Una reflexión sobre “las almas del purgatorio”
Eduardo de la Serna
Con bastante
frecuencia se escucha, en las oraciones de la comunidad, que alguien pide “por
las almas del purgatorio".
No pretendo tener
aquí una palabra clara sobre un tema que es muy complejo, pero sí – al menos –
despejar algunos elementos de confusión.
Empecemos
señalando algo: en la Biblia jamás se hace referencia a lo que llamamos “el
purgatorio”. Por tanto, para decir algo sobre esto, debemos entrar en otro
terreno, como es la tradición y la historia de la Iglesia. Para ser más
precisos, el tema entra en la teología católica recién en la Edad media.
Evidentemente, el
"purgatorio" hace referencia a personas que ya han muerto. Como hemos
señalado en otro momento, de todos modos, hay que evitar la imagen de que los
muertos “van a un lugar”, sea este cielo, infierno o purgatorio. No se trata de
"lugares". Hemos señalado que se trata de un encuentro de amor y amistad
con Dios que alcanzan quienes llegan a la vida plena (cielo) o la ausencia
definitiva de Dios (infierno). Además, en este caso, como el término lo
indica, se refiere a una etapa en la que se “purga” una vida que no ha sido de
pleno amor mientras se prepara para el encuentro definitivo. El tema es
complicado.
Pero hay otro
elemento. En el credo solemos repetir que creemos en “la comunión de los
santos”. Después de decir que Jesús “descendió a los infiernos”, es decir, que
fue al encuentro de los muertos (para "hacer llegar" también a ellos
los frutos de la Pascua). En esta "comunión" se hace referencia a una
interrelación entre el tiempo de Dios y nuestra historia. Y, por comunión, se
entiende un misterioso encuentro de amor. Es acá que adquiere su sentido la oración
por los difuntos. No se trata de que se pretenda que con nuestra oración
lograremos un cambio de la situación de nuestros seres queridos, especialmente
porque sabemos que nos movemos en el terreno de la gracia. Dios no se mueve en
el espacio de la “meritocracia” que le es totalmente ajeno; Dios se mueve en el
ámbito del amor y del don. El cielo es un regalo de Dios, Dios se nos da porque
Dios mismo es “regalo”. El amor siempre es gratuito. No se trata de que alguien
“logre” el cielo por sus méritos o que por nuestras oraciones logremos su
“purgación”; lo que no quita lo contrario y es que, en ocasiones, con nuestras
actitudes elegimos rechazar el amor que Dios quiere regalarnos. Pero sí se
trata de que nuestra oración (a lo mejor más por nosotros que por los difuntos)
establece un lazo de amor con los que han muerto.
Como señalo, el
tema no es bíblico. En el libro de los Macabeos 12,42-46 se manda hacer una
oración por los difuntos:
Después recogió dos
mil monedas de plata en una colecta y las envió a Jerusalén para que ofreciesen
un sacrificio de expiación. Obró con gran rectitud y nobleza, pensando en la
resurrección. Si no hubiera esperado la resurrección de los caídos, habría sido
inútil y ridículo rezar por los muertos. Pero considerando que a los que habían
muerto piadosamente les estaba reservado un magnífico premio, la idea es
piadosa y santa. Por eso hizo una expiación por los caídos, para que fueran
liberados del pecado. (2 Mac 12:43-45)
La idea del segundo libro de los Macabeos, además de reforzar la
incipiente fe en la resurrección, pretende destacar la importancia de la
oración (y, en este caso, de la oración en el Templo, la
"expiación"). Cuando, con el tiempo, el texto fue malentendido, muchos siglos
después, por ejemplo, se prestó para la compra y venta de “indulgencias” que,
en la historia, fue motivo de gran escándalo, de exageraciones y de rupturas en
el seno de la Iglesia.
De todos modos, en la imagen lo que cuenta es la realidad de que quienes
murieron aguardan el encuentro pleno y definitivo con el Señor. Quizás, en este
sentido, no sea diferente del pedido en la oración “venga a nosotros tu reino”.
Dejo para otra ocasión lo de las “almas” a las que se también hace referencia,
pero lo cierto es que, aunque no tenga fundamento bíblico, quizás esta oración
por “las almas del purgatorio” sea sencillamente una oración para estar en
comunión de amor con aquellos y aquellas que murieron y con quienes esperamos
el encuentro definitivo junto a Dios, el cielo.
Imagen tomada de https://evangeliumgratiae.com/2018/02/11/la-comunion-de-los-santos/
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