Des
- cubriendo a Thérèse, filme de A. Cavalier (1986)
Eduardo de la Serna
El texto que sigue no es un
análisis cinematográfico; pretende servir de ayuda para una "lectura
teresiana" de la excelente obra cinematográfica de Alain Cavalier, que por
haber penetrado en el espíritu de Teresita merece una explicación para que,
además de descubrir una extraordinaria película, podamos descubrir a una
extraordinaria santa. El texto originalmente fue publicado en la revista
Criterio 2022 (1989) 7-11; presentamos aquí una versión corregida.
La celebración de los 150 años del nacimiento de Teresa, los 100 años de su beatificación, el haber sido reconocida como "personaje" por la UNESCO para los años 2022-2023 y la reciente Exhortación Apostólica del Papa Francisco, C'est la confiance me motivaron a publicar en mi blog este texto viejo a raíz de la película.
La misma se puede ver en https://gloria.tv/post/7Etmq6p6VYof16fwBsGEZ2Dh7#320
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«Filmar lo invisible es
imposible, pero lo ensayo", decía Alain Cavalier. Y ciertamente es difícil
mostrar en cine la vida de una contemplativa ¿Cómo mostrar cinematográficamente
a una «niña de 24 años, que pasó 9 de su vida en un convento, que no hizo
milagros... que no creó cosas ni salió a fundar? Más difícil aún si se trata de
una santa tan rodeada de una falsa cáscara de aniñamiento, tan «rosa».
Era
común entonces que al morir una carmelita se enviara a todos los Carmelos una
breve reseña de su vida. «¿Qué diremos de sor Teresa?», se preguntaba más de
una monja, «nada tiene de extraordinario» (algo que encarna sor Aimée en la
película en su diálogo final con Teresita). Si nada vieron muchas de sus
contemporáneas, ¿Cómo mostrarlo a nuestros contemporáneos en el difícil
lenguaje del cine?
No
pretendemos hacer aquí un análisis cinematográfico de la cuestión: los 20
minutos de aplausos del festival de Cannes sirven de conclusión sobre su
calidad; pero la intensidad con que el autor del filme pudo penetrar en el
espíritu de Teresita merece una explicación para que, además de descubrir una
extraordinaria película, podamos descubrir una extraordinaria santa.
La Historia de la película
Son, probablemente, pocos los
santos cuya vida pueda resumirse en tan poco espacio como lo es la vida de Teresa. Ese fue el desafío que
enfrentó Cavalier: penetrar el interior de una mística. Una cara conocida de la
pantalla no le servía: «Quiero un rostro virgen... hace falta que encuentre un
rostro nuevo que tenga una cierta luz interior y, puede ser que tenga una vida
espiritual avanzada; que yo no me vea obligado a explicarle todos los detalles.
Ahora, yo la busco, no sé cuándo la encontraré, pero que existe, ella
existe...», decía el director en un reportaje del 6 de enero de 1983. La
historia que quería mostrar era una historia interior, la historia de un alma.
Durante
5 años preparó esta obra, y en innumerables detalles se descubre lo mucho que
buscó lograr una buena ambientación. Sin embargo. también, buscó eliminar lodos
los detalles que pudieran distraer de su único objetivo: Teresita. La
simplificación es notable: las escenas son brochazos, pequeñas pinceladas casi
teatrales; la música ausente por completo, al igual que la escenografía; los
personajes, casi todos secundarios y casi salidos de una fotografía antigua...
La Historia de Cavalier
Para los conocedores de la vida
de Teresita, lo primero que llama la atención es la intención de Cavalier de
evitar una «historia». Se ve, en los más mínimos detalles que la conoce a
fondo: el padre es relojero; el formato del cuaderno en que ella escribe; el
uso de los relojes de arena; el detalle minucioso de los pies, la espada y
bandera que usa en la foto de Juana de Arco; Teresita fue atendida por un
médico reemplazante hacia el final de su vida... Los detalles, como decimos,
han sido cuidados al extremo, y sin embargo, para evitar toda «lectura
histórica» muchos se han cambiado ex profeso: se eliminó la barba del padre de
Teresita; la figura exterior de las hermanas y de la madre superiora (María de
Gonzaga) es notablemente diferente. Incluso, como diremos más adelante, en
algunas actitudes sintetiza en un personaje lo que en la vida real son varios.
