lunes, 31 de julio de 2023

Video con comentario al Evangelio de la Transfiguración "A"

Video con comentario al Evangelio de la Transfiguración "A"



o también en

https://youtu.be/4pi7NNMJXNg

Eduardo

Fe de erratas en "La verdad los hará libres"

Fe de erratas en "La verdad los hará libres"

Eduardo de la Serna



Me acabo de enterar que, en la preparación del 3er y último tomo de La Verdad los hará libres habrá un espacio para una fe de erratas de lo ya publicado.


Quiero hacer una breve nota aclaratoria. Sabía hace años que en la facultad de teología estaban preparando un trabajo sobre la violencia y la Iglesia. Y sabía de algunos nombres que circulaban en el equipo de trabajo (y de nombres que estarían omitidos). Cuando se informa de la aparición del primer tomo, al momento pude ver el índice y la introducción. Ya había allí algunas cosas que me hacían ruido. Un par de días después, un diario de circulación nacional publicó el apartado dedicado a Carlos Mugica, el cual me dejó absolutamente insatisfecho. De Mugica se haría referencia en algunos otros apartados, otros autores, pero el especialmente dedicado a Mugica (pp. 125-128) me molestó. Viendo en el índice algunos nombres, le pedí a alguien que tenía el libro si me podía enviar los textos que hacían referencia a estos, cosa que hizo. Así fue que yo escribí un primer texto crítico. Aclaré que no había leído el libro, pero cuestioné lo que sí había leído, tanto en lo que se decía de Carlos Mugica, como lo que se decía de Pancho Soares como de Juan Isla Casares, mi primo. En todo el apartado de Mugica no se hace mención de la Triple A, pero sí varias veces de los Montoneros, y nada de la mala relación de Mugica con el arzobispo. De Pancho Soares no se hace referencia a la situación de injusticia que lo llevó a un compromiso cada vez más intenso y que, probablemente, haya sido el que le provocó la muerte. La comisión por la memoria Pancho Soares, a la que no se consultó, tiene bastantes más elementos que un mero “dicen” acerca de los responsables del crimen. De Juan, cuestioné, además, la inexactitud de varios datos. Fue curioso que, a pesar de la molestia de alguno de los editores con mis comentarios, reconocieran como cierto lo que dije tanto de Pancho como de Juan. Precisamente a partir de lo escrito sobre Juan, sé, se hará una “fe de erratas”. Es decir, yo fui criticado por cuestionar algo que no había leído, aunque me referí solamente a lo que sí había leído. Y, curiosamente, los que sí lo habían leído no notaron lo que yo noté.


Y ya que se hará una fe de erratas, me permito proponer otras varias (ahora que nadie podrá decir que no lo he leído). Y no me referiré a los numerosos errores de ortografía, o citas no precisas o excesivas repeticiones, que sólo podrán subsanarse en una eventual nueva edición. Pero, por ejemplo:


En las páginas dedicadas a Jalics y Yorio (pp. 606-630) afirman que “Seguiremos las fuentes que hemos considerado más directas, confiables y objetivas”. Probablemente sea más sensato poner “las fuentes con las que hemos estado de acuerdo”. En lo personal tengo una opinión muy diferente acerca de la seriedad de esas fuentes consultadas. Jalics por años conservaba la prueba del delito de sus perseguidores (p. 696) que luego quemó. Es evidente que para ambos (y para Luis Dourrón, el tercer sobreviviente) hubo responsables concretos, a los que ellos identificaban concretamente); nada de eso encontramos en el libro.


Si bien es cierto que un texto citado debe respetarse al pie de la letra, cuando Carmelo Giaquinta afirma que “le escribía un grupo de ochocientos sacerdotes latinoamericanos al Papa, ¡vaya uno a saber con cuantas firmas falsas!” (p. 756), bastaba con ver el tomo 1 del boletín Enlace del MSTM para ver allí el nombre completo de todos los firmantes con la aclaración: “el registro de las firmas puede consultarse en Zelada 4771, Capital Federal”, es decir, en la Parroquia San Francisco Solano, donde funcionaba el boletín.


Las referencias a Marcos Cirio (p. 577) parecen desconocer la vida que él y su grupo llevaban. No es sensato hacer una lectura, por ejemplo, a su opción por la lucha armada y citar un texto donde nunca se vislumbra eso (la palabra “armas” no aparece).


Rosa María Casariego es presentada como catequista de la parroquia donde estaba Pancho Soares, (p. 459 nota 170) pero no lo era.


Creo otro error presentar como “prueba” de una actitud crítica con la dictadura las oportunidades en las que un obispo, o el nuncio, ayudaron a gente a salir del país. Fue bueno que lo hicieran, ciertamente, pero es bueno recordar que hasta mons. Tortolo recomendó sacar a alguien del país (p. 717) y lo mismo hizo mons. Medina (p. 851), ¡nada menos!


En la presentación de católicos pertenecientes a organismos de DDHH, falta, al menos brevemente, porque fueron mencionados en otras ocasiones, las referencias a Emilio Mignone y a Adolfo Pérez Esquivel. Que Mario Leonfanti sdb no sea sino mencionado “al pasar” por Enrique Pochat siendo uno de los gestores del MEDH (irónicamente es curioso que Leonfanti no aparece en el índice de nombres, pero sí aparece John Lennon) es por lo menos lamentable.


La referencia Una cosa es distinguir entre ser actores de violencia política o inspiradores de la misma. Los consagrados fueron pocas veces actores. Fueron más fácilmente de lo deseado inspiradores: no tanto de la violencia, sino de la radicalidad en la entrega a Jesús y su Reino, a la justicia social, al estar del lado de los pobres, a una religiosidad que fuera del pueblo y no principalmente de las élites" (p. 578) resulta por lo menos grave, si no peor. A menos que los autores entiendan que el radicalismo evangélico al que nos invita Jesús fue inspirador de la violencia, en cuyo caso habría que entender todo el libro en otra clave.


Otra errata es, precisamente la fecha escogida como inicio de la violencia en Argentina. Faltando un serio análisis de todo lo que la violencia es o significa, no hay referencias a la injusticia social y la prescripción política como causante importante de la violencia. Ciertamente la violencia política en Argentina debe, por lo menos, remontarse a 1955, o 1953.


En el tomo II se dedica un buen espacio al nuncio Pio Laghi. Su presencia o no en un centro clandestino de detención en Tucumán fue tema de debate. A modo de rescate de su persona se cita un texto que se atribuye a Emilio Mignone y que él nunca pronunció, sino que fue un texto de un periodista. Bastaba con leer Iglesia y dictadura (1986, p. 89; 2006, p. 85) para constatarlo. Una fe de erratas debería corregir una atribución, a la persona más importante en la lucha por los DDHH de la Argentina, de algo que él nunca dijo ni pensó.


Se omite también la aclaración del Episcopado al recibir Pérez Esquivel el Premio nobel de la Paz de que el “Servicio Paz y Justicia” no tenía relación con la Comisión Justicia y Paz de la Iglesia [AICA 30 octubre 1980, p. 5 (boletín 1244/5)].


Valgan estas, y podría aportar muchas más, insinuaciones de erratas oportunas. Al cumplirse un año del comienzo de la dictadura genocida, en su importantísima “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar”, Rodolfo Walsh finaliza diciendo, entre otras cosas que la escribe “sin esperanza de ser escuchado”. Lamentablemente no es muy distinta mi sensación al hacer aportes críticos ante una obra tan publicitada, pero aquello de hablar “a tiempo y a destiempo” me resuena en el oído con mucha frecuencia. Y no quisiera escuchar el reproche – como Ezequiel – por no haber hablado cuando debía hacerlo (3,17-21); prefiero hablar en conciencia “escuchen o no escuchen” (2,5.7; 3,11).

