lunes, 11 de enero de 2016

La resistencia, el desierto y las flores

La resistencia, el desierto y las flores


Eduardo de la Serna




A pesar de todo su poder, los romanos – el imperio – no logró conocer el cero. Ese no-número no podían pensarlo. Dicen que los mayas sí.

A pesar de la importancia que tuvo el alambrado para las comunicaciones revolucionarias del EZLN en la insurgencia salvadoreña, muchos seguimos creyendo en la importancia de “Desalambrar”. Especialmente cuando se refuerza el cepo informativo en lo que muy lúcidamente Florencia Saintout llamó “latifundio semiótico”.

El “bueno” de Cambiemos (porque decían que había halcones y palomas), Lombardi – ese que decía que había que escuchar todas las voces (claro que no dijo que se refería a todas las voces PRO) arrasó con los programas de la TV y la radio pública que expresaban una cosa distinta al pensamiento único (quizás lo de pensamiento sea una exageración, al menos en muchos casos: no le reconozco eso a más de uno). Y brevemente me pregunto…

“No hay que perseguir al que piensa distinto”, decían aunque ahora revisan hasta los Facebook no sea cosa que alguno esté unido a “resistiendo con aguante”, no sea que alguno quiera escuchar a Sandra, Nora, Cynthia, Edgardo, Mario, Luciano, Roberto, Victor Hugo - y desde antes, Liliana - y tantos otros.

Mi pregunta es esta: así como todo parece indicar que “pobreza cero” no significa que los pobres dejen de serlo porque “suben en la escala social” sino que simplemente los pobres deben desaparecer. “Escuchar todas las voces”, ¿no querrá decir lo mismo? No hay pobres porque migraron, o desaparecieron, no hay otras voces porque manejan taxis o escriben o hablan en medios inexistentes. En los márgenes, entre los sobrantes. Es la política del country… lo de “afuera” no existe. O la de los “centrales” que hablan del “mundo” (reinsertarnos al mundo, en el mundo se nos mueren de risa, “todo el mundo") con 4/5 partes del “mundo” en las periferias.

A lo mejor, eso es lo que entienden por “cero”. Que los pobres desaparezcan, las voces opositoras desaparezcan, y “nosotros”, los que son “como uno” podamos vivir, gobernar, pensar, y hacer pensar y decir a los que no han sabido “resistir con aguante”.

A lo mejor por eso me gustan los cactus: resisten el frio, el calor, la seguía, y dan flores hermosas. Y si es necesario, evitan ser agredidos simplemente en resistencia y auto-defensa. Serán tiempos duros, cerrarán muchas voces, y el “latifundio” pasará en sus Medios el hit del verano, las buenas noticias, bailes y sonrisas pro. No me cuenten. Prefiero estar en la sequía con los compañeros y compañeras que apostamos por una vida que sea digna para todos. Y volverán a floreces las flores, no podrán detener la primavera.


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