Quien
quiera ver en la película una historia de la Santa, se verá pronto
desilusionado: falta toda referencia a la conversión de Navidad y a la
infancia; Leonia, la única hermana no carmelita desaparece por completo;
ninguna referencia a Teresita maestra de novicias, a los "hermanos espirituales",
al Acto de Ofrenda, a circunstancias internas en la vida del Carmelo, a las
últimas conversaciones... Pero esto fue expresamente evitado por Cavalier. Para
mostrar lo invisible, debe ocultarse mucho lo visible.
La Historia de la priora
Mucho se ha escrito sobre la
madre María de Gonzaga. Mucho de injusto, mucho de real. Cavalier la presenta
como probablemente haya sido: hoy contenta, mañana rígida. Hoy diciendo una
cosa y mañana la contraria. Por un lado quiere retener a Teresita cuando ésta
le pide ir a un Carmelo de Misión (concretamente Hanoi): «- Ud. será aún más
humilde y quiero verlo»; y por otro, le niega una buena atención médica. Por un
lado autoriza a Teresita a hablar con sor Lucía, y por otro se lo prohíbe. Por
un lado dice que buscará hacerla grande y por otro se lamenta «de haberme
ocupado de usted». Así era la madre Gonzaga: una mujer enferma, que no
persiguió a Teresa, como se afirmó en su momento sino que hizo difícil la vida
a toda la comunidad con su temperamento dominante (paradoja hermosamente
mostrada en la escena en que la priora ordena a Paulina que la flagele:
humildad y arrogancia conjuntamente). El gato de la priora -al cual se le ha
dado más importancia de la necesaria desde M. van der Meersch- aparece como un
detalle circunstancial de esta situación comiendo del pescado que Lucía y la
Santa limpian, y en el diálogo con el médico cuando revisa a Teresa ya enferma
detrás de la reja.
Otro
detalle, que nos pone en escena a Lucía (una de las víctimas de la priora en la
película), es el momento en que estando en la lavandería, deben limpiar las
sábanas que la familia de la priora ensuciaba. Es un hecho conocido que ésta
llevaba familiares a dormir en la hospedería y las hermanas debían atenderlas:
una vez más, su carácter está mostrado por Cavalier. Es a esta madre a la que
Teresita continuamente dice «madre mía» y a la que confiesa su camino, su deseo
de ser santa a escondidas... es a ésta de quien sueña que le dejará de regalo
su corazón. La obediencia y fidelidad de Thérèse aparecen detrás de la amplia
sonrisa de Catherine Mouchet.
La Historia de un padre
Más allá del cambio físico al
que hicimos referencia, Cavalier sabe de los gustos del Sr. Martin por la pesca
y por las peregrinaciones. Al pedirle su hija menor ingresar al Carmelo, su
padre exclama: «Señor, tu amor es feroz». Expresa así el dolor que significa
desprenderse de otra más de sus hijas. Con Teresa ya son tres, como son tres
los frascos de mermelada que debe llevar el padre personalmente al Carmelo
porque no entran en la valija de Teresita, y son tres los pescados que, ya
paralítico por la esclerosis entrega envueltos en un pañuelo.
La
larga y dolorosa enfermedad del padre fue lo que motivó a la menor de las
Martin a solicitar y obtener el agregado de «la Santa Faz» a su nombre de
«Teresa del Niño Jesús». Así, vemos a la Santa rezando frente a la Santa Faz
con motivo de la enfermedad del padre, y llevándole como bálsamo el óleo que
alumbraba este cuadro. El dolor por la enfermedad del Sr. Martin llevó a
Teresita a reflexionar el texto de Isaías 53, donde el Siervo Sufriente tiene
«el rostro oculto tanto que no parecía un hombre». Esta lectura de Teresa se
expresa admirablemente en el gesto del padre de ocultarse el rostro con el
pañuelo en que llevaba los pescados:
«Pensé que era vergüenza, pero es otra cosa... es su secreto», dice
Celina; es el pañuelo de la Verónica.
La Historia de una esposa
Como un ritmo, varias de las
monjas que forman la comunidad, repiten partes del texto del Cantar de los
Cantares, uno de los textos preferidos por Teresita (y que según declaraciones
de María de la Trinidad en anotaciones al proceso de canonización afirmaba: «Me
hubiera gustado comentar: he descubierto en él cosas tan profundas sobre la
unión del alma con el Amado»). Es muy importante prestar atención a estos
textos ya que son casi como títulos de capítulos de la obra de Cavalier.
