“La misa de Moyano”
Eduardo
de la Serna
Desde hacia ya bastante tiempo
se venía preparando la celebración de una misa en el Santuario de Nuestra
Señora de Luján pidiendo por “Paz, Pan y Trabajo”. Como es sabido, el evento
rememoraba una vieja celebración propuesta, en este caso en San Cayetano, en
Liniers, por el entonces secretario de la CGT Saúl Ubaldini.
Es habitual que alguien por
algún motivo pida en cierto lugar una celebración, y si los motivos son
sensatos y la fecha y el lugar están disponibles, no se ve motivo por el cual
debiera negarse. Incluso en dictadura era habitual las misas por Evita, por
ejemplo, al cumplirse un nuevo aniversario de “su paso a la inmortalidad”.
Un grupo importante de
sindicatos pidió, en esta ocasión, una misa en Luján. ¿La consigna? La misma: ¡Paz,
Pan y Trabajo! Incluso es costumbre en los últimos años que el 7 de agosto, día
de san Cayetano (el santo del Pan y del Trabajo) se insista en los mismos
tópicos con marchas, ollas populares o – incluso, algunos Movimientos Sociales,
insistiendo en partir en procesión desde el Santuario hacia la Plaza de Mayo.
Dada la magnitud que esta misa suponía fue el mismo obispo de Mercedes-Luján el
que la celebró, sin duda con idas y vueltas, dudas y certezas, consultas y
demás, prudencia episcopal mediante.
Pero como cierta prensa (ex
periodismo… “prensa” porque prensan cerebros) por un lado hace malabares para
defender un gobierno genocida que combate con todos sus medios – poderosos medios,
por cierto – la paz, el pan y el trabajo; por otro lado, un gobierno molesto
con cualquier voz (y la de ciertos ambientes eclesiásticos contadas veces lo
es) que revele la magnitud del desastre; por otro lado, un poder (per)judicial
que busca desviar el tema para que se hable de cualquier cosa menos de
economía, y detiene, encarcela por supuestos cuadernos fotocopiados, o por
dimes y diretes, o busca tesoros escondidos con mapas de piratas y retroexcavadoras,
o señalando con el dedo a aquellos que antes la prensa canalla (o “mentimedios”)
le indica… lo cierto es que hubo una misa que debía ser desvirtuada. Una misa
pidiendo por la paz, el pan y el trabajo, una misa que tuvo una oración interreligiosa
(cristianos católicos, cristianos protestantes, islámicos, judíos), una misa en
la que participó mucha, ¡muchísima gente! (y algunos curas, lo cual es obvio),
había dirigentes sindicales, dirigentes políticos, dirigentes de derechos humanos,
pero ¿qué dijo la prensa? “¡la misa de Moyano!” ¿qué fotos mostraron? ¡a
Moyano! ¿de qué hablaron? ¡de Moyano! A todo esto, ya había habido una buena
campaña previa pidiendo desde la tribuna prensada el encarcelamiento de Pablo
Moyano, y – por supuesto – cuando el juez desestimó razonablemente el pedido,
los buitres ex periodistas mostraron sus garras y picos ensangrentados para
denostar al juez… La cosa está en cambiar el tema, obviamente.
Hubo una misa. Muchos
dirigentes (muchos, entre los que estaba Moyano, pero también Pignanelli,
Palazzo, Yasky, Segovia, Plaini, Baradel… para no nombrar sino a los
sindicales, ya que debieran nombrarse también a los políticos, por ejemplo); pero
para los medios – y los que no piensan sino por ellos – fue “la misa de Moyano”.
No una misa para pedir por la Paz,
tan amenazada, desde la violencia institucionalizada, desde la represión (los
golpes a un menor ya detenido en la IAPI, por ejemplo), desde la injusticia
sistemáticamente armada por el poder per-judicial. No fue una misa para pedir
por el Pan, ese que falta en las
casas, en las escuelas, los comedores, ese que aumentó de precio de un modo exorbitante
e inaccesible (ese que, seguramente de un modo subversivo y moyanista el obispo
ha de haber dicho: “danos hoy nuestro pan
de cada día”, como les enseñó ese dirigente kirchnerista llamado Jesús, de
Nazaret). No fue una misa para pedir por Trabajo,
ya que de modo resignado debieran todos bajar la cabeza y aceptar sumisamente
sus despidos porque “el salario es un costo más”, porque hay ñoquis, porque “nos
hicieron creer” que teníamos derecho a trabajar para ganarnos el pan con el
sudor de la frente, y porque se avecina una reforma laboral para seguir
deteriorando la calidad de vida de todos menos unos pocos (casualmente, sólo
casualmente, los que gobiernan) …
En fin: parece que no es
sensato en estos momentos de la patria pedir por esas cosas. Y para que quede
clara semejante insensatez, pues fotos, reportajes, palabras y zócalos nos
repitan que la misa es “de Moyano”. ¡Y listo! Sólo les faltó mostrarlo con
ornamentos episcopales o distribuyendo la comunión. ¿A quién se le ocurre pedir
y participar de una misa pidiendo semejantes “subversividades”?
Foto tomada de https://www.pagina12.com.ar/150138-por-paz-pan-y-trabajo
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