 

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sábado, 29 de julio de 2023

Cuando se habla desde un escritorio (o un altar)

Cuando se habla desde un escritorio (o un altar)

Eduardo de la Serna



Dice el viejo dicho italiano que “piano, piano, se va lontano”, es decir… paso a paso, se llega a la meta. Y pareciera – muchas veces – que nos cuesta entender que, solo andando, y, por tanto, estando en camino, podremos llegar a destino.

No logro comprender, y pienso especialmente, en muchos a los que podría imaginar como amigos, su actitud de rechazo a los pasos porque no se ha llegado aún a destino. Y se los ve vehementemente siendo más críticos de los espacios que permiten avanzar un poco que con los que son francamente enemigos de las causas populares. Que tal gobierno tiene errores no debería discutirse si realmente los tiene, pero no estaría de más mirar si la crítica a esos resulta más vehemente y destructiva que la que manifestamos frente a los otros.

Debo confesar que muchas veces me quedo absorto al escuchar – no me refiero a la oposición de la que no espero otra cosa – críticas a Evo Morales, Rafael Correa, el Chavismo, AMLO, Petro, Cristina, Lugo, Mujica que no se dan con Piñera, Lasso, Macri, Uribe, Cartes, Lacalle Pou, etc. Y no me referiré a la situación española, aunque me parece semejante, criticando tonterías antes que ahondando caminos que nos lleven lontano.

Tengo la sensación que el problema es una mirada “escatológica” la que pretende un “ya” sin tener en cuenta el “todavía no”. Y, quizás por eso, esto se ve, especialmente, en miradas de consagración religiosa, de las que se espera tensión escatológica.

¿Esto que vivimos es lo que quiero? ¡Ciertamente no! Pero, ¿es un poco más cerca a lo que quiero o no? O, mejor todavía, ¿es un poco mejor vida para las víctimas de la historia? Pero con muchísima frecuencia la posición crítica termina debilitando, o hasta quebrando, los pequeños pasos dados permitiendo el retroceso que, además, perjudica más todavía a los pobres.

Es evidente que lo que debiéramos pretender es lo expresado en la categoría “reinado de Dios”, y es evidente – siempre, totalmente – que cualquier concreción no lo será. Y, desde esa perspectiva, tendríamos elementos para la crítica. Pero, a lo mejor, sería sensato preguntarnos, si “esto”, ¿está un paso más cerca de ese reinado que ayer? Ciertamente, es bueno pretender mañana otro paso, pero para dar ese paso mañana debemos consolidar el dado hoy. Y no es sensata la crítica de lo que debiera ser meta del futuro.

Una de las críticas que hemos hecho de la encíclica de Benito XVI Spes Salvi fue, precisamente, la ausencia de toda “esperanza política” con lo que, al no haber “encarnación” alguna pareciera que nada hay que decir para distinguir, por ejemplo, una democracia de una dictadura.

Cuando se aproximan, por ejemplo, tiempos electorales, sería ingenuo, por no decir infantil, pretender que determinado candidato o candidata logre o proponga realmente alcanzar plenamente aquello que soñamos y buscamos; eso no existe en la vida humana, tampoco en la vida política; pero sí poder pretender dar pasos. Pasos hacia más vida, pasos hacia más signos del reino: paso a más y mejor y universal salud; a más y mejor trabajo, educación, paz, verdad, recreación. Pasos a más humanidad. Lamentablemente, al escuchar o leer a algunos y algunas (especialmente cuando son voces de prestigio, de quienes se esperaría sensatez y talante político) que parecen más críticas que las mismas voces opositoras me provocan mucha desazón. ¡Es tan fácil hablar desde afuera y las alturas! Mientras tanto los pobres y las víctimas seguirán esperando dar, al menos un paso. No puedo sino recordar el debate entre Simone Weil y Simone de Beauvoir cuando aquella decía que lo único que contaba era “una revolución que diera de comer a todo el mundo”. Cuando esta le dice que el problema no es hacer felices a los seres humanos, sino encontrar un sentido a su existencia, Simone Weil la miró fijamente y le dijo: "Cómo se nota que usted nunca ha pasado hambre".


Foto tomada de https://pxhere.com/es/photo/240 

jueves, 27 de julio de 2023

En el principio creó Dios

En el principio creó Dios

Eduardo de la Serna



Los creyentes solemos repetir que Dios es “creador del cielo y de la tierra”. ¡Está en el Credo! Cualquier lector de la Biblia sabe que en las primeras páginas – en el libro que llamamos Génesis – se narra la Creación.

Para empezar, es importante – como siempre – distinguir lo que ocurrió de lo que los textos nos relatan; estos no pretenden ser tratados o manuales, sino catequesis, lo sabemos.

Empecemos señalando que en la primera página bíblica nos encontramos con un Dios que crea por medio de la palabra (“y dijo Dios”) y esta creación ocurre en “días”. En 6 días todo quedó terminado y, finaliza el relato, entonces Dios descansó.

Pero, enseguida de esto, volvemos a encontrar otro relato, este en el que Dios crea la humanidad del barro y su soplo y, en su provecho, crea los animales para que le sean una “ayuda adecuada”.

Podemos decir que nos encontramos con un relato más solemne y otro más popular, uno casi ritual y luego otro más fácil de imaginar para un campesino. Evidentemente, y es fácil de ver, nos encontramos con “dos relatos de la Creación”; es decir, dos modos de narrar, por parte de diferentes autores, algo que quieren contar al pueblo.

Veamos, brevemente el segundo relato para dedicar otro apartado al primero.

En primer lugar, y poniéndonos ante la mirada del campesino, nos dice que cuando Dios “hizo” los cielos y la tierra no había vegetación por dos motivos: porque Dios no había hecho llover y porque no había campesino que trabajara la tierra (2,5). Dios, entonces, como un buen alfarero, modeló al ser humano del barro y cuando sopló en su nariz aliento de vida el ser humano resulto “ser viviente” (2,7). A continuación, Dios “planta” un jardín lleno de plantas apetitosas para que el ser humano se nutriera. De este jardín brotan los ríos más importantes del ambiente, como el Tigris y el Éufrates (2,11-14). A este ser humano, que surge en plena comunión con Dios y la naturaleza, como ocurre con Israel, Dios le da un mandamiento: “no comerás”, haciendo referencia a un árbol concreto (el del conocimiento del bien y del mal; 2,17).

Siempre buscando el bien de su creatura humana, Dios quiere combatir el mal de la soledad (“no es bueno que esté solo”, 2,18). Para ello pretende generar “una ayuda adecuada”. El ser humano, colabora con el Dios creador dando nombre (es decir, darles función) a los animales que Dios ha creado, pero la ayuda no es suficiente.

Entonces Dios “anestesia” a la persona, le extrae un hueso y engendra a la mujer. El texto, en hebreo cambia ahora de términos: si antes había hablado de humanidad, ahora pasa a hablar del “esposo” y la “esposa” comenzando con el grito festivo e igualitario: "¡esta sí!", y la nombra “esposa” porque fue tomada del “esposo” (en hebreo hay un juego de palabras difícil de traducir al castellano, por eso hemos puesto esposo/esposa).

El ser humano ha dejado de ser “humanidad” para ser ahora “pareja”. Y ambos viven y conviven en el jardín.

Pero, en el cap. 3 ocurre algo sorprendente (ya preparado al presentar la referencia a un mandamiento): el ser humano no sigue lo mandado a causa de una tentación y come lo que le estaba vedado. La responsable es la serpiente (3,1), un animal – creado por Dios, obviamente – con el que muchos contemporáneos imaginaban la fecundidad. La mujer y el varón hacen lo contrario a lo que Dios había mandado y, ante el interrogatorio divino, cada uno responsabiliza al otro (3,12-14). Pero no ocurre lo esperado: la pareja no muere, es verdad que se les abren los ojos (pero sólo que para ver su desnudez) y son como Dios (pero no en su grandeza sino en “conocer”; 3,4-5). Dios no desata su ira ante la desmesura humana, y vuelve a ocuparse del varón y la mujer dándoles una vestidura (3,21), pero para evitar que sumen otra desmesura a la anterior, los expulsa del jardín (3,22-24). La armonía se ha quebrado, la tierra ya no será lugar pacífico del campesino, sino que producirá “frutos y espinos” (3,18), la mujer será sometida por el varón que ya no será su igual, e incluso la vida le provocará dolor desde el parto (3,16), y la relación con los animales será de conflicto como la de la serpiente y la especie humana (3,15). La armonía original se ha quebrado.

