Una
breve nota sobre la “ideología de género”
Eduardo
de la Serna
Antes que nada, quiero señalar
que creo que el tema de la que algunos llaman “ideología de género”, si se lo quiere mirar con seriedad,
profundidad y respeto, es un tema muy extenso y muy amplio. Un buen análisis
ameritaría gente preparada, respetuosa, abierta al diálogo y la discusión. Y no
soy yo quién pueda hacerlo (no es un tema en el que me haya metido a
investigar).
Sé que hay muchas y muchos
investigadores con muchas y muchos puntos de análisis, teorías, enfoques que –
si se quiere ser serio y no dogmático, o caricaturesco – harían necesario un
buen debate.
Quiero señalar tres elementos
previos:
+ Hace años pude escuchar un
video de un obispo peruano, Héctor Vera Colona, Opus Dei, obispo de Ica, hablando
de lo terrible que representa la ideología de género (“es lo peor que nos puede pasar” repitió el cardenal Cipriani, Opus Dei).
Quizás respondiéndoles, el ministro de Cultura (Perú), Salvador del Solar, afirmó
que en el nuevo Currículo Nacional “la
ideología de género no existe”.
+ Hace menos años, en Colombia,
se realizó un plebiscito para apoyar o no los Acuerdos de Paz con la guerrilla
de las FARC. Algunos obispos, y especialmente, el “auto-percibido obispo”
Alejandro Ordoñez (Fraternidad Pio X), entonces procurador general de la Nación,
hicieron campaña en contra de dichos acuerdos señalando que tenía “ideología de género” (incluso recuerdo
haber discutido con una señora uribista que afirmaba que los acuerdos apoyaban
el matrimonio igualitario. Yo los había leído íntegramente y le afirmé que eso
era falso, pero no me creyó. Ni siquiera existe la palabra “matrimonio” en
todos los acuerdos). La Conferencia Episcopal colombiana esperó el fracaso de
los acuerdos para afirmar que no había tal “ideología
de género” en los textos.
+ Ahora podemos escuchar un
video dizque explicativo de un cura, Gustavo Lombardo (Instituto del Verbo
Encarnado) en una casi payasesca “conferencia” mezclando absolutamente todo.
Que haya un chiflado que se crea Napoleón no transforma a los profesores de historia
en perversos, ¿no? Y dejo de lado las tonterías teológicas del sujeto (¡”se pueden probar históricamente los milagros
y la resurrección”, afirmó el gracioso!). Para cerrar su “ideológica”
intervención termina citando al pbro. Alberto Escurra. Pareciera que citar a Goebbels
le pareció demasiado.
Para empezar, me resulta
curioso que toda la derecha, que antes veía demonios y serpientes en el
marxismo, encuentra ahora un nuevo enemigo en la “ideología de género” (aunque Lombardo las relaciona, para ser
justos… “La izquierda”, demoniza). Además, en su “emboyeré” [maravilloso término guaraní que indica mescolanza, confusión,
“tohu wabohu”] ideo-pseudo-teológico
mezcla la supuesta ideología de género con cualquier cosa que aluda a género,
con lo que dinamita hasta la gramática. Casi nadie en su sano juicio, por
ejemplo (es decir casi nadie que no sea de estas derechas) cuestiona una
teología de género; nadie niega que hay elementos que son construcciones
culturales; nadie ignora que hay diferentes miradas, filosofías, teologías,
antropologías, sociologías, salvo quienes creen en el discurso único de la “sana
teología”, que es la de ellos y no otra. Y nadie ignora – salvo los miopes bonsái
ideo-teológicos – que, viviendo en una sociedad plural, los cristianos podemos presentar
y decir una palabra (aunque en lo personal, si esa palabra la dijera Lombardo,
la UCA o el Dr. Albino, yo “paso”) pero que sería sano, respetuoso y razonable
escuchar las de otros.
Por ejemplo, yo no sé si
estaré o no de acuerdo con Judith Butler, pero creo que sería muy sensato
escucharla, leerla y comentarla. No es una “tontita” que anda por el mundo
tirando slogans perversos (eso me resulta más acorde con los tres casos arriba
citados), propone ideas (¿alguien no?), y, si no estuviéramos de acuerdo, sería
lógico argumentar alternativamente. Escuchar tonterías, como las del cardenal
Sarah, prefecto de la congregación para el Culto y los sacramentos, que existen "dos fuerzas diabólicas: el ISIS o Estado Islámico y la teoría del
género" (mayo de 2016) no contribuyen al diálogo, ciertamente.
Y, en nuestro caso, no ayudan en nada a que, si el tema se tratara o debatiera,
alguien manifestara interés alguno en escuchar lo que los cristianos tenemos
para decir.
Lo cierto es que mirando
quiénes son los que hoy levantan las banderas de la lucha contra la “ideología
de género” debo decir que “ideológicamente” me siento en las antípodas. Pero,
como dije, no es un tema que haya profundizado (aunque me llame negativamente
la atención quiénes son los “enemigos”
de la ideología en cuestión, lo repito). Como dice un compañero: “no estoy dispuesto a meterme en la cama de
los demás”. Y – añado – no estoy dispuesto a tratar a nadie como “tontos”
(infantilizados) que necesitan que nosotros les digamos lo que está bien y lo
que está mal. Sí creo que es bueno que, quienes están seria y respetuosamente
preparados para ello, dialoguen y presenten miradas que ayuden a pensar juntos
y con todos, un mañana mejor para todos, todas y todes.
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