Nueva carta abierta a (¿ex?) votantes macristas
Eduardo de la Serna
Hace algunos meses les escribí
una carta. Hoy quiero reincidir en mi tozudez.
No pretendo decir nada nuevo,
sólo seguir pensando. Mientras seguía en vivo las elecciones de México (por el
canal de youtube de la UNAM)
entrevistaron a uno que, creo que, era profesor universitario. Hablaba de las “fake news”, la posverdad y la
concentración de medios. Esto, en México, fue muy importante hasta el punto que
se decía que Peña Nieto, el presidente saliente, había sido “puesto” por TV
Azteca (y se filmó una interesante película “la dictadura perfecta” que sirve
también para pensar las realidades de otros países, Argentina incluida). Y lo
que afirmaba el entrevistado es que la dificultad de enfrentar y desarticular esta
“mentira organizada” es que ésta no se dirige a la razón sino a los
sentimientos.
Si el neoliberalismo es “el
capitalismo del «me gusta»” (Byung-Chul Han) el académico decía que el éxito de
la posverdad es provocar las emociones y entonces, enojados, se reenvía todo lo
que llega al instante y sin pensar. Por eso recomendaba – así como le decimos a
alguien enojado que no conteste sin contar hasta 10 – que no se re-tuiteé sin
contar antes hasta 10.
A lo que quiero llegar es a
que durante años y años a todos nos bombardearon con noticias que fueron
provocando nuestro enojo. Y nos llenaron de slogans y de “verdades” que no se
sostienen en sí mismas, pero nunca caen porque debajo y detrás tienen otras “verdades”
que a su vez se edifican sobre nuevas “verdades”. Ese castillo nos da fuerzas y
seguridad. La fuerza y seguridad del odio inyectado por años, día a día, y
nunca desarmado.
Y podemos ver que todas las
promesas fueron mentiras, y que todas las afirmaciones, todos los “sí, se puede”
y todos los cantitos y bailes mostraron la oquedad de su sinsentido, pero es
mucho más fuerte el odio (a “la yegua”, por ejemplo, o al “populismo”, o “la morsa”,
o la “corrupción”…). Y la revista Forbes
puede publicar “las 50 fortunas más grandes de la Argentina” y veremos allí a
Macri, a Caputo, a los herederos de Ernestina Noble, a Magneto, y no están
Cristina ni sus “cómplices”... pero igual, el odio es más fuerte.
Y, claro, esta carta tiene en
sí misma su propia contradicción ya que -siempre siguiendo al académico
mexicano- los argumentos posverdaderos no se dirigen a la razón sino a los
sentimientos, y esta carta pretende ser razonable.
Y podremos ver que estamos ya
en el tercer “segunda semestre” y todo va cada vez peor, ya ni inversiones anuncian,
sino que proponen propinas, pero “el odio es más fuerte” (remedando a “Tanguito”).
Y uno escucha decir a la doctora del odio y la autorreferencia decir que estamos
bien porque viene de EEUU y está lleno de argentinos (y también en Rusia, y en
el caribe… sí, claro. Un país para el 10% permite que 4,3 millones de
argentinos estén de fiesta; el “problema” son el 90%, esos que tienen frio,
hambre, desocupación…).
Aclaro que no me dirijo a “todos”
los votantes macristas. Me dirijo a los inoculados de odio. Y por eso lo hago
hoy, 4 de julio. El macrismo “duro” celebrará hoy su fiesta patria, “otros”
esperaremos cinco días más para celebrarlo en las calles. Y, de verdad, nos
gustaría encontrarlos allí. La independencia no es algo que “conseguimos” ¡y
ya!, sino algo que debemos edificar en el día a día, y algo que supone también
obstáculos, y hasta adversarios. Y a veces también personas que se equivocan,
pero pueden “volver”. Una Patria y Matria la hacemos en el día a día de todos
los días. Y también a ustedes los necesitamos si quieren “tirar para el mismo
lado”. A unos, los odiadores, les deseo que les vaya bien hoy en “su” fiesta en
“la” Embajada; a otros – en especial a los que no les va nada bien – les quiero
decir que muchos, y ojalá cada vez más, seguiremos luchando por muchos días
celestes y blancos de vida, tenacidad y esperanza compartidos.
Foto tomada de http://nos-comunicamos.com.ar/node/4650
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