Pero mirando con atención el relato, todavía podemos ver algo más: Israel ha tenido que dejar su tierra, la que mana leche y miel para ir cautiva al exilio a Babilonia a consecuencia de su desobediencia al mandamiento. Israel ha buscado la fecundidad no en Dios sino en los dioses cananeos, como es el caso de Astarté, la diosa desnuda, en ocasiones representada con serpientes. Esto comenzó desde tiempos de Salomón, el que pretendía conocer el bien y el mal y con quien proliferó la prostitución debajo de árboles y lugares “altos” … El autor quiere decirles a sus lectores que Dios quiere una humanidad en armonía con Él, entre sí y con la creación, pero la desobediencia rompe este clima pacífico proliferando el dominio patriarcal, la violencia interpersonal y hasta una tierra infecunda a causa de la idolatría de su pueblo. El relato de la creación que leemos, entonces, no pretende tanto destacar qué y cómo hizo Dios “el cielo y la tierra” sino como es el sueño que Dios tiene para sus creaturas, y cómo quisiera que vivamos disfrutando de sus regalos.

 

Foto tomada de https://ccpe.org.ar/web/actividades/ceramica-tradicional-paraguaya/

martes, 25 de julio de 2023

Comentario a las lecturas del domingo 17º "A"

           La paciencia permite reconocer a los hijos del reino

DOMINGO DECIMOSÉPTIMO - "A"


Eduardo de la Serna






Lectura del primer libro de los Reyes     3, 5-6a. 7-12

Resumen: El nuevo rey, Salomón, reconoce su impotencia para gobernar sucediendo nada menos que a David y – en sueños – pide a Dios sabiduría para gobernar.



La figura de Salomón no es muy favorable en los libros de los Reyes. La primera parte de su presentación es positiva (caps. 3-10), pero especialmente por su relación con David (que, para esta obra, es el rey modelo), luego empezará a mostrar sus pecados – deteniéndose especialmente en la idolatría – que comenzó en Israel a partir de su reinado – siendo este el pecado por antonomasia (cap. 11). La liturgia ha seleccionado hoy el comienzo del período salomónico y, por lo dicho, encontramos una imagen positiva del rey. Él pedirá sabiduría (v.9) para gobernar “en lugar de David” (vv.6-7). Salomón ha pedido – y Dios le otorgará – discernir “el bien y el mal” (cf. Gen 2,17; 3,22). 


El texto está lleno de exageraciones: Salomón ofrece “mil holocaustos” como manifestación pública de su religiosidad (v.4), luego Salomón manifiesta exageradamente su humildad (“soy un muchacho joven que no sé empezar ni terminar”, v.7) pero pide un corazón (sede de la razón y la conciencia) para juzgar. Semejante actitud “agradó a Yahvé” (v.10). Esto ocurre mientras Salomón duerme (v.5), al despertar ve que todo fue un sueño (v.15) y ofrece nuevamente holocaustos pero ahora en Jerusalén. 



Lectura de la carta de san Pablo a los cristianos de Roma     8, 28-30

Resumen: Encadenando una serie de verbos, Pablo destaca la plenitud de salvación que ya tienen los que Dios ha elegido por la posesión del espíritu que han recibido. 



Continúa la lectura del importante cap. 8 de la carta a los Romanos. Habíamos visto que el espíritu de Dios viene en ayuda de nuestra debilidad (v.26) permitiéndonos intervenir y pedir de modo que esto sea según Dios (v.27). El texto ahora nos señala que Dios interviene (synergei) en favor (para bien, agathon) de los que le aman, de los que fueron llamados. El acento está puesto en una “cadena” de verbos que se interrelacionan. Pablo recurre a esto en otras ocasiones en la misma carta (cf. 10,14-15):

Allí, los verbos son invocar – creer – oír – predicar – enviar (obviamente tienen como punto importante el primero de los verbos, “invocar”, pero esto no es posible sin haber sido “enviados”). Del mismo modo en nuestro texto: conoció – predestinó – llamó – justificó – glorificó. En este caso la glorificación (edóxasen) es la conclusión de un proceso que comienza con el conocimiento que Dios tiene y por el cual llama. La larga lista de verbos son sumamente importantes, y cada una merece un párrafo. Diremos brevemente algo de ellos. Todos se encuentran en aoristo, por lo que se refiere a un momento concreto y puntal del tiempo pasado. 

  • “conoció de antemano” (proginôskô) puede aludir a un conocimiento que ya lleva tiempo (Sab 18,6; Hch 26,5; Rom 11,2), a estar prevenidos (2 Pe 3,17) o al conocimiento por parte de Dios (que puede ser anterior al tiempo; 1 Pe 1,20).
  • “predestinó” (proorizô) es un verbo ligado a la “elección” (cf. Ef 1,5.11) y a la gloria futura (1 Cor 2,7); dice relación al plan de Dios de salvación (Hch 4,28). En este caso, antes del siguiente verbo hará explícita esta predestinación de los que conoce: “reproducir la imagen” del hijo. Con el objetivo de que no sea “hijo único” sino “primogénito” de “muchos hermanos”.
  • “llamó” (ekálesen) es un verbo obviamente “vocacional” y alude con frecuencia a Israel (9,7.12.24.25.26) pero también al llamado a la fe, a la comunidad cristiana (cf. 1 Cor 1,9; 7,15.17.18.20.21…; Gal 1,6.15; 5,8.13).
  • “justificó” (dikaióô) es un verbo clave de toda la carta a los romanos (15x). Dios reconoce como justos a aquellos que creen (= fe) en Cristo. Aquellos que porque son conocidos por Dios, él los prepara para repetir la “imagen” de su Hijo, de allí que los llame para que creyendo sean justos ante Dios.
  • “glorificó” (doxazô) es dar gloria. Lo frecuente es “dar gloria a Dios” (1,21; 15,6.9) pero puede significar que alguien (incluso uno mismo) “hable bien” (u otros lo hagan) de una persona (11,13; 1 Cor 12,26) con lo que se asemeja a “bendición”. 

El cristiano, poseyendo el espíritu – que es el tema de todo el capítulo 8 – ha sido liberado de la ley del pecado y de la muerte (8,2) de allí que en cierto modo ya participe plenamente de la gloria de Adán (cf. 3,23).



Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     13, 44-52

Resumen: con elementos propios de Mateo el evangelista concluye el capítulo de las parábolas; presentando un par que señalan el valor del reino que algunos no saben reconocer, la de una red que invita a la paciencia hasta el tiempo de la recolección y concluyendo con la referencia a un escriba discípulo.



En el final del bloque de parábolas, las últimas tres, son propias de Mateo. Las tres expresamente destacan la semejanza del Reino con una dimensión fácil de reconocer para los oyentes: un hombre que encuentra un tesoro escondido en un campo, un comerciante de perlas, y una red que se recoge para la pesca. 


Es interesante notar que en la primera parábola, el punto de comparación es el tesoro escondido; en la segunda el comerciante y en la tercera la red. Es decir, el reino es como ese tesoro (no como el hombre que lo encuentra), como el comerciante (que reconoce el valor de una perla que ha encontrado) y la red que no discrimina peces buenos e inservibles. 

Esta última tiene – como es propio en Mateo en esta unidad – una pequeña alegorización (los ángeles, los justos, los malos…). Todo concluye con una pregunta de Jesús: ¿han comprendido? Que desencadena un último dicho sobre el escriba discípulo del Reino. 

Las primeras dos parábolas (la del tesoro y la del comerciante) parecen tener un tema común y es la repetición de que “al encontrar” algo valioso, “va, vende todo” para comprarlo (vv.44 [pôlei].46 [pépraken]).


