martes, 4 de mayo de 2021

¿Por qué no ocurriría acá?

 ¿Por qué no ocurriría acá?

Eduardo de la Serna



Con mucha frecuencia nos hemos creído, o nos han hecho creer, que los argentinos somos una especie de ornitorrinco del mundo. Bicho raro, si los hay. Cosas que pasan en otras partes, y las vemos y sabemos, “acá no van a pasar”. En todas partes se ven partidos arreglados de fútbol, pero “acá no”; en todas partes se ven cosas aberrantes que por suerte acá no pasan. Y hemos podido ver un golpe blando en Honduras (“y qué me importa Honduras”, dijo la diva en la TV, cosa que no repetirá la nieta porque no sabe qué cosa es Honduras), después se acercaron a Paraguay y más tarde a Brasil. Rápidamente aceitaron todo para que luego del golpe se fantaseara con una restauración democrática, pero sin Lugo o sin Lula no era lo mismo, además que los Medios de Comunicación hicieron lo suyo, claro. Pero acá no puede pasar.

Pero ver la crueldad humana, que no tiene ni un poco de humanidad, debería hacernos pensar. Sabemos que los EEUU han puesto su mira en Colombia, con bases militares y asesores que no asesoran. El ejército colombiano ha aprendido de sus maestros y se ha enriquecido desde con los Falsos Positivos en adelante, y ahora, por ejemplo, “asesora” al ejército paraguayo. En Chile, en las manifestaciones tiran directamente a los ojos, y decenas de hermanas y hermanos chilenos han quedado ciegos. Ahora, en estos días, decenas de hermanas y hermanos colombianos le siguen sus pasos de ceguera total o parcial. Pero acá no puede pasar. Los argentinos ¿somos derechos y humanos?

En un sistema democrático existe, se supone, división de poderes. Es decir, nadie concita la suma del poder público, y cada uno es limitado por los otros dos. Pero resulta que un poder judicial derrocó a Zelaya, a Lugo, a Dilma y acá está “pidiendo pista” para hacer lo mismo. Parece que un poder ejecutivo no puede tomar medidas sanitarias que benefician a la población. ¡No! Un poder judicial, totalmente desacreditado, al que nadie eligió (e incluso una que hace años debería haber renunciado según la Constitución Nacional y dos que fueron introducidos por la ventana del baño macrista) y que se dan todos los lujos de ilegalidad desde subirse arbitrariamente los sueldos hasta no aplicar la ley Micaela, desde no pagar impuesto a las ganancias hasta perpetuarse en el poder, esos cinco engendros deciden, hacen y deshacen. La salud pública no les importa, e incluso deciden sobre la presencialidad escolar en reunión virtual; decisión que - como habitualmente - ya había sido comunicada un día antes a la prensa hegemónica, casi como pidiendo permiso. Si esto no es un golpe blando, pues, se parece bastante. Y haríamos bien los argentinos, tengamos la mirada que tengamos, en defender la democracia que tanto nos costó recuperar. Demasiada sangre se ha derramado para que cinco indiferentes a lo humano y, por tanto, indiferentes a lo que es justo, decidan sobre la vida y la muerte de los argentinos. ¡Será justicia!


Imagen tomada de https://www.pinterest.co.uk/pin/786933734876592121/

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