Cancelar la historia… cancelar la memoria
Eduardo de la Serna
Palabra
de moda si las hay esta de “cancelar”. Es borrar, eliminar, y si se me permite
lo chocante (en Argentina lo es) hacer “desaparecer”. Y, debo decirlo, me
resulta por lo menos raro, si no aberrante.
Incluso
los momentos duros, graves y serios del pasado existieron. Y no es
cancelándolos que se ha de vivir con o confrontando con ellos. La psicología
dirá si se trata de elaborarlos, de enfrentarlos, de duelo, de lo que fuere,
pero no es negándolos que la vida sigue su marcha. Quien ha vivido un momento
traumático en su historia (y creo que la barbarie humana tiene miles de
ejemplos para pensarlo) no creo que se trate “cancelándolos” como se los
superará. Creo que se trata de mirarlos a la cara, enfrentarlos, vivir.
Pero,
además, cuando se trata de algunos hechos, me surge todavía otra pregunta,
¿quién cancelaría? ¿Cuál sería el criterio? Y voy a un ejemplo contemporáneo:
Rusia.
Resulta
que el mundo está en los albores de una guerra (¡una más!). Y resulta que, si
nos dejamos guiar por la información (parcial) que nos llega, es evidente que
hay buenos (o víctimas, los ucranianos) y malos (¡malísimos!, los rusos). Voy a
simular por un minuto que acepto esta caricatura (la cual abomino, aclaro). Y
hasta voy a hacer como que estoy de acuerdo con el “análisis-cero” que dice que
Putin es el Hitler del s. XXI. Si tal fuera la verdad, ¿qué tiene que ver con
todo esto el helado de crema rusa, la ensalada rusa, Tarkovsky, un futbolista o
un director de orquesta, y demás rusos de nuestro ambiente? El “malo”, para
este dizque análisis, es Putin no “Rusia”. Pero resulta que no creo en ese
esquema. Ni por un minuto. Y veo que alguien (¡el poder!) tiene capacidad para “cancelar”
todo lo ruso. Y entonces me pregunto ¿qué hay detrás de tanta “cancelación”? Y
estoy convencido que detrás hay dinero. Y si lo hay, como creo, entonces creo
que la cosa es más compleja. Mucho más compleja.
Y
entonces, decido yo por mí y para mí… No soy muy lector de literatura, pero no
estoy de acuerdo en nada que se cancele a Dovstoievsky, me gusta – en cambio –
el cine, y amé las películas de Tarkovsky, y, ¡sobre todo!, seguiré escuchando
a Tchaikovsky que, es de lo mejor que he escuchado. En lo personal creo que eso
de “negar”, cancelar la historia, es algo que en estos pagos ya hemos experimentado.
La historia se canceló y la reemplazaron por animalitos en los billetes, se “cancelaron”
los juicios por “memoria – verdad – justicia”, y hasta se negó el bicentenario
imaginando a los próceres de la independencia con “angustia, ¡querido rey!” Que
se me perdone, insisto, ante los temas complejos me tomaré mi tiempo en mirar,
pensar, analizar, pesar y sacar yo mis propias conclusiones, pero no en
cancelar. Eso es macrismo explícito.
Imagen
tomada de https://www.killmybill.es/cerrar-cuenta-bancaria/
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