El tesoro escondido
La perla valiosa
El Reino de los Cielos es semejante a
un tesoro escondido en un campo que un hombre
un hombre comerciante que anda buscando   perlas finas, y que
al encontrarlo
vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da,
al encontrar una perla de gran valor, va
vende todo lo que tiene y compra
el campo aquel
aquella


No se trata de invitar a los oyentes a reconocer el valor del reino – el que les sería reconocido a los destinatarios – sino a invitar a quienes lo han encontrado, a vender todo para poseerlo. Vender todo [pôlêsón] y darlo a los pobres es signo de la perfección del discípulo que da cumplimiento a “la ley y los profetas” (19,21); no es distinto – en este caso – a “dejar todo” (cf. 19,27.29). El que comprende (como el negociante que sabe reconocer la perla) sabe que “vale la pena” la renuncia a todo por el Reino. En cierta manera ese tesoro estaba oculto, como el tesoro en el campo, o como la perla que andaba buscando el hombre comerciante (anthrôpô empórô) y es al hallarlo que se desencadena la valoración y la renuncia.

A continuación el tema cambia: nuevamente la misma fórmula de vv.44 y 45 “el reino de los cielos es semejante a” (v.47). En este caso, para reforzar la centralidad en la red (y no en el pescador) el texto lo omite (“se echó” [voz pasiva, aoristo] y no “echó un pescador”, por ejemplo). Incluso no se menciona sujeto alguno aunque se lo supone: la sacan, se sientan, recogen, tiran (v.48). Recién en la alegorización se hace referencia a los personajes que, en este caso, son “los ángeles” (v.49). En el reino todos tienen cabida, recién al final – escatológico – se sabrá reconocer lo bueno de lo malo (en esto se asemeja a la parábola de la cizaña). La predicación de Jesús sobre el reino encontrará resistencias (parábola del sembrador), pero fructificará (parábolas de la levadura y la mostaza) por lo que se hace imprescindible tener paciencia y no querer precipitar el final (parábola de la cizaña). Es una pena que los fariseos (recordar que se refiere a los contemporáneos de los destinatarios del Evangelio) se nieguen a reconocer el valor que el reino tiene negándose a entrar en él y quedándose fuera.

La frase “llanto y rechinar de dientes” se encuentra una vez en Q (Lc 13,28 / Mt 8,12) y fuera de eso es exclusiva y frecuente en Mt (13,42.50; 22,13; 24,51; 25,30). La imagen es la de un dolor insoportable, a lo que serán llevados los que se nieguen entrar.

  • En 8,12 quedan fuera de la mesa del reino
  • En 13,42 son arrojados al horno de fuego los hacedores del mal
  • En 22,13 es arrojado fuera de la fiesta quien no tiene vestido de bodas
  • En 24,51 un mal siervo es “cortado” y echado fuera de la hacienda
  • En 25,30 el siervo que no dio intereses de los talentos encargados es echado

En todos estos casos el contexto parece escatológico y podría hacer referencia al “infierno” cosa que en el contexto alegórico de la parábola es sensato.

La parábola de la red tiene muchos elementos en común con la explicación de la parábola de la cizaña:

  1. Se recoge la cizaña (v.40) / los peces (v.48)
  2. La buena semilla (v.37) / los buenos peces (v.48)
  3. Los arrojan al horno (v.42) / fuera de la canasta (al mar) (v.48)
  4. El fin del mundo (vv.39.49)
  5. Los ángeles (vv.41.49)
  6. La oposición justos / malos (vv.41.43) y los “peces” malos y justos (v.49)
  7. El horno encendido (vv.42.50)
  8. Los llantos y rechinar de dientes (vv. 42.50)

El paralelo es evidente e insiste en la importancia de la paciencia aguardando el momento oportuno sin pretender acelerar los tiempos. 

El texto concluye con la pregunta si han comprendido (v.51), el verbo syníêmi es particularmente frecuente en esta unidad (9x en Mt, de las que 6x aquí): 

  • Jesús habla en parábolas porque oyendo no oyen ni entienden (v.13)
  • Se cumple la profecía, “oír, oirán pero no comprenderán” (v.14)
  • No "sea que con su corazón entiendan…” (v.15).
  • El que oye la palabra del reino y no la comprende (v.19)
  • En cambio otro oye la palabra y la comprende (v.23)

La comprensión se refiere expresamente a la palabra / parábolas que Jesús pronuncia. Puesto que los destinatarios de la explicación (los discípulos en la casa, v.36) han comprendido el misterio del reino, lo compara a un “escriba que se ha hecho discípulo del reino” (es extraña la frase ya que – como en Marcos – los escribas en general conforman el grupo adversario de Jesús. Sin embargo, al referirse a quienes han comprendido el significado de las palabras / parábolas – lo que implica dar frutos – es posible que se refiera a algunos miembros de la comunidad de Mateo que comprenden la novedad del reino predicado por Jesús y a su vez lo antiguo de su ministerio de comentadores de la palabra, de la enseñanza tradicional. Así como en ocasiones habla de "sus sinagogas", quizás presuponiendo un contraste con "nuestras sinagogas", de tiempos de Mateo; aquí se aluda a "nuestros escribas" en contraste con otros.


el video con comentario al Evangelio en
https://blogeduopp1.blogspot.com/2023/07/video-con-comentario-al-evangelio-del_24.html
o también en
https://youtu.be/8jmxko-L8SU


Foto tomada de www.laingarciacalvo.com

lunes, 24 de julio de 2023

sábado, 22 de julio de 2023

Los pelos de la Magdalena

Los pelos de la Magdalena

Eduardo de la Serna



Es habitual que nos nutramos de diferentes iconografías a la hora de imaginar a muchos personajes. En el caso de personajes antiquísimos, de los que no tenemos descripción alguna, esto es, todavía, más evidente. Y también necesario.

Pero, no es meno evidente que, del mismo modo que tiene sentido, aplicado a los textos, el dicho italiano, traduttore traditore, seguramente no sea menos cierto aplicar ideas semejantes a la iconografía. Cada pintor, escultor, cada grabado o sobre relieve, expresa más al artista que al sujeto, al representante que al representado. Un ejemplo altamente evidente es que, todavía hoy, resulta muy difícil presentar imágenes de Jesús con pelo corto (como se usaba entonces; ver 1 Cor 11,14).

Otro ejemplo es el “pelo de las mujeres”. Es sabido que estas, en el ambiente helenista, solían llevar el pelo recogido y debidamente “cubierto” con cintas o trenzas. El pelo suelto era imagen de desenfreno, propio de los cultos orgiásticos, por ejemplo. De allí que Pablo pretenda que la mujer, en la asamblea sea expresión, para cualquiera que entrara en la reunión, de que se trata de un culto donde ella tiene autoridad sobre su propia cabeza [11,10]; evidentemente no se trata de un “velo” puesto que la mujer tenía en su cabellera su “velo natural” [11,15]. Nada de descontrol en la comunidad, los cabellos lo revelan.

Pues bien…  en esa misma iconografía, en la que – por ejemplo – suelen mostrarse las mujeres discípulas de Jesús yendo a la tumba, lo habitual es que todas ellas lleven el consabido velo "oriental". Todas ¡menos una!, la Magdalena lleva los pelos sueltos para que, todavía hoy, todos sepan de su pasado pecador. ¡Prostituta!

Poco importa que hoy nadie, sensatamente, afirme nada de eso sobre la Magdalena, ¡allí están los cuadros! Decenas de ellos repitiendo el pecado que María Magdalena jamás cometió. Así que, una mujer que supo ser modelo de discípula y apóstola, que supo mostrar y revelar al resucitado, pasó a ser casi una suerte de “mal necesario”. ¡Tan misericordioso es Jesús que hasta a una ex prostituta se manifiesta!, eso sí, después de decirle “vete y no peques más” (Jn 8,11), para seguir mezclando textos y más textos que nada tienen que ver con Santa María Magdalena pero que se le han atribuido uno tras otro. Al fin y al cabo, ¡es mujer!

