Sr. Representante del F.M.I.
Sr. Anoop Singh:
Quilmes, 12 de abril de 2002
Estimado Sr. Singh:
Dado
que Ud. ha tenido la delicadeza de hacer público dibujos y cartas que le han
enviado niños desde la Provincia de Salta, o que ha recibido deudores en su
propio Hotel, me atrevo a escribirle como ciudadano, y como alguien que
escuchando de cerca las voces de la gente, cree que en algo la representa.
Para
empezar le aclaro que no creo que Ud. pueda entenderme cabalmente, un ciego no
puede entender qué es el color verde, un varón no puede entender un embarazo,
un banquero no puede entender a los pobres. Quizá para entender bien cómo vive
la gente, y cómo sufre, sería bueno que Ud. venga por un mes a uno de nuestros
barrios del Gran Buenos Aires y viva en una casita. Creo que el Gobierno está
en capacidad -al menos por ahora- de darle unos $ 150 por ese mes. Además, con
las capacidades que Ud. habrá adquirido en su India natal, seguramente podrá ofrecer
cosas manuales que luego puede canjear en algún club del Trueque lo que le
permitirán hasta algunos lujos (recuerdo a Ghandi y la importancia que le dio a
eso).
Haría
Ud. trampa si viniera a nuestros barrios con remedios, ropa o computadora; de todos
modos, no se preocupe ya que los hospitales municipales seguramente lo
recibirán con la cordialidad y dedicación que caracteriza la bondad de nuestra
gente, y es de esperar que en este mes no tenga grandes contratiempos;
lamentablemente la cordialidad no reemplaza los medicamentos, radiografías,
vendas, inyecciones y esas cosas, pero es todo lo que podríamos darle por el
momento. En Cáritas de alguna parroquia o capilla le podrán suministrar algún
abrigo, y si tiene suerte, hasta calzado. La computadora seguramente no le será
de utilidad ya que, como han vuelto los apagones súbitos, y además es peligroso
“engancharse” a la luz, seguramente podría dañar su equipo.
Eso
sí, como seguramente no está acostumbrado, le recomiendo tomar algunas
precauciones:
1. ¡Cuidado con la policía! Aunque Ud. no lo crea, la policía -que
cobra sueldos miserables, y vive en nuestros barrios, responde más a los
intereses de los que tienen poder, y entonces, si lo ven a Ud. en una actitud
que ellos consideren “extraña”, podrían lastimarlo. Especialmente en los
últimos meses están un poquito violentos, y hacen ostentación de armas con
bastante frecuencia. Esto, lamentablemente, incentivado con algunos
pseudo-periodistas impunes amigos del “gatillo fácil”.
2. ¡Cuidado con los especuladores! Como es posible que la situación de
necesidad lo lleve a una ligera angustia, tenga cuidado con ofrecer algo: un
reloj, un anillo, una cadena. Hay sectores peligrosísimos que se aprovechan de
la desgracia ajena y pueden ofrecerle muy bajo pago aprovechándose de eso, y
después pedirle altísimos intereses. Además, parece que cuentan con
complicidades internas y externas que les garantizan que aunque delincan no les
ocurrirá nada. Especialmente, porque parece que derogarían algunas leyes en ese
sentido.
3. ¡Cuidado con la violencia! Afortunadamente Ud. vino solo, sin su
familia y en ese sentido tendrá Ud. una ventaja. Pero tenga igual cuidado; la
situación lo puede llevar a sentir mucha “rabia”. Y entonces querrá robar para
comer, o para abrigarse (¡y está lloviendo mucho!) y entonces puede pasar que
la posible víctima reaccione. Yo le sugeriría un poco de resignación (es en la
India donde hay faquires, ¿no?), al fin y al cabo en su caso sería sólo por un
mes.
Realmente
-será mi ignorancia- no puedo creer que Ud. pueda conocer la realidad argentina
mirando papeles, o números, en automóviles importantes y en trayectos
prefijados. Por eso me atrevo a hacerle esta sugerencia. Incluso, si Ud. la
aceptara, podría conseguirle la casilla en algún asentamiento de la zona, que
por ser Ud. seguramente no le cobrarán, al menos el primer mes. Y quizá así,
conociendo “la realidad” desde adentro, a lo mejor Ud. empiece a mirar las
cosas de otra manera. Piénselo, puede ser un mes muy beneficioso para Ud. y
seguramente lo será para tod el Pueblo argentino.
Cordialmente
Pbro. Eduardo de la Serna
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