“Si, pero… la guerra”
Eduardo
de la Serna
Debo reconocer que me resulta
muy sintomático el “sí, pero…” Imagen que se suele usar políticamente para
decir que “realmente” la situación X es grave, “pero” hay / hubo otras más
graves en “el otro lado”. Con lo cual no quedamos “pegados” por el “sí”, pero
justificamos el “pero”. Así, estamos en contra de los genocidios, “pero” si
somos turcos, el genocidio armenio no fue tanto, o hubo situaciones que
justifican la masacre, o… Estamos en contra del genocidio nazi, “pero” el de
Stalin fue peor… o el de Mao. O, al revés, nos parece serio lo de Stalin “pero”
lo de Hitler fue terrible. Y así sumamos parcialidades que pretenden ponernos
en el espacio del equilibrio por el “pero”.
En realidad, para empezar, no
sabía que existía una suerte de campeonato mundial de la barbarie humana y que,
además, habría una especie de jueces imparciales que mensuraran y evaluaran. Aunque,
creo sensato reconocer, que, a toda persona, el propio dolor es el que le “duele”
y, en cambio, relativiza los demás. Comprensible no significa justo; ni tampoco
verdadero. Además, creo, sería insensato medir la crueldad humana por la
cantidad de víctimas. Acá es donde suele ocurrir que juega otro lugar el “pero”
… Terrible, sí, pero “no fueron 6.000.000 de judíos”, “no fueron 30.000”, etc. Pero
“no tanto”.
Curioso, especialmente por la
incapacidad de movernos fuera del esquema buenos / malos, nosotros / ellos y
demás caricaturas de la existencia.
Así, me resulta serio que los
que tienen una mirada crítica del actual gobierno toman postura ucraniana sin
ningún análisis (en muchos casos, obviamente, porque están incapacitados para el
mismo), y otros, del mismo modo, asumen una postura rusa sin tampoco análisis alguno.
La guerra es mala, es un
monstruo grande que pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente, esta
guerra y la de ayer… y la de antier. Eso de “guerras justas” ya no se sostiene
más en el pensamiento humanista… o cristiano. Por supuesto que todos tenemos
miradas, y eso implica, parcialidades. Eso es humano. Pero cuando tal
parcialidad impide mirar otras parcialidades, otros dolores, otras humanidades,
el “sí, pero” se transforma en otra cuota de la crueldad.
Me ha tocado ver, leer,
escuchar opiniones de todo tipo sobre el actual conflicto entre Rusia y
Ucrania. Veo parcialidades “sensatas” de un lado y del otro; veo motivos de
horror de un lado y del otro… y veo muertos. Y veo cosas que no me gustan. De
un lado y del otro. Veo tanques, aviones… y muertos. Es decir, personas, es
decir hermanas y hermanos nuestros. Muertos. Nada menos que muertos. Y no hay
muertos bien matados. ¿Seré perdonado por creer que el arduo, difícil y
subversivo camino de la paz es más evangélico? Lo siento mucho, pero no quiero
entrar en el “sí, pero”. El simplismo no ha aportado nada en los tiempos rudos,
y en estos momentos difíciles me parece que lo más difícil es lo más perdurable…
porque sabe ir a las raíces de la realidad, de los conflictos, de las
soluciones. Cuando veo algunos “embanderados” como si de un partido de futbol
se tratara, realmente creo que no es por ese camino que “llegará la paz, ¡al
fin!”
Imagen tomada de https://tn.com.ar/show/novedades/2017/07/19/es-un-monstruo-grande-y-pisa-fuerte-transformers-se-va-la-quinta/
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