Si en decenas de cosas pareciera que debemos a aprender a hablar de nuevo (mal que le pese a la anquilosada Real Academia de la Lengua… pero debo confesar que mi amor por las cosas “Reales” roza la nada misma) a lo mejor también debamos empezar a imaginar de nuevo. Sin ignorar que traicionaremos, pero – por lo menos – no tanto. María, la de Magdala, no se lo merece.

 

https://www.alamy.es/imagenes/las-mujeres-en-la-tumba-de-jesus.html?sortBy=relevant

viernes, 21 de julio de 2023

La divinidad blanca

La divinidad blanca

Eduardo de la Serna



Una cosa que me costaba entender, hasta que mi amigo Jorge Elbaum me aportó criterios de interpretación, era por qué, en el final del nazismo en Europa, ocurrieron una serie de acontecimientos carentes de toda razón. Lo explico brevemente porque me sirve de punto de partida (nunca en paralelo, nunca comparo, nunca asemejo, solo asumo uno o dos elementos que veo comunes):

La segunda guerra, esa que el Norte llama mundial porque “ellos participaron”, empezó a cambiar decisivamente a partir de una serie de acontecimientos: la derrota de Alemania en Rusia, a causa del “general invierno” y el contraataque ruso (letal, por cierto), la entrada desde África en Europa por Italia de las fuerzas aliadas y más tarde el desembarco de Normandía fueron provocando que Alemania fuera perdiendo los terrenos arrebatados cada vez con más intensidad. Y dejo de lado algunas cosas que quedarán para los historiadores y permiten sospechas y más sospechas (como la travesía del Saint Louis, o por qué los bombardeos no atacaban vías férreas, por ejemplo, lo que hubiera salvado, con toda probabilidad a cientos de miles de personas)… mi pregunta era, por qué cuando Alemania empieza a ceder posiciones, a retirarse (sea para huir, sea para refugiase en otro lugar para recomenzar, o resistir) de todos modos siguieron enviando judíos en trenes, algunos que por semanas iban de un lado a otro provocando muertes y más muertes, por ejemplo, a causa del tifus. ¿No era más sensato abandonar todo y dejar a los cautivos a su suerte, y buscar refugio, por ejemplo? Porque es evidente que el nazismo era perverso de toda perversión, pero estúpidos no eran. Y, acá la respuesta de Jorge que creo haber entendido correctamente: mi error estaba al mirar el nazismo como un mero fenómeno político-militar y no como una integridad, como una práctica religiosa, casi como una mística. Con una misión para el mundo que había que cumplir, para salvar a la humanidad, “aunque yo perezca”, de la peste judía (o no aria) o “in-humana” (incluyendo gitanos, testigos de Jehová, homosexuales, etc.). Y, entonces, mientras se van retirando, no pueden dejar de cumplir esa “sagrada misión”.

Y acá mi pregunta posterior. ¿No será que, entre los seres humanos, y concretamente entre nosotros, hay cientos de cosas que resultan inexplicables desde la mera razón porque, en realidad, las mueve una suerte de mística de inhumanidad, de consagración para salvar a la humanidad del “hecho maldito”? Porque, en lo personal y local, al menos, me resulta también incomprensible notar algunas actitudes… Por ejemplo, la desidia, o indiferencia ante los bombardeos de Plaza de Mayo de 1955, la indiferencia ante el atentado a Cristina, allí donde, precisamente la inhumanidad ha demostrado públicamente su suprema expresión, y resulta que hay cientos de personas públicas en la política, en el poder judicial, en el periodismo (o lo que se llama tal) que parecen poseídos de una mística purificadora en la que, una suerte de mal menor es necesario para que Argentina vuelva a ser blanca (sin aborígenes, sin negros, sin latinoamericanos) como nos enseñó la historia oficial de la tribuna de doctrina; un país que desciende de los barcos (como últimamente repitieron infelizmente tanto Mauricio Macri como Alberto Fernández). Todo ese discurso de la Argentina de la primera mitad del s. XX (como si en el mundo nada hubiera cambiado, además de nuestro país), el rechazo xenófobo de indígenas y migrantes latinoamericanos, la negación de la historia, o la exaltación de la “Campaña al Desierto” (Esteban Bullrich, Miki Pichetto), la negación de indígenas como parte integrante y fundacional de la Patria/Matria (como Patio Bullrich, Alfredo Cornejo, Gerardo Morales), la glorificación del Puerto (Rodríguez Larrenta, Santilli) y el amor desenfrenado a la cultura y finanzas del norte (Mauricio Macri, Néstor Grindetti) … y todo eso acompañado de un coro de la nada misma (el caso, entre nos, de Martiniano Molina es casi divertido: lo criticó Macri hablando de experimento fallido, lo criticó el cocinero PRO, lo criticó Mónica Frade, y hasta debe explicaciones por caños robados, pero parece de teflón y hace campaña diciendo “¿sabés de alguien al que le robaron?” y – curiosamente – parece no estar haciendo referencia a sus 4 años de desgobierno en el que robó esperanzas, alegrías y confianza en que la política puede transformar la vida de la comunidad. Algo que en Quilmes ha cambiado, por cierto, aunque también la misma mística parece querer exorcizar.

Un dios blanco parece bastante más llevadero para algunos, digerible, si se quiere, que dioses de choripán y tortas fritas, de ruidos chamameceros o chacareros, o de encuentros con otros y otros y más otros… Es la diferencia entre “gente” (como uno, se decía antes) y Pueblo, entre los que adoran un dios blanco, silencioso y solitario (individual) y con un cierto olor a perfume francés y los que miramos a un dios que se hace barro, pueblo, cultura, historia, política… Como un tal Jesús, por cierto.


Foto tomada de https://es.wikipedia.org/wiki/Campo_de_concentraci%C3%B3n_de_Westerbork#/media/Archivo:Westerbork-monument2.jpg

jueves, 20 de julio de 2023

Breve nota sobre la amistad

 Breve nota sobre la amistad (*)

Eduardo de la Serna



Me resulta difícil imaginar la amistad, por ejemplo, en aquellas aldeas o regiones donde la distancia de una casa con la otra se mide en kilómetros; donde los hijos viven en la casa y para la casa, llevando el ganado menor (o a veces siendo llevados por ellos) a lugares de pastos duros y aguas sucias… Hasta que, llegada cierta edad – edad que suele celebrarse festivamente – el varón puede acompañar al papá en oficios y vicios. ¿Qué significaría un amigo o amiga – más complicado aún para las mujeres – en ese contexto? Tal vez aquellos “pares” con los que se encuentran en pastos o aguadas, ¿dónde más? Puede ser que algún acontecimiento especial lleve a la familia a usar un sulky a la feria o mercado para canjear productos, o a la fiesta del lugar… o a la sinagoga. Digo, porque no creo que haya sido distinta la vida del muchacho Jesús. Nazaret tenía unos 200 habitantes, para ser precisos (llamarlo ciudad no resiste ningún estándar). Todo esto para señalar que cuando Jesús (o la Biblia) usa la palabra “amigo” difícilmente tenga algo que ver con nuestro concepto… Y, sin embargo, tiene algo para decirnos.

Pero nuestra vida se vive en nuestro tiempo; no somos lo que imaginativamente se dice de los amish, por ejemplo. En nuestro tiempo y vida existe eso que llamamos amigos, amigas. Y, ¡oh sorpresa!, eso, así llamado, sabe estar impregnado de Evangelio. Impregnado y con aroma a Evangelio, porque tiene que ver con el amor; con reconocer “al otro”, a “la otra” (y otre) como un par, pero… Como un par impar, lo que es raro. Como un igual un poquito superior, tanto que “arriesgar la vida por los amigos” es visto como algo ejemplar. Pero, volviendo, de vida se trata.

