Custodiando
Eduardo de la Serna
Los
habitualmente excelentes dibujos (con contenido) de Agustín de la Torre en
Religión Digital, me inspiraron estas reflexiones que quiero compartir.
El
verbo custodiar y sus relativos hacen referencia a aquellas personas que o bien
vigilan a alguien que puede estar en peligro para protegerlo de la
eventualidad, o bien a alguien que, por ejemplo, está detenido, y asi evitar su
fuga. Son los que están en su “costado”, los que protegen sus “costillas”.
Así,
por ejemplo, algunas personas, por motivos diversos, se trasladan con custodia.
Se supone que, dada la posibilidad de algún tipo de atentado, quienes lo
acompañan pueden o bien salvarlas o bien disuadir a los posibles perpetradores
o perpetradoras; incluso, si fuera el caso, que los hay, arriesgando la propia
vida. Las imágenes no lejanas del intento de asesinato a la vicepresidenta de
la Nación, más custodiada por la militancia que por la Policía de la ciudad,
son un buen ejemplo de ello, de la buena y de la mala.
Eran
frecuentes las imágenes de niños protegidos por sus ángeles custodios. En este
caso, habitualmente, la imprudencia inconsciente de los pequeños hacía
necesario una “ayuda extra”. Ironizo: si la idea es que cada persona tiene su
ángel de la guarda, qué pasa con el crecimiento de la población… porque no figura
en las informaciones que también los ángeles se reproduzcan.
La
habitual indefensión de las mujeres, propia del imaginario patriarcal, y la
importancia de custodiar la virtud, llevó a suponer la necesidad de que la
Virgen María tuviera, en su esposo San José, un fiel custodio, vaya uno a saber
con precisión, custodio de qué, de quién, o de qué peligros.
Y,
quizás el colmo de la imagen podamos verlo en la necesidad de que Jesús Eucaristía
sea expuesto en una custodia, sin que a nadie se nos expliqué si se trata de
evitar que el Cuerpo de Cristo sea profanado o si Jesús querría escapar de esa
prisión. Curiosamente, si de evitar un atentado se tratara, hay que decir – al menos
es lo que imagino – que es más probable que alguien quisiera robar una “custodia
de oro” que aquello que esta, supuestamente, custodia. Si es así, es preferible
dejarla vacía, ya que robarán el oro, pero el Cuerpo de Cristo seguirá donde
debiera.
Hablar
de custodia, al menos en el terreno religioso, pareciera hablar de indefensión,
debilidad o, incluso, minoridad. Quizás, al menos para ciertas sensibilidades,
sea una imagen de más temprano que tarde debiera dejarse a un costado.
Quiero
dejar de lado, nada menos, que la mismísima Eucaristía. Es decir, dejo de lado
el pan compartido y la copa entregada, dejo de lado la comunión y la comunidad,
dejo de lado la presencia de Jesús que se acerca a presos y enfermos… ¿En qué
momento algo (¡alguien!) que es “eclesial” pasó a ser algo personal? ¿Algo (alguien)
para que “yo” adore? ¿En que momento entró tanto el individualismo que “la cosa,
ahora, es entre Jesús y yo”? Porque puede haber mil personas, pero la cosa es
entre Él y yo a quien “debo” adorar. ¿En qué momento el alimento para comer
pasó a ser una vitrina para mirar? Y, para más, uno que debe ser custodiado. El
Jesús que alimentó una multitud y presentó ese pan como signo de que él mismo
es pan de vida, para todos los que crean, es “comunión”. Y no deja de ser
curioso que ese mismo Jesús, presente en el pan y la copa, fue capturado,
mancillado, torturado, asesinado sin que los que se comprometieron a
custodiarlo hicieran algo. A lo mejor, más que custodios y custodias hagan
falta militantes y compañeros (los que comparten el pan, según parece provenir
del merovingio y el gótico: com-paneiro), a lo mejor deberíamos ayudar a Jesús
a liberarse de allí donde lo hemos encerrado y dejarlo libre, no parece
necesitar custodios, sino amigos.
Foto
tomada de http://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/fotografia:179268
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.