Podemos decir que las citas del Cantar son la clave de interpretación de las
escenas que se están desarrollando: su entrada, los frutos, los dolores, las
dudas de fe... Esto ha llevado a uno de los expertos en Teresita a exclamar que
la película de Cavalier "es la historia de la Esposa del Cantar"
(Descouvemont).
En
la escena de la fiesta de Navidad, donde el Carmelo recibe de regalo un niño
Jesús (junto con la Santa Faz, las dos imágenes de Jesús preferidas por
Teresita), la priora lo presenta como «nuestro esposo-niño». Es el momento en
que la alegría de Teresita y Celina las lleva a bailar, y donde vemos a
Teresita vendada como ese niño de madera (en su caso, por los sabañones,
producto del frío). Es interesante recordar que para Oriente las vendas del
Niño Dios en los íconos de Navidad recuerdan las vendas del crucificado muerto;
el Niño y el Sufriente, una vez más, están juntos. El Niño Jesús y la Santa Faz
son un «esposo de sangre», el Esposo del Cantar, el Esposo del Carmelo.
La Historia de Lucía
Quizá, para entender bien a la
Teresita de Cavalier, no sólo sea conveniente prestar atención a las citas del
Cantar de los Cantares, sino también a la figura de la hermana Lucía, la
religiosa que termina por dejar el Convento. Sin ninguna duda, podemos afirmar
que Lucia es un auténtico «negativo» de Teresita. Esta hermana es un invento de
Cavalier, y representa todo lo que la Santa no es. Es la única hermana citada
además de la priora, las hermanas de Teresita y sor Aimée, de quien diremos
algo más adelante.
Teresita
es autorizada a hablar con la hermana Marta
de Jesús en el oficio; ello le sirve a Cavalier para un interesante
diálogo, en el filme, con Lucía tanto en la limpieza de los pescados como en la
primera hemoptisis. Viendo que la Santa no puede soportarla (nueva oración ante
la Santa Faz), podemos reconocer en esto a quien ella llama "sor X" en sus manuscritos
autobiográficos, alguien a quien Teresa no le tenía simpatía. En la ropería,
Lucia afirma a Teresita que será su sombra: en esto nos recuerda a María de la Trinidad, una hermana que
quería muchísimo a la Santa, que fue la primera novicia de ésta cuando fue
ayudante de maestras y por quien mostró evidente predilección. En síntesis, Cavalier resume en Lucia una serie
de monjas reales y concretas, pero nos presenta en ella expresamente lo que
Teresita no quiere ser...
Era muy común entonces un excesivo amor al
sufrimiento. Antes de entrar, Paulina le dice a Teresita: El sufrimiento abre todas las puertas." a
lo que genialmente la Santa responde: «¿No es el amor?». Cilicios, clavos eran
comunes, y sor Lucía los usa todos. •- ¿Ud. cree que eso le agrada?"
pregunta Teresita. Cuando antes de morir sor Aimée pide a la enferma Teresita
un recuerdo, ella no tiene nada: «-Ud. no se queda con nada, lo da todo», por
lo que debe conformarse con una uña. En contraposición, Lucia tiene un rincón
propio: «-Váyase, ésta es mi casa», le dice a la Santa cuando la va a ver a la
ropería. Y cuando decide dejar el Carmelo descubrimos que en un cajón guardaba
todo: el traje de su entrada, el ramo con el que entró Teresita y ella se quedó,
las sandalias de la frustrada foto de Juana de Arco, y ¡hasta dinero! Incluso
resulta interesante verla en plena fiesta de Navidad, mientras todas
bailan, con cara triste, y aferrada a la
botella de champagne que les han regalado. La que tenía una linda familia
(Teresita) vive en el Carmelo diciéndoles a sus hermanas: "-ya no estamos en
casa»; «Ud. es una más», como debe reconocer su hermana María. En cambio, quien
no tenía familia (Lucía) no supo encontrarla en el convento.
Las
dudas de fe de Lucía no son como las de Teresita ("un muro que sube hasta
las estrellas" dirá dos veces la Santa), son similares al agnosticismo de
su tiempo: «estamos detrás de un tipo
que murió hace dos mil años, si es que existió». Silencio y sonrisa, y un «si»
es toda la respuesta, es la respuesta confiada de la fe.
la Historia de una enfermedad
Llevada por sor Aimée (en la
película y en la vida real) Teresita pasa sus últimos días en la
enfermería del Carmelo. Allí vemos a la
Santa en los momentos finales, y a los pies de su lecho de enferma, encontramos
a sus hermanas: Paulina trabajando, María buscando distraerla con una ranita,
Celina durmiendo en la cama contigua... Allí la tenemos sufriendo por dentro y
por fuera.
