¡Que suerte tienen! Me dan un cachito de envidia
Eduardo
de la Serna
Al
ver las repercusiones que están provocando los nombres que se han hecho
públicos a raíz de los llamados “Pandora Papers” me surgen unas preguntas y –
además – una sensación de envidia.
No
creo que estas revelaciones sean “inocentes”. Es cierto que las actitudes “conspiranoicas”
no suelen ser sensatas en ocasiones, o estar bien direccionadas en otras, pero
no podemos dejar de pensar que “alguien/es con mucho poder las hace públicas”. E
ignorar que los viejos servicios de inteligencia y espionaje, tan usados en la
guerra son muy bienvenidos en el mundo de los negocios (que – en lo personal –
dudo que sea muy diferente al de la guerra). Eso no quita que los datos comunicados
sean veraces. Creo que son verdad, aunque seguramente “no toda la verdad”. Es
bien posible, por ejemplo, que unos investiguen a otros de su mismo rubro y, al
revelar datos (¿todos? ¿algunos? ¿los que convienen?), estén invitando a
cambiar de “paraíso”. “El nuestro es más seguro y los papeles secretos no se
revelan”. Es oferta y demanda, que le dicen. Diría que es “la mano invisible
del mercado” pero, en este caso, no es tan invisible.
En
lo personal, celebro cada información de este tipo, sin la ingenuidad de creer
que “la verdad” sale a la luz. Y, por eso quiero contar una anécdota personal (algo
dije en otra ocasión).
Cuando
el pasquín de doctrina hizo públicos, tardíamente para beneficiar a Macri,
obviamente, en tiempos electorales, e informado él con anterioridad, los Panamá
Papers, en un programa de radio me entrevistó Carlos Polimeni; allí yo dije que
si Macri tuviera dignidad – palabra que desconoce – debería renunciar (aunque
no puedo lograr imaginarme gobernados por Gabriela Michetti, por cierto); del mismo
modo que lo hicieron en otras partes del mundo otros implicados en esas
revelaciones. Por ese entonces yo había escrito en mi blog (y había trascendido
un poco) una nota sobre el famoso, y mal interpretado “den al César lo del César
y a Dios lo de Dios” que, en realidad, debe leerse “devuelvan” (no se trata de
dar, sino de devolver, lo que ciertamente es diferente). Lo cierto es que, días
después me llamó, cordial, la productora del programa de Guillermo Lobo en
radio Mitre para hablar sobre lo del César y lo de Dios. Como acepté la
entrevista, esta se concretó y en ningún momento me preguntó el entrevistador
sobre lo acordado: todo el tiempo me ametralló por qué no había yo pedido la
renuncia de Cristina (sic). El tema era Cristina no Macri. Punto.
Todos
sabemos y recordamos al fiscalete con retroexcavadoras agujereando la Patagonia
en búsqueda de contenedores llenos de dinero. Es decir: (1) como Cristina no
tenía dinero en los Panamá Papers, ni en Luxemburgo, ni en otros “papers”
revelados, DEBÍA tenerlos escondidos en otro lado; (2) es evidente que, si se
encontrara, ESE dinero es el que es mal habido, no el de Panamá y otros “paraísos”
o guaridas; (3) es evidente que las máquinas excavando eran imagen visible de
la búsqueda de un tesoro escondido por piratas; la imagen de la “búsqueda del
tesoro” cala bien hondo, ¡y listo! Una vez más el espejo macrista salta con
todos los “tapones de punta” a condenar, indignar y provocar odio en los otros
(siempre con “K”) por algo que en realidad ellos tienen o hacen.
Pero
ahora, Pandora mediante, encontramos otros presidentes (o ex) cuyos nombres se
revelan como fugadores, escondedores, es decir opacos. Y resulta que se habla
de juicio político a Piñera, y que Lasso debe dar explicaciones públicas
(irónicamente diría que no puedo imaginarme a alguien del Opus Dei con manejos
turbios de dinero). Y me da envidia que no haya pseudo periodistas que
entrevisten preguntándoles cualquier cosa (y con vehemencia violenta) para
desviar el tema. ¿Por qué los que piden estas investigaciones a sus gobernantes
no deben someterse a eso? ¿Por qué a mí? Aunque habrá que ver si en los
próximos días Lasso no muestra a Rafael Correa con un parche negro en un ojo y
un loro en el hombro, o si Piñera no expone a la inocua Michelle Bachelet en
una cantina bebiendo ron. Al fin y al cabo, algo deben aprender de los de
guante blanco de estas tierras.
Claro
que el show debe continuar… y Messi, Mascherano, Shakira y Julio Iglesias pueden
mostrar cómo hicieron su dinero, aunque evadan impuestos… muchos empresarios
quizás también (aunque en estos casos, les creo menos… ya es evidente que los escándalos
de corrupción implican corrompedores, y no es tan grave “el que peca por la
paga” como “el que paga por pecar”)… y los dirigentes políticos recurrirán a
sus amigos periodistas (o, a veces no amigos, pero en ocasiones se puede
obtener de ellos buenos favores después de “espiarlos un cachito”), y a buenas
campañas de indignación mostrando a todos y todas que eso que yo tengo / hago
es indignante que lo tenga / haga Cristina / Lula / Correa / Lugo / etc… “Nada
por aquí… nada por allá”.
Imagen
tomada de https://ar.pinterest.com/pin/538602436662325789/
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