El problema del cuentapropismo de la Gestapo
Eduardo de la Serna
Por
un momento voy a omitir la referencia a la Gestapo. Es maravilloso cómo prendió
en el macrismo el tema de los emprendedores, los free lance, los
cuentapropistas. Entonces, la mano derecha del tipo más poderoso del país puede
quedar encuadernado y don Paolo decir que él no estaba enterado y, ¡zaz!, acá
no ha pasado nada. La mano derecha de Mauri puede quedar expuesto en espionaje
ilegal, ilícito y mafioso y ¡zaz!, tampoco ha pasado nada… Y los ejemplos
podrían multiplicarse. En el macrismo los emprendedores (como Mauri) son
meritócratas de excelencia. Se me dirá que no estoy hablando del macrismo sino
del poder judicial. Precisamente… estoy hablando de macrismo.
Ahora
bien, me es complicado imaginar cuentapropismo en la Gestapo. Una policía
secreta suele ser secreta, pero no free lance. Sicarios o mercenarios
pueden serlo, y serán funcionales al mejor pagador (que ya sabemos quiénes son, porque pagar bien a sus
empleados, ¡no!, pero a estos tan funcionales ¡sí!) pero si hay algo que no son
es emprendedores. O, quizás, aprovechen para serlo, pero siempre “con los pies
en el plato”, subordinados. Sobre esto ha escrito abundantemente, por ejemplo,
Patán.
Y,
“para más INRI”, no es que los y las amigxs cambiemudos no sueñan con cualquier
policía secreta, sino directamente la Gestapo. ¡Maravilloso! Nada peor podían
imaginar o decir. Es cierto que, nuevo ¡zaz! mediante, nada pasará; Macri puede
decir que “se cae” en la educación pública o hablar del “peor planero”, o en
contra de las universidades del conurbano o que muera el que tenga que morir, o
que el FMI ahora es bueno, y ¡nada pasa! Sus amigos, los productores de
sentido, que manejan los medios, se ocuparán de mostrar cómo aumentan los casos
de COVID en la provincia de Buenos Aires (si hablan de Gestapo podríamos
recordarles a Joseph Goebbels, pero banalizar
la Shoah es demasiado grave como para permitírnoslo; y sería de desear que el
grupo minúsculo que se adjudica falsamente la representación de la comunidad
judía levante su voz de repudio más que “pour la gallerie”; pero nadie muerde
la mano que le da de comer).
Ahora,
escuchar que ante esto el presidente les pide “honestidad intelectual” me suena
como pedir a los leones que aumenten el consumo de verduras. Es verdad que,
repito, la producción del sentido la tienen casi monopólicamente estos
perversos, pero, al menos, mal haríamos los otros en hacernos los distraídos o
en no militar casi obsesivamente para que la memoria, la verdad y la justicia
sean en todo banderas que debemos levantar.
Foto
tomada de https://cubaposible.com/cuentapropismo-y-pequena-empresa-una-mirada-desde-el-derecho-2-aa6-aa-aa8-4-aa/
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