Dalila, ¿una mujer traidora?
Eduardo
de la Serna
Recién hemos comentado acerca
de la persona de Sansón. Allí señalamos que, aunque el marco parece legendario
y folclórico, hay un trasfondo religioso. La fuerza monumental de Sansón no
está dada por el cabello sino por su consagración a Dios de la cual el pelo
largo es su manifestación visible. Los filisteos, un pueblo guerrero, tienen en
él un feroz enemigo al que precisan someter para así poder dominar la región.
Ellos están, momentáneamente, en una pequeña región al sur de Judea donde
ocupan cinco ciudades: Ascalón, Asdod, Ecrón, Gat y Gaza [es lo que actualmente se llama la franja de Gaza].
El relato de la relación de
Sansón y Dalila es muy breve, y ocupa unos pocos versículos de la Biblia, en el
libro de los Jueces (16,4-18). Sansón, en cambio ocupa – como ya lo hemos dicho
– unos capítulos más (de Jue 13 a 16).
Es interesante, a modo de
curiosidad, un cierto juego de palabras que se descubre en el texto hebreo:
Dalila se asemeja a “layla”, que en
hebreo significa “noche” y Sansón recuerda a “shemesh” que en hebreo es “sol”. Los cuatro intentos de Dalila de someter
a Sansón con las supuestas razones de su fuerza que pretenden ser controladas, ocurren mientras este duerme (vv.6-9.10-12.13-14.16-22).
Pero Sansón, más allá de su
fuerza, como lo vimos, es sumamente inestable en su relación con mujeres.
1.
En Jue 14,1-15,8 se enamora de una filistea de
la región de Timná que luego de “asediarlo” (14,17; 16,16) lo traiciona con una
adivinanza que él había hecho, haciéndolo fracasar en el intento de ganar una
apuesta.
2.
En Gaza (16,1-3) también tiene relaciones con
una mujer. Ambas son filisteas.
3. Finalmente se enamora de Dalila, que es de la región del valle
Soreq (única vez que se menciona en la Biblia); todo indica que ella también es
filistea. Tres veces Sansón le dice falsamente el secreto de su fuerza (los
jefes de los filisteos le ofrecieron a Dalila mucho dinero a cambio de su
secreto) pero Sansón no quiere darse cuenta que Dalila lo está engañando;
parece que el “amor por las mujeres” es su verdadera debilidad.
En Jueces 16,4-18 se narra toda la relación entre ambos (luego de esto, Dalila desaparece y no es mencionada nunca más en toda la Biblia), y – tal como la presenta el autor del texto – la imagen que queda de ella es siempre la de una mujer malvada y traidora, sin tener en cuenta que es Sansón quien no parece tener razones en pretender que una filistea no sea fiel a su pueblo. De hecho, como dijimos, la mujer de Timná también lo traiciona (14,15-18). En 15,12 se nos cuenta que 3000 hombres de Judá entregan a Sansón a los filisteos, es decir, en este caso son los suyos. Es razonable preguntarse por la sensatez o credibilidad ingenua del hombre de Dios; parece una persona bastante fácil de confundir; resulta demasiado simplista responsabilizar (como siempre) a las mujeres de la torpeza de un varón, en este caso. Un valiente que no teme enfrentar un ejército entero y es capaz de vencerlo, pero que no resiste el “asedio” de las mujeres.
El relato finaliza – ya desaparecida de la escena
Dalila – y los filisteos dejan claro que para ellos no ha sido Dalila sino su
Dios “Dagón” quién ha puesto en sus
manos al enemigo Sansón (16,23), y por eso hacen una fiesta en su honor (ver 1
Sam 5,1-7). Parece que Dalila no fue, a fin de cuentas, la responsable (o al
menos no fue la perversa responsable) de la suerte del débil Sansón y su
historia.
Imagen de "Sansón y Dalila", cuadro de Rembrandt tomado de https://www.etsy.com/mx/listing/1216015020/rembrandt-sanson-y-dalila-1628-museo?dd_referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F
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