Un sencillo verso a una discípula ejemplar
Eduardo de la Serna
Escondiendo la apóstola
La cosa es
que molestaba
así, siendo
lo que era…
¡Mejor se la
invisibilizaba
para sacarla
de escena!
¿Y cómo se
la tapaba,
si ella
estaba en el camino,
era mujer, y
primereaba
comió el
pan, tomó del vino?
Pero el
cuerpo revelaba
y rebelaba
(es otra cosa),
y por ese lado
se ensuciaba:
si es mujer…
o bien es mala
y si no es
mala es que es su esposa
¡la
discípula... de Magdala!
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