Por
dentro en la crisis de fe que la llevará a decir dos veces que hay «como un
muro que se eleva hasta las estrellas». Está imposibilitada de ver el cielo; y
esto remarcado con la cita del Cantar de los Cantares: «Abrí a mi amado, pero mi amado se había ido. El alma se me salió a su
huida. Lo busqué y no lo hallé, le llamé y no me respondió. Me encontraron los
centinelas, los que hacen la ronda en la ciudad. Me golpearon, me hirieron...»
(5,6-7). El Amado ha desaparecido, ya no le dice nada. Es un diálogo de amor en
silencio. Teresa le cuenta a Celina que reza, y a la pregunta «-¿Qué le
dices?», «-nada», responde la enferma; «- ¿y Él?», vuelve a insistir Celina,
«-nada» vuelve a responder. Sin embargo, todo el amor queda expresado en
pequeños gestos y actitudes, son gestos y actitudes muy de nuestra Santa.
Enfermedad
por fuera: la tuberculosis avanza, y el sufrimiento es intolerable; «sufro»,
exclama en una escena que en seguida comentaremos. Y en medio de tanto dolor,
el extraño momento de una caricia a Paulina con el pie, un hecho real que
muestra cómo buscó continuamente que su dolor fuera disimulado frente a los
demás, cómo buscó ser fuente de alegría y paz... Este hecho, conservado en la
tradición oral del Carmelo está insinuado en las Últimas Conversaciones del 16
de julio/5 (nota de la edición crítica). Del mismo modo, son también
absolutamente reales la referencia al agua de Lourdes, su pedido de un bocadito
de chocolate, la imposibilidad de comulgar por el ahogo, y el hecho de que
jamás se le aplicó morfina por prohibición de la M. Priora... Y en medio del
sufrimiento, el juego.
la Historia de un juego
Un partido de damas con Celina
es la primera escena que destaca Cavalier, y en ese partido de damas tenemos la
escena de Pranzini, el asesino arrepentido. A Teresita le gustaba mucho jugar
¡y ganar! (lo que se ve en la burla de Celina en el partido que comentamos). Es
interesante, entonces, que al lograr la conversión de Pranzini, ella exclame «¡lo gané!» (lamentablemente no bien
traducido por la transcripción al pie). Nuevamente con Celina, hacia el final,
el sufrimiento es atroz (la tuberculosis está tomando el intestino) y ella
inventa un juego: «-cuando diga 'sufro'
responderás 'tanto mejor'», algo que también encontramos en las Últimas
Conversaciones con sor Genoveva (Celina). Es el último juego de Teresita y
también gana. Su vida es presentada así, ¡un juego! y quiere ganar, ganar para
Él.
la Historia de Juana de Arco
Juana de Arco no estaba aún
beatificada, pero Teresita sintió siempre cerca su presencia. Compuso acerca de
ella una obrita teatral en enero de 1894 y otra al año siguiente, conocidas
como recreaciones piadosas: la primera lleva el título de «La misión de Juana
de Arco, o la pastora de Donremy escuchando sus voces», la segunda, «Juana de
Arco cumpliendo su misión». Con motivo de esta última, y ya con Celina en el
Carmelo, es que son tomadas las fotos de la representación (probablemente en
febrero). Conservamos 5 tomas y se ve que hasta en los detalles de los zapatos
Cavalier respetó la fotografía. Pero la enfermedad se declara más tarde y
recién en junio de 1897 es llevada (por sor Aimée) a la enfermería. Teresita,
muy amiga de Juana de Arco, comparó y deseó una muerte como la suya: «(quisiera) con Juana de Arco, mi hermana
querida, pronunciar tu nombre en medio de la hoguera ¡oh, Jesús!» (MsB 3r).
Frente a su martirio, Juana exclama, en la citada recreación piadosa: «¡Él es
mío... qué dulzura! ¡Todo el cielo es para mí!» (RP 3,27). Incluso, Teresita
enferma la cita al hacer referencia a la publicación de su manuscrito (CJ
27.7.6). «Virgen y mártir -exclaman las voces de Juana-, un instante de
sufrimiento te conducirá al reposo eterno...».