Debo reconocer que no puedo entender todos los discursos individualistas donde sólo me miro a mí mismo (y a los demás en función de “mí”), donde los demás son ajenos o potenciales enemigos, y las propuestas de individualismo exacerbado (y en nombre de una libertad extraña frente a la que no hay “otros/as/es”) … y no puedo entenderlo porque no puedo entender mi “vida” sin mis amigos y mis amigas. Ese abismo es vacío, es vida vacía, es sin sentido.

Un amigo, una amiga es nada menos que una vida junto a la mía; una vida que plenifica mi vida (como imagino que la mía plenifica la suya) y que junto a otras vidas sencillamente viven. Y, vida, ¡es fiesta!, vida es ¡paz!, vida es alegría. ¡Eso es vida! Eso es la amistad, ¡creo!


Foto tomada de https://anabaptistworld.org/catching-up-with-the-amish/

(*) en Argentina y algunos otros países se celebra el 20 de julio (por insólitas razones) el día "del amigo/a/e". Sin cumplir con formalidades, que no me con-forman, vaya esta sencilla reflexión pensando en todos, todas, todes mis amigxs.

La comunidad en oración

La comunidad en oración

Eduardo de la Serna



Hemos visto que en la “oración que Jesús enseñó” hay dos partes muy evidentes. La primera alude a las cosas de Dios: su nombre, su reino, su voluntad, mientras la segunda alude a la misma comunidad proliferando el “nosotros”: nuestro pan, nuestras deudas, nuestra tentación.

Las diferencias entre Mateo y Lucas, que notamos en la primera parte, acá son muy limitadas.

El texto comienza pidiendo el pan, pero un pan con un adjetivo. El término griego utilizado sólo se encuentra en este texto en toda la Biblia, y tampoco es usado en otros autores (salvo en los padres de la Iglesia que comentan la oración). Algunos han pretendido darle un significado casi metafísico (o místico) cosa que parece no estar en la intención del relato. Lo interesante es que se añade el pedido de que Dios lo dé “hoy” (Mateo), “cada día” (Lucas). En Mateo, “hoy” hace referencia a un Dios que acompaña a la humanidad, como “la hierba del campo” (6,30), a la actitud de Dios en Sodoma (11,23), a la intervención divina en las lluvias (16,3); en una parábola el padre pide al hijo que vaya a trabajar “hoy” a la viña (21,28), la mujer de Pilato reconoce a Jesús como un justo por un sueño que tuvo “hoy” (27,19) y el rechazo de los judíos a Jesús perdura “hasta hoy” (27,8; 28,15). Dios no es ajeno a la humanidad, y que esta no se vea privada de pan resulta importante para Él. Lucas, en cambio, señalará, por ejemplo, que los discípulos han de cargar la cruz “cada día” (9,23), el rico que no reconoce a Lázaro como un hermano, banquetea “cada día” (16,19), Jesús enseña en el Templo “cada día” (19,47) cosa que Jesús les reitera a los que van a capturarlo (22,53 [única vez que se usa la fórmula en Mateo y Marcos]); la primera comunidad, en Hechos, acude al Templo “cada día” (2,46), y se le incorporan “cada día” los que se van a salvar (2,47), un mendigo es llevado “cada día” a la puerta del templo para pedir limosna (3,2), las Iglesias crecen “cada día” (16,5), los habitantes de Berea analizan las Escrituras propuestas por Pablo “cada día” (17,11), y “cada día” Pablo enseña en Éfeso (19,9). Como se ve, el término es propio de Lucas y – dejando de lado, como antagónico, el texto del rico, hace referencia al encuentro entre Dios y su pueblo. El pan, entonces, es algo que Dios procura para su pueblo. En este sentido, entonces, pareciera que la característica del pan es que es “necesario”, “indispensable”. Es lo que se pide, para “hoy” ya que “a cada día le basta su afán” (Mt 6,34).

El pedido de perdón alude a las “deudas” (Mateo) o “pecados” (Lucas), pero la comunidad se atreve a hacerlo ya que ella a su vez perdona a los que “nos deben”. La relación entre “perdón” de deudas y de pecados se encuentra, también, en parábolas que, con sus matices, también hallamos en Mateo y Lucas (Mt 18,23-35; Lc 7,41-43) mostrando la relación entre el perdonar al hermano y el perdón que Dios nos dona (la deuda con Dios es vista como “pecado”). Pero lo que en ambos se aclara es que lo que se perdona, como expresión del perdón que esperamos de Dios, son las “deudas”. En la sociedad judía, y el empobrecimiento creciente, perdonar deudas tienen honda connotación en el reconocimiento de los y las demás como hermanos y hermanas. La relación con Dios viene “medida” por la relación entre las personas. Y, en la sociedad imperial, pretender la condonación de las deudas es algo subversivo, pero es evidente que en una comunidad que pretende ser fraternal y sororal, el perdón de las deudas es indicio de comunidad y hermandad, y – lógicamente – así, Dios manifiesta a todos y todas, su paternidad (y maternidad). Tanto es así, que no ha de esperar el perdón de Dios quien no es capaz, previamente, de perdonar a los demás lo que le deben (Mt 6,14-15).

El texto finaliza con ser “introducido” en la tentación. Ser introducido es ser conducido (Lc 5,18.19; 12,11), la “tentación” es algo frente a lo que se ha de pedir “no caer” (Mt 26,41). Sabemos que Jesús fue tentado (Lc 4,13) y el diablo “volverá”; que muchos, ante la tentación sucumben (Lc 8,13) y, cuando el tentador regresa, los discípulos muestran, unidos a Jesús, la perseverancia (22,28). Estar unidos a Jesús supone enfrentar la tentación, pero ser conducidos a ella es “jugar con fuego”. Por eso, para precisar la idea, Mateo añade “líbranos de lo malo” (o del malo), que es expresión evidente que se ha caído en dicha tentación. En Lucas la tentación está ligada al Tentador; Mateo, como no lo hace, incluye ser libres de él.

La vida de la comunidad, lo cotidiano, como el pan, lo que expresa la hermandad, como las deudas, lo que expresa la fidelidad, como resistir la tentación son presentados por Jesús, en su oración, como una familia, de padre/madre y hermanos/hermanas. Nada de individualismo, nada de “escape del mundo”, sino compromiso en medio del mundo, para que todos y todas vean una comunidad que hace “brillar” el nombre de Dios, y pretende que reine, una comunidad confiada desde su pobreza en un Dios que la provee del pan y del perdón que es su característica esencial. Así los cristianos pedirán lo esencial y tendrán para mostrar a todos una oración que los caracteriza, así como los discípulos del Bautista tienen la propia.


Imagen tomada de https://elcampesino.co/el-milagro-de-compartir-el-pan/

Una obra de arte holandesa: Etty Hillesum

Una obra de arte holandesa: Etty Hillesum

Eduardo de la Serna




Hace unos meses, una amiga me regaló las obras completas de Etty Hillesum, finalmente editadas en castellano en su versión “completa” (eds. Monte Carmelo – Fonte, Burgos 2020; antes había ediciones parciales, pero no la totalidad). Tengo las obras completas en inglés, y, además, varias obras sobre ella, pero pude dedicarme desde entonces a leerla sistemáticamente, pensarla, dialogar con ella desde ese día. Con muchas cosas durante el día, lecturas, discusiones, clases, la noche “era de Etty”. Con un lápiz en la mano subrayaba aquello que me parecía importante. Y, aquí, el primer problema… creo no exagerar si digo que en el libro es más lo subrayado que lo que no lo está.

Y, a medida que la leía, me iba “enojando” con ella: no podía creer la profundidad con la que afrontaba aún las cosas más banales, o las meramente personales. Pero eso es tema para otra ocasión.

