El sacerdocio en Israel
Eduardo de la Serna
Quizás
lo primero que debemos decir al hablar del sacerdocio en Israel es que es muy diferente
de lo que nosotros entendemos hoy por sacerdocio. Y para entenderlo bien es importante
no pretender de uno lo que es propio del otro. Algo de lo que diremos ya lo
hemos señalado, pero intentamos profundizar esto.
Comencemos
diciendo que – a diferencia de muchos otros pueblos de la época, como Egipto,
Grecia y Roma – el sacerdocio judío era exclusivamente para varones. Y añadamos
que no era algo a lo que alguien podía aspirar por una “vocación”. En Israel
había doce tribus (referidas a los Doce hijos de Jacob), y los pertenecientes a
la tribu de Leví eran sacerdotes. Es decir, uno que no era levita, no podía de
ningún modo ser sacerdote, y un levita no podía no pretender serlo. El
sacerdocio era “genético”, no optativo, como ya dijimos brevemente en otro
apartado.
Como
se nota en la raíz del término, el sacerdote era el encargado de lo “sacro”, lo
sagrado. Y es muy importante entender qué era para el mundo antiguo (judío y también no
judío) lo sagrado (o lo santo): se trataba de lo que era exclusivamente del
ámbito divino. Algo que solo pertenecía a Dios o los dioses y no podía
pertenecer a los humanos, lo cual era lo contrario de lo “profano” que era lo
propio de los humanos y no podía pertenecer a los dioses. Como se ve había "un muro" infranqueable entre "lo sagrado" y "lo profano". Y esto abarcaba todos
los órdenes de la existencia, buenos o no tanto. Había tiempos sagrados,
lugares sagrados, personas sagradas, comidas sagradas, vestimentas, etc. Un sacerdote,
entonces (persona sagrada) no podía vivir “a la manera humana”, porque así “profanaría”
su consagración. Dentro de la tribu de Leví, además, había una familia (la de Sadoc) de
la que surgía el sacerdote principal (sumo sacerdote), que como se ve también era "genético", aunque en tiempos de los
griegos y los romanos era frecuente que este fuera elegido o depuesto por el
poder político, para evidente escándalo de los judíos.
Por
supuesto que nadie negaría que se trataba de seres humanos, pero, entonces, al
entrar en los ambientes sagrados (es decir, en lugares sagrados, como el Templo; en
tiempos sagrados como la fiesta de la Purificación) el sacerdote se debía someter a una
serie cuidadosa – casi obsesiva – de purificaciones (es decir, santificaciones). Desde la
tarde anterior debía evitar cualquier cosa que pudiera, eventualmente, hacerle
contraer una impureza (tocar cadáver o sangre, tener relaciones sexuales,
encontrarse con personas paganas [impuras], etc.), luego, al amanecer, debía
proceder a purificaciones rituales (baños purificadores con aguas puras), luego
colocarse vestiduras sagradas, luego realizar un sacrificio para purificarse y recién
después podía ofrecer un sacrificio por el pueblo. Si algo se omitía o no
estaba bien hecho, el sacrificio era nulo. Los rituales de purificación lo iban
santificando cada vez más, se iba separando de "lo humano", y, por eso – recién entonces – podía ser “mediador”
entre Dios y la humanidad.
El
viejo rey Salomón, se cuenta, edificó un templo (cerca del año 950 a.C.) que
fue destruido por los babilonios en el año 587 a.C. Poco tiempo antes, por una
reforma, se estableció que en todo Israel habría un solo lugar de culto, el
templo; por lo que cualquiera debía peregrinar a la ciudad santa para cualquier
sacrificio; y esto siguió y sigue así en Israel. Tiempo después se edifica un “segundo
templo” que se termina de levantar en el año 515 a.C y que el rey Herodes
amplía y restaura (según un modelo bastante griego, pero monumental); Herodes
muere sin que este esté terminado y se concluye en los primeros años del año 60,
pero los romanos lo vuelven a destruir en el año 70. Desde entonces, hasta hoy,
los judíos no tienen templo, y - por lo tanto - tampoco tienen sacerdotes. Para ubicarnos bien, por ejemplo, el Templo de
Jerusalén (de tiempos de Jesús) era muy grande: cerca de 500 mts x 300 mts. Todo
eso era un gran “atrio” dentro del que estaba el edificio del templo propiamente
dicho. Allí podían ir todos los que estuvieran en la ciudad, pero solamente los
judíos podían entrar en el edificio. Una vez adentro, nuevos portales impedían el
ingreso de las mujeres. Luego, se ingresaba en la parte santa (altares de
sacrificios, incensarios, etc.) donde sólo podían ingresar los sacerdotes. Finalmente,
dentro de la parte principal había un lugar (el santo de los santos) donde sólo
podía ingresar el sumo sacerdote, una vez al año (como se ve, aquí se concentra
la persona sagrada, el tiempo sagrado y el lugar sagrado). El templo, al igual
que la estructura religiosa de Israel era absolutamente piramidal.
Señalemos,
finalmente, que el sacerdocio y su servicio al pueblo era algo “ritual”; es
decir, por ejemplo, una serie de ritos borraban el pecado, una serie de ritos
volvían puro al impuro, etc. El templo, además de con las ofrendas y lo que las
acompañaba (venta de animales puros, etc.), era mantenido por un impuesto anual
que todo varón judío adulto debía realizar una vez al año.
Se
podría decir mucho más (había distintos “escalafones” dentro del sacerdocio, y
funciones, etc.) pero señalemos para concluir que, como sabemos, Jesús
pertenecía a la tribu de Judá (como David), no a la de Leví, por lo tanto, ¡Jesús
era laico! De hecho, no solamente Jesús no fue sacerdote, sino que tampoco lo fueron
sus compañeros; y los ministerios que se fueron dando en la progresiva organización de la
comunidad tampoco lo eran. Es bueno preguntarnos si muchas cosas contemporáneas (modo
de entender el sacerdocio, templos, lo “sagrado” [tiempos, lugares, vestimentas],
etc. no se parecen más al sacerdocio de Israel que a la novedad aportada por
Jesús. Es otro capítulo.
Imagen
tomada de https://www.tiempodeesperanza.net/2010/11/el-segundo-templo-de-jerusalen.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.