Al
hacer el cambio histórico, y mostrarnos en estrecha relación la enfermedad de
Teresa y el martirio de Juana de Arco, descubrimos la relación que hace
Cavalier y volvemos la mente a la enferma en una enfermedad leída en «clave-martirio»
(recordar el amor al martirio que marcó a la Santa y que la película expresa en
la carta de Celina que Teresita lee en voz alta: «un humo blanco se elevó al cielo... ¡Teresa es mártir!»). Pasión de
Juana, pasión de Teresa, Sangre de Cristo.
la Historia de una misión
Al contemplar una estampa del
Crucificado, Teresita descubre su vocación de «salvar almas». «Resolví -dice en sus manuscritos- mantenerme constantemente en espíritu al
pie de la cruz para recibir el divino rocío que caía, comprendiendo que luego
me sería necesario para derramarlo sobre las almas. El grito de Jesús en la
cruz: '¡tengo sed!' resonaba continuamente en mi corazón» (MsA 45v). La
Carmelita se siente devorada de sed de almas (recordar también su sed en la
cama, ya enferma). Es interesante cómo juega Cavalier con la cuestión puesto
que, al terminar de leer en el diario la conversión de Pranzini, hace exclamar
a Teresita: «¡tengo sed!». Su sed de
salvar almas enmarca toda la película, desde el comienzo hasta el final.
A
pesar de sus inmensos dolores, Teresita camina y ofrece el sacrificio por un
misionero: «camino por un misionero»
(DE/MSC 5), exclamará. En la obra la tenemos también caminando, en este caso
por Lucía. Ese caminar marcado por la cruz (recordar la escena en la que
pisando con su pie la cruz que está al borde de su cama, marca su caminar,
"tome la cruz..."; a diferencia de Lucía, que oculta la cruz con su
velo) lo hace, lo ofrece por ella. Su vida está enmarcada, al principio y al
final por una intensa oración por los demás. Esa es su vida de carmelita, su
sed de salvar, de amar a Cristo y hacerlo amar.
la Historia de amor
En verdad, la vida de Teresa es
una vida de amor. Cavalier lo muestra. Toda su crisis de fe parece que la lleva
a distanciarse de Jesús... «Él está
enamorado de usted», le dirá la Santa a sor Lucía... «haga como yo... gáneselo con caricias». Es en la vida cotidiana, en
los acontecimientos de cada momento donde Teresita nos invita a amar a Dios. Es
significativa -y a la vez real- la escena donde la enferma abanica la cruz que cuelga de su almohada. Las Últimas
Conversaciones (30.7.11) la muestran abanicando la imagen de la Virgen y los
santos que tiene prendidos en su cama. Aquí es la cruz. Evidentemente la idea
es la misma. Es lo último que hace Teresita en la película. Es ganárselo con
caricias. Paulina le pregunta si se reconcilió con Él (nueva referencia a su
crisis de fe), a lo que ella responde: «¡está
tan solo!». Son las últimas palabras de Teresita en la película. Así, en lo
simple y sencillo de lo cotidiano, es como la Santa conquistó el corazón de
Jesús. Con caricias, con abanicos, con ternura, con su sonrisa (también
importante en la película y la vida de Teresa). Es la misma escena en que
acaricia a su hermana con el pie: amor a Dios y a los hermanos en las cosas
simples y sencillas: esa es su receta de santidad, es su camino .
la Historia de Teresita
Como sor Aimée, muchos de los
espectadores no entenderemos la santidad de Teresa: «-Usted no tiene luchas».
Como siempre, ella contesta con pocas palabras y una sonrisa: «-¿Usted cree?» Ella. en realidad, nos
representa a muchos de nosotros, que viendo la obra de Cavalier nos
preguntaremos ¿por qué fue santa? ¿qué hizo?
Escenas
de su vida aparecen a modo de brochazos en el filme: su servicio delicado a la
hermana enferma (sor San Pedro), su atención a la hermana moribunda (la última
lágrima de madre Genoveva), la referencia al lavado de pañuelos, la monja que
al pasar las cuentas del rosario le impide concentrarse en la oración, quedarse
dormida en la oración, la escritura de su biografía (terminada a lápiz por no
tener fuerzas para sostener la pluma) ... Muchas aparecen, como dijimos, leve, y
otras no tan levemente retocadas: Paulina fue de hecho priora: los cuadernos
autobiográficos son dos (el primero a pedido de Paulina priora, el segundo a
pedido de la madre María de Gonzaga, ya enferma la Santa: este segundo
cuadernos es, en su formato, idéntico al que la priora entrega a Teresa en la
película); las fotos -como señalamos- son varias; Teresita escribe poesías
(algo insinuado al mostrarla escribiendo)...