Señalemos, para empezar una obvia limitación. Los textos que conservamos no son todos los que Etty escribió. El caso más evidente es la pérdida del cuaderno 7 de su diario (el cuaderno 6 finaliza el 30 de abril de 1942 y el 8 comienza el 18 de mayo del mismo año); a esto hemos de sumarle la importante cantidad de cartas que no se conservan (en las que ella recibe, en más de una ocasión le agradecen una anterior enviada por ella). Además, todo indica que cuando ella se asienta definitivamente en Westerbork, que entrega sus diarios a María Tuinzing, la que, finalizada la guerra, encarga a Klaas Smelik para su publicación lo que recién consiguió de forma parcial en 1981 para lograrse en forma completa en 1984, siempre en holandés. La difusión fue notable, tanto que hoy se puede encontrar en 19 lenguas. Ahora bien, asentada ella en Westerbork, todo indica que retomó la escritura de su diario finalizado antes el 13 de octubre de 1942 (ella hace, más tarde, referencia a “su diario” en una carta, y, ciertamente, no se refiere a los anteriores, que ya había consignado a su amiga María. En su carta a Osias Kormann del 28 de septiembre de 1942 habla de 1500 páginas de las sólo conservamos 1281, y en carta a Henny Tideman del 18 de agosto de 1943 afirma que “me sentí impelida a escribir en mi diario”. Resumamos: es mucho lo escrito por Etty que no se ha conservado; ya es casi un milagro que desde el tren que la conducía a Auschwitz ella arrojara por una hendija dos postales, una de las cuales se conserva. Por tanto, no es sensato afirmar, por ejemplo, que ella no habla de algo, cuando no es improbable que lo hubiera hecho en otra ocasión. Es importante conocer nuestros límites (limites que reflejan, además, el contexto de la crueldad humana en su máxima expresión). De hecho, un “compañero de armas” escribe a Han Wegerif y demás que – al partir – dice: “llevo conmigo mis diarios, mis Biblias…” (Jopie Vleeschhouwer el 6-7 de septiembre de 1943 narrando la deportación de Etty y su familia).

Por ejemplo, es llamativo que todos los cuadernos finales de su diario sean un largo encuentro con Dios, con quién dialoga constantemente hasta el punto de afirmar que la única carta de amor sensata es a Dios (9 de octubre de 1942; siguiendo a san Agustín), pero en sus cartas, Dios parezca prácticamente ausente. Una excepción la constituyen: Aun no te has dado cuenta Dios mío, de que aquí “todo son arenas movedizas salvo tú”, y acota, “se me ha escapado” (7 agosto 43 a María Tuinzing; semejante referencia Dios se le “escapa” a Han Wegerif y otros el 24 de agosto de 1943: “¿qué planes tienes?”) y el 18 de agosto a Henny Tideman (y “para María, pero nadie más”) una larga oración: “no lucho contigo, Dios mío, toda mi vida es un diálogo contigo”, o también, siempre a María: “Hemos de asegurarnos, María, de que Dios esté en buenas manos, a pesar de todo” (2 de septiembre 1943). La idea de que “se ha escapado” y que la referencia es solo para un par de amigas quizás nos invite a pensar que la relación con Dios es lo suficientemente íntima y personal que ella no quiere que sea accesible para todo el mundo. Ella sabe, por ejemplo, que las consecuencias que ella extrae de su encuentro con Dios: perdón, amor a todos, negarse al odio y otros elementos no ha de ser comprendida en general y la tomarían negativamente. Que su actitud de entrega generosa, alegría, serenidad, donación sea vista por todos sin mencionar a Dios a cada instante pareciera ser el criterio. Es probable que las referencias frecuentes a Dios si estuvieran en los diarios de Westerbork (de hecho, la larga oración a la que hicimos referencia, la retoma de lo escrito “en mi diario”) que, como dijimos, no se conservan.

Pero me quiero detener en un elemento que me parece fascinante. Etty es una gran amante del arte. Las veladas musicales, animadas por su hermano Mischa se encuentran con frecuencia referidas en los diarios, la ida al teatro, su amor por el cine, la pintura y, ¡sobre todo!, la poesía (Reiner M. Rilke es, seguramente el autor más citado por Etty). La frase que ella repite (carta a dos hermanas de La Haya, diciembre 1942) de que el horror de Westerbork es tan grande que solo un poeta podría narrarlo, ¡y uno muy bueno!, la pinta de cuerpo entero. Pero ella redunda con muchísima insistencia que le gustaría saber escribir, que le faltan las palabras, que no tiene esa capacidad, etc.… en muchas ocasiones ella espera que eso lo alcanzará más adelante, con el paso del tiempo. Se podría decir que ella escribe muy bien, creativamente, profundamente, pero evidentemente se siente sumamente insatisfecha con su capacidad. Ella quisiera ser y sentirse artista para contar. Pero creo que hemos de decir (decirle) que ella sí logró una eximia obra de arte; no tanto por lo escrito – bien escrito, repetimos – sino por su vida. Etty fue una enorme obra de arte del s. XX, y una obra de arte que ella misma fue forjando.

Una última palabra. Ciertamente Etty fue una mística; una gran mística. Una persona que tuvo una profunda experiencia del misterio, de Dios. Resulta un poco patético la actitud de algunos católico-romanos de querer mostrar que Etty se había convertido al cristianismo (algo que ella jamás afirma); esa actitud de querer llevar tan buena agua al propio molino no parece sensata. Etty es la que fue. Y como buena judía se acercó al Dios de la Biblia (aunque se acercara también con mucha frecuencia al Nuevo Testamento, y a escritores cristianos, como Agustín y Eckhart). Ella se unió en amor con Dios, el Dios de la Biblia, y en su obra de arte nos da a conocer cómo lo ve, como lo ama, como lo imagina. Y ese es, quizás, uno de los grandes regalos de Etty Hillesum para estos tiempos complicados.


Foto tomada de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Portretfoto_van_Etty_Hillesum_met_hand_onder_haar_kin,_circa_1940_%28restored%29.jpg

 

martes, 18 de julio de 2023

Comentario a las lecturas del domingo 16º "A"

Los misterios del reino se siguen revelando

DOMINGO DECIMOSEXTO - "A"


Eduardo de la Serna



Lectura del libro de la Sabiduría     12, 13. 16-19

Resumen: resaltando la fuerza de Dios el autor manifiesta que esta se manifiesta en la misericordia – a diferencia de la fuerza en los injustos  que se manifiesta en opresión y violencia – y esto repercute en la historia humana.

El libro de la Sabiduría es sin dudas el libro más griego de toda la Biblia. En esta parte del libro, centrada en Dios, destaca que Dios es misericordioso, y que su poder (isjys, 3 veces en esta parte, vv.16.17.18) es la fuente de su misericordia. Su “fuerza” es el principio (arjê) de la justicia, y siendo “señor” (déspozein) sobre todos, sobre todos muestra (feídomaicompasión. Esta indulgencia de Dios es la característica de la unidad (cf. v.8). 

El v.19 en realidad da comienzo a la unidad siguiente (vv-19-22) pero como consecuencia de esto, por lo cual el v.19 puede relacionarse con éste (“actuando así…”) invitando a los justos a una actitud frente a los demás (filantropía), y a los pecadores al arrepentimiento (metánoian). Esta filantropía es característica de la sabiduría (1,6) que tiene un espíritu de “filantropía” (7,23). De este modo, se destaca que el justo debe caracterizarse por la sabiduría, del mismo modo que – alentado por la indulgencia de Dios – el pecador es invitado a la conversión.

