Por qué no voté ni votaré a Alberto Fernández
Eduardo de la Serna
Me dicen que “hay que” votar a
Alberto porque es el único garante para que “se vayan” estos. Mirando los
resultados de las PASO no cabe duda que es cierto; no hubo polarización como
quería el gobierno que hubiera, pero sí bastante concentración entre dos
candidatos. Tengo claro, ¡clarísimo!, que quiero que se vayan. Festejaré cuando
se vayan. Pero me parece insuficiente votar a “A” para que se vaya “M”. En ese
sentido no sería garantía de nada. Salvo que “M” no es “A”, pero no me basta.
Me dicen que “hay que” votar a
Alberto porque “lo manda la «Jefa» …” Es evidente que Cristina decidió correrse
a un segundo puesto (no borrarse, no desaparecer, no invisibilizarse, como
propagandiza Macri) en aras a buscar la unidad. Y la unidad es más que una “orden
de la jefa”, es un bien en sí mismo siempre y cuando el proyecto lo sea. Tenga yo
la opinión que tenga de Cristina no me suelo guiar por “verticalismo” más allá
de que entienda que hay criterios, tácticas y estrategias, conveniencias y
tiempos políticos. Pero que “lo diga Cristina” me resulta valioso, me parece
algo digno de tener en cuenta, pero no me resulta motivo suficiente.
Me dicen que “hay que” votar a
Alberto porque fue “soldado de Néstor”, cosa que no discuto. Pero tengo claro
que no estamos en los tiempos de Néstor, que él ya no está, y que en este ínterin
“pasaron cosas”. Gente valiosa o amiga de ayer no necesariamente lo sea hoy… o
mañana (estamos llenos en nuestros tiempos de personas que ayer estuvieron
donde no están hoy y donde no estarán mañana sandwichitos mediante).
Y debo decir que no voté ni
votaré a Alberto por ninguno de estos ni otros motivos semejantes. Voté y
votaré a Alberto porque creo que hay, fundamentalmente, dos proyectos: el del
individualismo del sálvese quien pueda, de la falsa meritocracia emprendedora,
y el de la “comunidad organizada”. Creo que el macrismo aplicó eficazmente un
modelo donde nadie hace nada por nadie, ¡ni siquiera el Estado! y creo que –
con sus más y sus menos, con distintos instrumentos según los instrumentistas,
creo que el peronismo pone en funcionamiento un estado de solidaridad, una
comunidad. Me dirán que “fulano” o que “mengana” esto o aquello, y diré
claramente: ¡me importa muy, pero muy poco! Si hay injusticia, corrupción,
robo, espero que haya un poder judicial independiente que tome las riendas de
la situación y “haga justicia” (es decir, algo en las antípodas de los actuales
habitantes de Comodoro Pro a los que les deseo una pronta y eficaz jubilación),
pero tengo claro que una cosa es uno, dos o mil corruptos y otra muy distinta
es un sistema que es corrupto en su ADN, como es el neoliberalismo. Es porque
quiero otro país, otro proyecto, que voto otra dirección. Es porque miro a lxs
pobres y lxs niños, lxs jubilados y lxs desocupadxs, lxs enfermxs y lxs
docentes, lxs que viven al borde de los arroyos o en las “cómodas calles” de
Larreta, lxs que tienen frio o se mojan con la lluvia, los y las que se inundan
porque Martiniano no sabe hacer ni una empanada de verdad. Mirando a todas y
todos ellxs y mirándolxs como hermanxs es que voté y voto con esperanza. Por
eso sí voto. Después sí, espero celebrar y cantar que se van y brindar por un
mañana que incluya a todas y todos en la fiesta de la vida.
Foto tomada de www.eltucumano.com/noticia/actualidad/256220/nogales-intentaron-realizar-voto-cadena
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