«Las
carmelitas -afirma Cavalier- están enamoradas de un hombre que no cesa de
repetir 'soy la vida', 'soy la vida'. Este hombre cubre, para ellas todos los
roles: esposo, padre, hijo... Para conseguir expresar eso, yo he querido
salirme del exceso de imágenes y sonidos que me asaltaban en el curso de mis
días. Estoy seducido por el placer de darle valor a los rostros, de hacer
perceptibles los más íntimos movimientos del alma...».
Lucía,
una vez más, creía poder santificarse con flagelaciones («mi vida es una
masacre» llega a decir), con sacrificio personal (recordar la imaginación de su
escena del leproso) y por contagio (quiere ser la sombra de Teresita, y llega a
beber de su saliva como una manera de comulgar en los sufrimientos) pero olvida
algo: el amor. Teresita busca en cambio el amor en los mínimos detalles: una de
las escenas más cautivantes, a nuestro juicio, es aquella en la que después de
una nueva hemoptisis, se cachetea el
rostro, buscando darle color y vida para que nada deje traslucir al exterior su
enfermedad, su pasión. Es lo que sor Aimée y muchos de los espectadores no
podrán descubrir, y lo que la hace 'meritoria': «Quiero ser una santa a escondidas. Conocida sólo de Jesús». Quiere
ir a Dios con las manos vacías, es el «grano de arena» que no hace sombra...
Quien
haya buscado una historia, seguramente se retirará defraudado. Quien haya
buscado a Teresita probablemente la encuentre. Siempre sonriente, disponible («la
hermanita amén», la llaman, según Lucía), hasta cómica (recordar la escena en que imita al gordo médico
reemplazante -en la vida real, el Dr. La Neele, marido de Juana Guérin, la
prima de Teresita-; es sabido, además, que Teresa era buena imitadora). Cavalier
ha consultado -y él mismo lo afirma- una masa de documentos: no hay detalle
puesto al azar o «porque sí», lo que hace imposible comentarlos todos. Sin
embargo, quienes vayan con espíritu abierto, descubrirán a «la santa más grande
de los tiempos modernos» (Pio X), excelentemente presentada por Catherine
Mouchet. Presentada a brochazos, de modo que lo exterior no oculte lo interior,
lo contemplativo. Palabras como «Totó» (nombre
con que de niña llaman a Teresita en la casa, y que es referido a principios y
final de la película) o como «Thérèsita» (inexistente
en francés -debería ser petite Thérèse- pero fue el primer nombre propuesto para ella antes de entrar al Carmelo en
recuerdo de una sobrina de Teresa de Ávila; y que Cavalier lo pone en boca de
la priora al comunicarle que no podrá ingresar), nos ubican en un contexto
enteramente familiar. Una familia por
muchos desconocida (el Carmelo) y a la que Cavalier nos invita a entrar. Sor
Lucía, aunque dentro, nunca entró, vivió para ella y no fue feliz; sor Aimée
miró desde afuera, y no supo descubrir la impresionante grandeza de la santidad
de la nada pequeña Teresita. Nosotros, como espectadores, estamos frente al
desafío de reconocer o no el paso de Dios en nuestra vida y la de quienes nos
rodean. Estamos invitados a una confianza
y un amor extremos en Dios, a un abandonarnos ciegamente en sus manos, y a
buscarlo y entregarle nuestro amor en las pequeñas cosas cotidianas.
Mucho
se ha escrito sobre santa Teresita. Mucho nada bueno. Se la ha presentado como
una santa rosa, infantil y aniñada. Se la ha presentado como una santa "de
estampita": se la ha mirado con la mirada de sor Aimée. Pero mucho se ha
escrito también viéndola como una gran santa, «la santa más grande de los
tiempos modernos». En este grupo puede ubicarse la obra de Cavalier; y quienes
busquen en ella una figura, una santa, quedarán con la sensación de haber
compartido 90 minutos de su tiempo con Teresita de Lisieux.
Foto de la película tomada de https://funatic.es/gb/dvd-bd-films/therese-dvd-new-film