¿Por qué no ocurriría acá?
Eduardo de la Serna
Con mucha frecuencia nos hemos creído, o nos han hecho creer, que
los argentinos somos una especie de ornitorrinco del mundo. Bicho raro, si los
hay. Cosas que pasan en otras partes, y las vemos y sabemos, “acá no van a
pasar”. En todas partes se ven partidos arreglados de fútbol, pero “acá no”; en
todas partes se ven cosas aberrantes que por suerte acá no pasan. Y hemos podido
ver un golpe blando en Honduras (“y qué me importa Honduras”, dijo la diva en
la TV, cosa que no repetirá la nieta porque no sabe qué cosa es Honduras), después
se acercaron a Paraguay y más tarde a Brasil. Rápidamente aceitaron todo para
que luego del golpe se fantaseara con una restauración democrática, pero sin
Lugo o sin Lula no era lo mismo, además que los Medios de Comunicación hicieron
lo suyo, claro. Pero acá no puede pasar.
Pero ver la crueldad humana, que no tiene ni un poco de humanidad,
debería hacernos pensar. Sabemos que los EEUU han puesto su mira en Colombia,
con bases militares y asesores que no asesoran. El ejército colombiano ha
aprendido de sus maestros y se ha enriquecido desde con los Falsos Positivos en
adelante, y ahora, por ejemplo, “asesora” al ejército paraguayo. En Chile, en
las manifestaciones tiran directamente a los ojos, y decenas de hermanas y
hermanos chilenos han quedado ciegos. Ahora, en estos días, decenas de hermanas
y hermanos colombianos le siguen sus pasos de ceguera total o parcial. Pero acá
no puede pasar. Los argentinos ¿somos derechos y humanos?
En un sistema democrático existe, se supone, división de poderes.
Es decir, nadie concita la suma del poder público, y cada uno es limitado por
los otros dos. Pero resulta que un poder judicial derrocó a Zelaya, a Lugo, a
Dilma y acá está “pidiendo pista” para hacer lo mismo. Parece que un poder
ejecutivo no puede tomar medidas sanitarias que benefician a la población. ¡No!
Un poder judicial, totalmente desacreditado, al que nadie eligió (e incluso una
que hace años debería haber renunciado según la Constitución Nacional y dos que
fueron introducidos por la ventana del baño macrista) y que se dan todos los
lujos de ilegalidad desde subirse arbitrariamente los sueldos hasta no aplicar
la ley Micaela, desde no pagar impuesto a las ganancias hasta perpetuarse en el
poder, esos cinco engendros deciden, hacen y deshacen. La salud pública no les
importa, e incluso deciden sobre la presencialidad escolar en reunión virtual; decisión que - como habitualmente - ya había sido comunicada un día antes a la prensa hegemónica, casi como pidiendo permiso.
Si esto no es un golpe blando, pues, se parece bastante. Y haríamos bien los
argentinos, tengamos la mirada que tengamos, en defender la democracia que
tanto nos costó recuperar. Demasiada sangre se ha derramado para que cinco indiferentes
a lo humano y, por tanto, indiferentes a lo que es justo, decidan sobre la vida
y la muerte de los argentinos. ¡Será justicia!
Imagen tomada de https://www.pinterest.co.uk/pin/786933734876592121/
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