Es el monoteísmo confesado explícitamente (“fuera de ti no hay Dios”, v.13) el que manifiesta el poder divino que se manifiesta en los beneficios a la humanidad como varios escritos tardíos lo confirman:

  • “¡Dios es misericordioso protector de todos!” (3 Macabeos 6,9)
  • “Dios es amigo de la justicia (…) está operando de continuo las conoce y no se le oculta nada, insisto (…) de la misma manera que Dios beneficia al mundo entero, tú, si lo imitas, serás perfecto” (Aristeas 209-210)
  • “Fuera de ti, no hay otro dios al cuidado de todos, para que puedas mostrar que no juzgas injustamente” (Sabiduría 12,13)
  • “Adora al Dios del cielo, que hace bajar el rocío y la lluvia sobre la tierra, El hace todo en ella, ha creado todo con su voz, y de él procede toda vida” (Jubileos 12,4)
  • “Considera cómo Dios favorece al género humano; él es quien les proporciona en todo momento salud, alimento y todo lo demás” (Aristeas 190)
  • “Adoran al Dios que ve todas las cosas y las crea” (Aristeas 16)
  • “Tú, oh Dios, eres la esperanza y refugio de los pobres” (Salmos de Salomón 15,1)

Pero este Dios de la justicia no es ajeno al universo del hombre. El poder de Dios es inicio de la realización de un orden humano de justicia. Sobre este “poder” de Dios es que se detendrá en los vv.16-18 con lo que a su vez habla de la justicia. La fuerza sobre la que se asienta el mundo de los que no son sabios es la violencia (por eso oprimen y explotan a los débiles, 2,11); la fuerza de Dios se manifiesta en su misericordia. 



Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma     8, 26-27

Resumen: la importancia del espíritu de Dios se sintetiza en esta breve unidad destacando el contraste entre la fortaleza, que nos viene por el espíritu de dios, y la debilidad humana sin la que no sabríamos siquiera dirigirnos a Dios como corresponde. Pero con el espíritu la oración es conforme a Dios.


Pablo sigue el importante cap. 8 de la carta a los Romanos manifestando el rol que en los creyentes juega el espíritu de Dios. 

Para empezar el espíritu se manifiesta en contraste con la debilidad (astheneía). Es sabido que el “espíritu” es la fuerza que viene de Dios para sostener (synantilambanô, venir en nuestra ayuda, como lo que Marta pide que María haga, Lc 10,40), se hace cargo de nuestra debilidad, el camino de los llamados a seguir su voluntad y sus caminos. Con nuestras capacidades ni siquiera sabemos cómo pedir (proseújomai), de allí que el espíritu intercede (hyperentugjanei, única vez en la Biblia) con “gemidos” (la otra vez que se encuentra en el NT – Hch 7,34 – traduce el término “clamores” (cf. Ex 2,24; 6,5). Estos gemidos no son la voz de un bebé, sino los gritos del dolor, la opresión y el sufrimiento y por eso son “inexpresables” (alálêtos, también única vez en la Biblia, literalmente: “sin palabras”). 

El verbo “investigar / sondear / escrutar” no es muy frecuente en la Biblia (6x) y suele referirse a la voluntad de Dios. En este caso, “el que escruta los corazones” (= Dios) conoce las aspiraciones íntimas del espíritu. “Conocer / tender” (frónêma) es también poco frecuente (2x en 2 Mac y 4x en Romanos) aunque depende hacia dónde se tienda (la carne o el espíritu, 8,6). En este caso se refiere a tender hacia el espíritu, por lo que la “intercesión” (entugjanô) es “según (kata) Dios” y “en favor (hyper) de los santos” (es decir, los miembros del pueblo de Dios). El espíritu, don por excelencia de Dios para los tiempos nuevos, nos hace tender en sentido contrario a lo que nos separa de Dios; por el contrario, nos hace tender a la vida, interceder coherentemente con la voluntad de Dios.



Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     13, 24-43

Resumen: Una serie de elementos, mezclados en su origen (de Marcos, de Q y propios de Mateo) continúan el capítulo de las parábolas. En este caso comenzando y concluyendo con la del trigo y la cizaña y centradas en dos parábolas del reino. Jesús, cuando habla de algo tan importante para él, como es el reino, sólo lo hace en parábolas. Los sencillos pueden comprenderlo.


Comenzando con una nueva parábola – que es propia de Mateo – y culminando con la explicación de la misma, la liturgia sigue presentando el capítulo de las parábolas propio de Mateo. Esta unidad tiene textos que dependen de diversas fuentes, veamos:


Orden de Mateo
Fuente / origen
Parábola de la cizaña y el trigo
Propia de Mateo

(Mateo omite la semilla que crece sola, de Marcos)
Parábola del grano de mostaza
De Marcos y de Q
Parábola de la levadura
De Q
Por qué habla en parábolas 3
De Marcos
Explicación de la parábola de la cizaña
Propia de Mateo


1)     La parábola del trigo y la cizaña (13,24-30)


La parábola pone el acento en el “hombre” señalando que sembró “buena semilla” (cosa que se repite en v.27), pero “un enemigo” siembra cizaña. La característica es que no es fácil distinguir – especialmente en los primeros tiempos – una de otra. Cuando llega el tiempo de los frutos, entonces se puede reconocer el trigo y la cizaña, y por tanto arrancar una para quemarla, y el otro para ponerlo en el granero. La parábola es, entonces, una invitación a imitar la paciencia del “hombre”, a eso se asemeja el reino. Aparentemente el sentido es confrontar la impaciencia “mesiánica” (cf. Is 60,21) para la cual solo habrá justos en medio del pueblo. La parábola señala que todavía no es el tiempo del juicio. Por otra parte, parece una puesta en forma de parábola del dicho de que “el árbol se conoce por sus frutos” (Mt 12,33, texto Q), “por los frutos los conocerán” (exclusivo de Mateo, 7,16).


2)     Parábola del grano de mostaza (13,31-32)


Es interesante notar la diferencia que esta parábola presenta en Marcos y en Q: el acento, en Marcos, está puesto en el contraste entre la “más pequeña” y la “más grande” (Mc 4,31-32). Lucas – como lo hace otras veces – prefiere el texto de Q, donde el acento está puesto en el crecimiento “hasta árbol” (Lc 13,19). Mateo ha escogido ambos acentos y señala el contraste y también el crecimiento “hasta árbol” (v.32). El reino, entonces, se asemeja a un crecimiento importante y que contrasta con un comienzo pequeño.


3)     Parábola de la levadura (13,33)


La parábola de la levadura se encuentra en Q donde pone en paralelo – como lo hace otras veces – el accionar de un varón y el de una mujer. El paralelo es preciso:


          Tomó un hombre … hasta (árbol)

          Tomó una mujer … hasta (fermentar todo)


Como el texto no se encuentra en Marcos, Mateo repite palabra por palabra lo tomado de Q con la excepción de “de los cielos” dicho del Reino, como es su costumbre, y un pequeño prefijo en el verbo “esconder”. El acento es semejante al anterior de Q (la levadura) y está dado por el resultado final del accionar del varón / mujer; en este caso la gran cantidad de harina fermentada, como para hacer una fiesta.


4)     Jesús habla en parábolas (13,34-35)


Marcos y Mateo ya habían señalado (ver el domingo pasado) por qué Jesús habla en parábolas. Allí destaca que “nada les hablaba” (“les”, como ya fue dicho en 13,10) sin parábolas. Seguramente es para destacar que cuando habla acerca del Reino, Jesús solamente habla en parábolas. Y – como es común en Mateo – nuevamente destaca que se cumple lo dicho por el profeta (en este caso un Salmo, 77,2). 


Sal 78,2
Mt 13,35
voy a abrir mi boca en parábolas (masal), a evocar los enigmas (haîdôt) del pasado.
Abriré en parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.


5)     Explicación de la parábola de la cizaña (13,36-43)


Nuevamente al explicar la parábola, Mateo recurre a una alegoría, es decir a una explicación simbólica en la cual cada parte de lo narrado tiene un significado: el sembrador, el campo, la semilla, la cizaña, el enemigo… Cambia un poco en v.40 con “como, pues”, pero el acento está puesto en el fin del mundo. En este caso hay dos grupos en cuestión, los que obran la injusticia y los justos y su referencia es el juicio.


el video con comentario al Evangelio en
https://blogeduopp1.blogspot.com/2023/07/video-con-comentario-al-evangelio-del_17.html
o también en
https://youtu.be/ihXCdQRjDAw

foto tomada de 
micaldodecabeza.wordpress.com