Reflexión a partir de Tucumán
Eduardo
de la Serna
Era evidente – y lo sigue
siendo – que la oposición, con la complicidad de los grandes medios no iba – no
va – a parar de ensuciar todo lo posible el clima y aire electoral. Sabe que no
gana, y cree que quizás así pueda “arañar” una posibilidad.
Y una de las maneras de “embarrar
la cancha” es “mezclar todo”. Que los justos y sensatos motivos de irritación en
algunos casos se dirijan a “todo” y no a lo que “debe”. Es el caso de lo
ocurrido en Tucumán y – por lo que veo – creo que se deberían distinguir varias
cosas: las elecciones, las denuncias, la quema de urnas, la protesta, la
represión. Cada cosa ameritaría un análisis distinto.
La
denuncia: basta con leer los diarios previos y es evidente que la
queja de los candidatos ya estaba preparada de antemano. Ya habían “decidido”
que iba a haber fraude. Sin duda que el resultado de las PASO los había dejado
muy lejos de cualquier expectativa de triunfo, y sólo cabe decir, como malos
perdedores, “yo no fui”. Pero mirando el mismo modus operandi en Santa Fe y en Buenos Aires, no veo manera de
pensar que realmente hubo fraude. Quizás por aquello de que “en boca del mentiroso hasta lo cierto se
hace dudoso”. Lo cierto es que me parece sensato que el fraude eventual se
denuncie después de ocurrido; hablar de él antes tiene toda la apariencia de
excusa o paraguas.
La
quema de urnas: unas pocas urnas fueron quemadas. Esto
resulta aberrante (y lo pudimos ver en Catamarca hace muchos años). Sin duda
que en esas mesas debería votarse de nuevo. Pero como tanto unos como otros
pueden aparecer como responsables no es fácil saber de antemano quiénes fueron
los responsables. De todos modos, me resultaría comprensible (¡e inaceptable!,
aclaro) que el oficialismo queme urnas si fue derrotado. Pero en la mitad de los
comicios o si las actas muestran el triunfo del partido de gobierno la quema no
tiene ningún sentido. En cambio, sí tiene cierta lógica (¡aberrante!, acoto) en
aquellos que ya desde antes del comienzo hablaban de fraude e irregularidades.
El
resultado: el resultado, detenido el conteo provisorio por las
denuncias, mostraba (en un 81%) el triunfo muy cómodo del oficialismo (un 14%
de distancia). Las denuncias de la oposición deberían hacerse en la justicia,
no en los medios, algo que sólo sirve para provocar o para incentivar pasiones.
El resultado de las PASO, en la que no hubo denuncias de fraude, no debería
ignorarse. Es sumamente sensato pensar que el partido de gobierno mantendría
más o menos esos guarismos. Y todo indica que así ha ocurrido. Todo lo
anterior, y lo que siguió no invalida en resultado de las elecciones.
La
protesta: con denuncias y medios repiqueteando fraude es
razonable que la “gente” saliera a protestar; “ellos” les dijeron que les
habían robado Protesta más o menos serena, o más o menos vehemente según los
protestadores, o los especialistas en eso. Además, las protestas en la Ciudad
de Tucumán, donde la oposición resultó vencedora, tiene garantizada la
concurrencia. Y basta con que haya denuncias, reclamos y medios acorde al
servicio de la causa de los malos perdedores (y del embarrado de la cancha) y el
clima y su ejecución estaban asegurados.
La
represión: el gobierno de Tucumán, y su policía, ya seriamente
manchada en las manifestaciones provocadas desde los hegemónicos, mostraron su
brutal y aberrante capacidad represiva. Con muertos inclusive en el 2013. Y el
gobierno nada hizo para depurarla. Los represores, los que dispararon balas de
goma y los que actuaron en un ejercicio abusivo de la fuerza deberían ser
sancionados e incluso expulsados de la fuerza. Y actuarse muy firme y
seriamente en una seria reforma de esta fuerza policial (y de todas las del
país).
Sin embargo, creo que
debemos estar serenamente preparados para que la perversa y pornográfica
connivencia entre la oposición y los medios concentrados y colonizadores hagan
todo lo que esté a su alcance para ensuciar mentes, y si fuera el caso derribar
gobiernos. Y es sensato saberlo. Y sensato decirlo. Y sensato seguir alerta.
Esto recién empieza.
Foto tomada de www.taringa.net
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