Jesús y las ciudades
Eduardo de la Serna
Todos conocemos, aunque no entremos en detalles
precisos, que no es lo mismo una ciudad que una aldea, un caserío que una
villa. Nadie llamaría ciudad, por caso, a una aldea de 200 habitantes.
En la antigüedad, por ejemplo, las ciudades eran
amuralladas, de modo que las puertas de ingreso y egreso eran vigiladas (y
cerradas). Pablo, por ejemplo, que tuvo problemas, sin duda políticos, con las
autoridades, se encuentra en dificultades para salir de la ciudad de Damasco ya
que el representante del rey Aretas lo quiere capturar y tiene guardias en la
ciudad para hacerlo (2 Cor 11,32). Una ciudad, entonces, tiene una organización
(y su burocracia) que no tiene un villorrio o un poblado. Esa burocracia
incluye lo político, lo religioso, lo militar, etc. En una ciudad, además, hay comercio,
y hay autoridades (sean autónomas o dependientes de una autoridad superior,
según el caso).
La arqueología ha hecho visibles lugares antiguos, y
nos ha permitido saber el terreno ocupado, la alimentación, la vida social,
cultural, religiosa; y en ocasión conocer las vestimentas, los instrumentos
musicales y la defensa.
Es interesante que, Antipas, para reconstruir la destruida ciudad de Séforis y para edificar Tiberias (en honor al César Tiberio, claramente) entre
los años 17 y 22 d.C., necesitó muchos artesanos de los alrededores. Un “carpintero”
de Nazaret (distante a menos de 10 kilómetros de Séforis) es muy posible que haya sido
contratado y que él y su hijo hayan estado trabajando allí.
Por ejemplo, en la región de Galilea existen sólo esas
dos ciudades: Séforis y Tiberias. Ambas nos remiten a Herodes Antipas en su
gestación o remodelación. Ambas se encuentran junto al lago de Galilea. En ambas hay
edificios, teatros, hipódromos, sedes de gobierno. Es interesante que, por lo
que sabemos por los Evangelios, Jesús, el Galileo, jamás estuvo en ellas. La
única ciudad donde Jesús estuvo - sí atravesó algunas, como es el caso de Jericó - fue en el sur, en Judea: Jerusalén. Es evidente
que Jesús desarrolló su ministerio fundamentalmente en ambientes campesinos, no
urbanos, y por eso sus ejemplos, como es el caso de las parábolas, son propias
del ambiente campesino; desconocemos, en cambio, si Jesús conoce algo del
ambiente ciudadano (por ejemplo, la palabra “hipócrita” significa “actor”;
Jesús ¿conoció un teatro, por ejemplo, en Séforis?). Si miramos los Evangelios
veremos que allí se suele hablar de la ciudad de Nazaret (Mt 2,23; Lc 2,4) o de la
ciudad de Cafarnaúm (Mc 1,33; Lc 4,31) o de Betsaida (Jn 1,44). Ahora bien:
Betsaida ronda los 3.500 habitantes, Cafarnaúm los 1.700 y Nazaret no llegaba a
los 500; en un sentido preciso, nadie llamaría hoy “ciudad” a ninguna de estas.
Todo judío religioso procura – especialmente si vive en las cercanías – peregrinar a Jerusalén (en línea recta de Cafarnaúm a Jerusalén hay menos de 130 kms.); eso implica que, con seguridad, Jesús visitó en varias ocasiones la “Ciudad Santa”. La población de Jerusalén crecía exponencialmente para las grandes fiestas de peregrinación (Pascua, Pentecostés y Tabernáculos) con lo que los poblados vecinos (como Betania) se veían llenos de gente; se dice que Jerusalén tendría unos 55.000 habitantes y, por ejemplo, para una Pascua llegaba a 180.000; esto provocó, concretamente, el surgimiento de gran cantidad de bandidos y ladrones aprovechando la peregrinación y el dinero que se llevaba, por ejemplo, para las ofrendas. Precisamente para evitar tumultos y el quiebre de la “pax romana” es que el procurador romano, que se asentaba en Cesarea Marítima (125 kilómetros de la ciudad), iba con su guarnición militar a la ciudad (ese es el contexto del encuentro de Jesús con Pilatos). En Jerusalén, por la centralidad religiosa, el eje de todo lo constituye el Templo (cosa que, para los judíos, no ocurre en ninguna otra ciudad o localidad; las sinagogas no son templos sino casas de oración); obviamente, en las ciudades del imperio romano sí había varios templos a los muchos dioses y diosas de la ciudad o de los visitantes. Todo eso conformaba una ciudad en su ambiente.
Foto de la arqueología de la ciudad de Séforis
tomada de https://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%A9foris
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