Ser cura en
tiempo de coronavirus
Eduardo de la
Serna
El 4 de agosto,
día de San Juan María Vianney, cura de Ars, suele celebrarse “el día del cura”. El 4 de agosto, también, es el día del martirio de Enrique Angelelli, pastor
bueno de “tierra adentro”, como se decía. Y, además, hoy “mataron” a Pedro
Casaldáliga. Profeta y místico de nuestra América Latina. Pedro está muy
enfermo, y no se espera que viva demasiado más, pero ya desde temprano lo
dieron por muerto. Tuvo que intervenir el provincial de los Claretianos
(congregación a la que Don Pedro pertenece) para aclarar que está vivo. Esto me
permitió recordar el paso de don Pedro por las tierras riojanas, y luego por Quilmes,
donde saludó a Jorge Novak.
Tengo claro que
no hay “un modo” de ser cura. Y que los hay (los habemos) de muy distintos
tipos. Unos más dedicados a un aspecto, otros más dedicados a otro. Y, creo, que
lo que nos debería constituir es el servicio “pastoral” al pueblo. Somos curas
para el pueblo. Por eso algunos se mirarán más reflejados en el cura de Ars,
otros más en Angelelli, pero la “consagración al pueblo” es lo único que revela
la fidelidad desde uno o desde otro ángulo. Claro que algunos quisieran que el
cura sea “así” y otros quisieran que sea “asá”, y no podremos, nunca, contentar
a todos. Sólo a nuestra conciencia y a Dios. Y, además, en fidelidad a la historia.
Hoy tan conmovida por una pandemia que hace que mucho de ayer no se pueda hoy,
o que algo deba re-inventarse. Eso de un oído en el Evangelio y otro en el
pueblo es siempre actual.
Por mi parte,
sólo espero que el pueblo al que me he consagrado sepa, sienta, experimente que
a ellos me debo, por ellos vivo. Y que la alegría y la paz sean un signo
visible de que allí estoy. Si así fuera, hoy celebraría doblemente. ¡Ojalá así
sea!
Foto tomada de https://noticiasancap.org/2015/08/09/con-un-oido-en-el-pueblo-y-otro-en-el-evangelio/
Hoy, 8 de agosto, falleció Pedro Casaldáliga. Eterna memoria y agradecimiento para ese profeta.
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