¿Es importante el ayuno?
Eduardo de la Serna
El término ayuno / ayunar
ocurre con una cierta frecuencia en la Biblia, especialmente en el Antiguo
Testamento; tanto el verbo ayunar como el sustantivo ayuno se encuentran frecuentemente
tanto en hebreo como en griego. En el NT, en cambio, tanto el sustantivo como
el verbo se encuentran limitadamente y casi exclusivamente en los Evangelios Sinópticos
y en Hechos.
Lo principal que se ha de
señalar es que el ayuno es un acto religioso (es decir, es algo que se hace para
Dios) y es algo penitencial, por eso suele ir acompañado de gestos de duelo,
llantos, vestidos de arpillera, cenizas, y demás manifestaciones visibles. Y,
muy frecuentemente, en conjunto con la oración. En nuestro lenguaje cotidiano no
lo es necesariamente y alude a no alimentarse (estar “en ayunas”, ver Mc 8,3; el des-ayuno es, precisamente, romper con la
no-alimentación nocturna). A nivel oficial, en Israel sólo está mandado ayunar un
día al año, para la fiesta del perdón ([Lev 23,27; y quien no lo hiciera será
excluido del pueblo, v.29]; no está de más recordar que en la liturgia católica romana,
los días de ayuno son dos: el miércoles de Cenizas y el Viernes Santo). Sin
embargo, es frecuente que, ante acontecimientos especiales, como ser
enfermedades graves (2 Sam 12,16), duelos por la muerte (1 Sam 31,13), o para
prepararse debidamente ante algo en lo que se supone Dios tomará parte (1 Re
21,9-12; Jer 36,9), por ejemplo, se realice o se convoque a un ayuno.
Pero, como suele ocurrir con los hechos religiosos, puede ocurrir, y ¡de hecho ocurre!, que haya quienes los realizan “para ser vistos” y no con una actitud verdaderamente religiosa (Eclo 34,26), es decir, no como un verdadero acto penitencial. Así, el ángel dirá a Tobías: “es buena la oración con ayuno, pero mejor es la limosna con justicia…” (Tob 12,8). En este sentido se entiende bien el planteo del discípulo de Isaías: muchos se preguntan “¿para qué ayunamos si Dios no lo ve” (por ser un hecho religioso, obviamente, se espera que sea conocido por Dios)? A lo que Dios responde que eso no era algo genuino, era simplemente exterior. “El ayuno que yo quiero”, termina diciendo Dios:
«es desatar los lazos de
maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y
arrancar todo yugo? ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin
hogar recibir en casa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu
semejante no te apartes? Entonces brotará tu luz como la aurora, y tu herida se
curará rápidamente. Te precederá tu justicia, la gloria de Yahveh te seguirá.
Entonces clamarás, y Yahveh te responderá, pedirás socorro, y dirá: «Aquí
estoy». Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad,
repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada, resplandecerá
en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía. (Is 58,6-10)
El tema principal, como puede verse,
radica en la fidelidad a Dios y sus proyectos, no en los actos exteriores por
más buenos que estos fueran.
Pero en el Nuevo Testamento
hay una novedad importante. Ciertamente es algo que los judíos continúan
practicando. Más aún, los grupos que se caracterizan por ser muy religiosos,
como los fariseos, los esenios, los discípulos de Juan el Bautista, suelen
ayunar con frecuencia (el fariseo de la parábola de Jesús afirma ayunar 2 veces
por semana, cf. Lc 18,12). Pero, lo llamativo es que se dice, expresamente, que
Jesús y los suyos “no ayunan”. Con Jesús empieza la esperada fiesta de bodas y
no es sensato ayunar en ella. Ayunarán cuando Jesús “sea arrebatado”, pero sólo
en ese momento (Mc 2,18-20).
Hay un texto en el que Mateo,
que se dirige a una comunidad mayoritariamente proveniente del ambiente judío, señala lo que se debe hacer “cuando ayunes”. Lo que se debe hacer, si
es el caso, es evitar realizarlo “para ser vistos por la gente” sino que sólo
sea visto por Dios. Es algo que se hace para Él, no para conseguir aplausos por
la propia religiosidad (en ese caso, “ya recibieron su reconocimiento”; Mt
6,16-18). Es interesante que en una expulsión de demonios los discípulos le
preguntan a Jesús por qué ellos no pudieron expulsarlo y Él señala que “esa
clase con nada puede ser expulsada sino con la oración” (Mc 9,29) pero con el
tiempo, algunos escritores tardíos añadieron “y ayuno” (como también otros añadieron
un versículo semejante después de Mateo 17,20) es decir, se añadió “religiosamente”
la importancia del ayuno que no está en los textos bíblicos sino en la
religiosidad de algunos.
En Hechos de los Apóstoles se
indica que en algunas comunidades había “ayuno y oración” (13,2.3; 14,23) pero
no se indica que esto sea algo ni que se debe realizar ni que sea necesariamente
bueno hacerlo. En Pablo, en cambio, el término está absolutamente ausente salvo
en 2 Corintios 6,5; 11,27 donde él destaca que pasó por frecuentes momentos de
dificultad: naufragios, frio, desnudez y ayunos (es decir, no se refiere a un
hecho religioso sino a las consecuencias del apostolado, el hambre, en este
caso, y su dedicación a las comunidades). Y fuera de esto, nunca más se habla
del ayuno en todo el NT.
La propuesta de Jesús, su “religiosidad”,
no está caracterizada por sacrificios, ayunos y penitencia sino por la alegría
de la novedad, las comidas fraternas, el amor compartido y celebrado; ya hemos
señalado – sin embargo – que en la historia del cristianismo, hubo grupos que
insistieron en la importancia “religiosa” de los sacrificios, la ascesis, el
rigorismo (y son quienes añadieron “los ayunos” a los textos bíblicos que
citamos más arriba). Hechos religiosos como las arpilleras o vestiduras
rasgadas (algo incomprensible en nuestro tiempo, por cierto), los duelos, los
ayunos, son sin duda, propios de la religiosidad del antiguo Israel (eso no
significa que no haya duelos, por ejemplo, por supuesto; aquí nos referimos al
hecho religioso habitual). Jesús viene a proponer la llegada de una “fiesta de
bodas” (esperada en Israel) que vuelve insensato el ayuno. En una fiesta,
precisamente, se come y bebe, se comparte la alegría y la vida. De eso se trata
la propuesta “religiosa” de Jesús.
Foto tomada de https://www.infobae.com/2013/09/06/1507081-que-significado-tiene-el-ayuno/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.