Saber o no saber
Eduardo de la Serna
Hace
unas semanas, la hija y nieta de unos amigos me dijo que “Milei sabe mucho”. El
otro día lo escuché y en 5 minutos tiró 3 o 4 autores. Y me dije “a lo mejor
sí, sabe mucho”. Claro que, y es el punto de partida, creo que la cosa no es
saber mucho sino saber bien.
Y
recordaba a uno de los mejores profesores que tuve en la facultad que decía que
“un profesor convence o por los muchos libros o por el mucho saber”. Y al
recordarlo empecé a pensar en lo de Milei. ¿Qué necesidad hay de ametrallar con
autores en el bunker electoral? La necesidad de que crean que sabe, por cierto.
Pero
después lo escuché, otra vez, haciendo referencias y citas bíblicas. Y tiró así
nomás, dos al hilo. Y, si bien es cierto que no conocía los autores que
mencionó el otro día, porque no son de mi ámbito de pensamiento y lecturas, sí
conozco las citas bíblicas, de las “Sagradas Excrituras” (así lo dijo; citó “Samuel
8” [sic] y “Lucas 3”) que le escuché comentar. Y, para decirlo sencillamente,
¡dijo barbaridades! Mostró una ignorancia supina, pero - ¡eso sí! – citando como
si supiera. Y, me pregunté, ¿acaso no ocurrirá lo mismo con las otras citas a
las que aludió? El que no sabe de Biblia creerá que de eso hablan los textos que
refirió y dirá “¡cómo sabe este tipo!” De eso se trata… ni siquiera de que el
tuerto es rey, sino de que, poniéndose la máscara de persona de letras, muchos
creerán en lo que digo, por fascinación del cómo lo digo.
Pero,
por otro lado, escuché la nada misma, los meros slogans. La negación y el
disimulo de la pandemia, del pasado reciente, ¡muy reciente! Simulado con un
mero enroque…
Y
me preguntaba por la sabiduría. Y la sabiduría popular. No la expresada en otros
slogans tipo “el pueblo nunca se equivoca”, “los pueblos no se suicidan” y
demás. Sin compararlo con nada del presente, porque no es comparable, ya Erich
Fromm se preguntaba por el pueblo alemán y su apoyo al nazismo. Creo que la
verdadera sabiduría es la que nace del “sabor”, del disfrute y el goce de la vida
(no de momentos de la vida, que es otra cosa). El sabio es el que sabe vivir, y
– a veces – hasta sabe morir. Ojalá el pueblo sepa, y no se equivoque… no se
suicide. Simplemente ese es mi deseo. Que no lo engañen con las miles de cosas
que en la historia se usaron para entrampar, desde “espejitos de colores”,
hasta el orgullo de la raza, desde la “Argentina potencia” hasta “¡ze dobadon
tó!” Sepa… sepa el pueblo votar.
Dibujo
tomado de https://www.elquintopoder.cl/chile-2030/rescatar-la-sabiduria-popular/
Que haces Eduardo? Como estas? Lo de Milei lo comparto, esta en un extremo, y es un extremo absurdo y peligroso.
ResponderBorrarPero tus defensas al kirchnerismo, no están en un tono similar, a veces defendiendo cosas indefendibles? Porque yo te entendía siendo peronista, quizá no compartiendo muchas cosas, pero lo entendía.
Pero el Kirchnerismo es un cuasi espejo de Milei: absurdos y peligrosos, pero en el extremo opuesto.