocer yo, en toda
mi vida, un nuncio cristiano. ¡Una pena!
Foto tomada de https://www.abc.es/bienestar/fitness/abci-tenis-201909240937_noticia.html
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